Berkman Alexander: El ABC del comunismo libertario, Madrid, La Malatesta-Utopía Libertaria-Tierra de Fuego, 2009, 285 pp.

La vida del autor es un relato de acción y de amor. Su obra de 1929, ochenta año después, por vez primera en castellano, sigue muy actual por basarse en casos económicos muy similares a los de hoy por hoy y esgrimir una precisión argumentativa aguda en la refutación del la lengua del Capital y sus aliados indirectos de la izquierda.

Se
observa un trabajo cuidadoso de corrección estilística que da más empuje
al texto.

Desde el título y las primeras páginas estamos en un
plano conocido “comunismo libertario (sacado con mucha razón de la
introducción de Emma Goldman, en lugar de “anarquismo” tan confuso si se
sale del clasismo bakuninista). En cada país
encontrarás gentes que viven de despojar a los demás. Aquellos que
consiguen el máximo beneficio son ricos; los que no pueden aprovecharse
son pobres.

Se
observa un trabajo cuidadoso de corrección estilística que da más empuje
al texto.

Desde el título y las primeras páginas estamos en un
plano conocido “comunismo libertario (sacado con mucha razón de la
introducción de Emma Goldman, en lugar de “anarquismo” tan confuso si se
sale del clasismo bakuninista). En cada país
encontrarás gentes que viven de despojar a los demás. Aquellos que
consiguen el máximo beneficio son ricos; los que no pueden aprovecharse
son pobres. […] Hallarás siempre que las clases laboriosas son en
cada país, las más pobres.
(p. 27)

Berkman se percata de la influencia fundamental de la propaganda en EE UU: al trabajador, como al resto del mundo, se le ha hecho creer que todo está en orden y que debe permanecer tal como es (p. 33) Desde
tu más tierna infancia te han taladrado [otro ejemplo de buena
restitución del original it has been drilled into you] con que era tu
obligación tener éxito, que debías «hacer dinero». Decir dinero es decir
comodidades, seguridad y poder. No interesa quién eres tú, porque se te
valora por lo que «vales»
(p. 42; = p. 36 PDF)

¿No ves que las condiciones de toda su
vida han hecho de él que es? ¿Y no ves que el sistema que mantiene tales
condiciones es un criminal mayor que un insignificante ladrón? […]
Mira cómo gobierno y ley sostienen y protegen el mayor crimen de todos,
la madre de todos los crímenes, el sistema capitalista del salario, y
cómo después, proceden a penar el crimen del pobre.
(p. 46) Mientras
tengas sistema capitalista -o cualquier otro sistema de explotación del
trabajo y de búsqueda de beneficios-, tendrás paro.
(p. 51 = p. 50 PDF)

El ejemplo de la primera guerra mundial ¿Pero
cómo meter a Norteamérica en la guerra cuando su población estaba
expresamente en contra? ¿No eligieron a Wilson bajo la promesa de
mantener al país al margen de la guerra?
(p. 61 = p. 66 PDF) […]
Woodrow Wilson, el primer Presidente que pasó por la escuela, descubrió
una «guerra por la democracia», una «guerra para terminar con la
guerra». Bajo ese lema hipócrita se emprendió una amplia campaña por
todo el país, despertando en los corazones norteamericanos las más bajas
tendencias de intolerancia, persecución y homicidio […] Apaleando,
encarcelando y deportando a aquéllos que osaron decir que era una guerra
capitalista en busca de ganancias.
(p. 62 = p. 67 PDF)

Noam Chomsky insiste también en el mismo caso en El
Estado y los intelectuales
(http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=693).

Hay muchísimos aspectos que habría que rescatar y comentar pero señalo algunos.

Trabajador en EE UU Su fe es estúpida e
injustificada y algún día se derrumbará y con ella el despotismo y el
capitalismo americano. Pero mientras que esta fe persista, la
plutocracia americana está a salvo de la revolución
(p. 218 = p.240 PDF)”

Puedes creer en la religión que te plazca, pero no pongas en la Iglesia ninguna esperanza de mejoras sociales (p. 91 = p. 97 PDF)

La guerra es una masacre por el
capitalismo: ¿Qué consigues tú en la guerra? Estás asqueroso, te
disparan, te gasean, te mutilan o te matan. Esto es lo que sacan de la
guerra los trabajadores de cualquier país.
(p. 57 = p. 62 PDF) Y
Alexander Berkman se vale de su experiencia en la URSS para rechazar la
guerra como medio revolucionario, en el sentido de una masacre
prolongada que siempre termina con la victoria de las empresas
armamentistas, cuando la revolución debe ser lo más posible un cambio
relámpago de la sociedad. Tenemos la España revolucionaria de 1936 1939
como ejemplo de mimetismo militar con el sistema autoritarios y su
desastroso final.

Y Berkman se justifica en páginas que pocos tenían en la mente en el movimiento libertario español.

La revolución está condenada al fracaso
si para su existencia y defensa confía en medios mecánicos, tales como
la guerra y os ejércitos.
(p. 254 = p. 251 PDF) la nueva vida social se gesta en el cuerpo de la antigua vida, lo mismo que una nueva vida humana en las entrañas de la madre. (p. 255 = p. 252 PDF)

La autodefensa, excluye todos los actos
de coacción, persecución o venganza. Sólo le concierne repeler el ataque
y privar al enemigo de la oportunidad de invadirte
(p. 277 = p. 307 PDF)

Para la revolución soviética, me parece que la
influencia de los soviets de 1906 está infravalorada, pero el resto se
lee con interés porque hay la vitalidad de Berkman. Al
grito de “salvemos la revolución” comenzaron a eliminar de los lugares
de influencia a los demás elementos revolucionarios no bolcheviques,
hasta que los suprimieron por completo
(p. 165 = p. 179 PDF)”

El auténtico dictador era el hombre que
con su influencia se aseguraba la mayoría en le politburó. Este hombre
era Lenin, y fue él la verdadera “dictadura del proletariado”, de igual
modo que, por ejemplo, Mussolini, y no el Partido fascista, es el
dictador de Italia
(p.166 = p. 181 PDF)”

Un libro aún muy joven y que nos obliga a pensar.

Frank Mintz – http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=867


Fuente: Frank Mintz