A dos meses de la constitución del Consejo Provisional de redacción, la Asamblea de redactores de Telemadrid celebrada el 20 de mayo de 2005 sólo puede reflejar un balance negativo de la actual gestión de la dirección de informativos de este medio de comunicación.
Durante este periodo se ha mantenido inalterable la protesta de la redacción expresada en la no firma de las informaciones, medida secundada por más de un 90 por ciento de los periodistas. Al mismo tiempo, se ha solicitado sin éxito varias reuniones con la dirección de informativos que permitieran desbloquear el actual conflicto y hallar cauces de mediación para restablecer un clima laboral y profesional aceptable. Lamentablemente no ha sido así. La última respuesta ha sido cancelar la reunión prevista en el marco de la Comisión Paritaria y alegar para tal suspensión que el director de informativos, Agustín de Grado, se niega a asistir a la misma si a ella acude el Consejo Provisional de Redacción.
Ignorar esta situación como si no existiera, limitándose a no reconocer el Consejo Provisional de Redacción, creemos que es un grave error y un flaco favor a la búsqueda de soluciones que, por otra parte, somos los primeros en desear. Éste es un tema de índole profesional, no nos cansaremos de repetirlo, y por ello mismo, junto a la colaboración que estamos encontrando en las secciones sindicales y en todos los departamentos de esta empresa, pretendemos conducir este debate desde una perspectiva profesional y afrontar sus soluciones igualmente con un criterio periodístico, no político ni laboral.
Este problema va más allá de un simple malestar y tampoco puede reducirse a un reproche puntual. Por encima de otras consideraciones, se vive una profunda crisis de confianza de la redacción respecto de la dirección de informativos. Existe el convencimiento mayoritario entre los redactores de que la actual dirección de informativos se rige más por consignas políticas que por criterios profesionales. Hay decenas de ejemplos, y para evitar que esta denuncia se limite a un comentario en abstracto, exponemos algunos ejemplos de los tres modos más habituales mediante los que la dirección ejerce esta instrumentalización de los contenidos informativos.
1.- El primero es la emisión de juicios de valor en espacios informativos. A menudo se emiten opiniones completamente personales y subjetivas, incompatibles con la pluralidad y veracidad que deben primar en todo medio público. Por ejemplo, el pasado 2 de abril, durante el especial por la muerte de Juan Pablo II, se dijo que “Ronald Reagan había sido un cruzado por la libertad”. Lo grave es que esta frase no procedía de un invitado o un comentarista, sino que la pronunció el propio presentador.
2.- La segunda práctica denunciable es la de la manipulación. Y existe. Según el diccionario de la Real Academia Española manipular significa “intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.”
El 7 de octubre, para la confección de un vídeo se eliminaron los recursos, imágenes en las que Manuel Cobo era felicitado por militantes del PP, en el acto en el que anunció su candidatura a la presidencia de este partido en Madrid. Se dejaron solamente las declaraciones de Manuel Cobo tapando la voz del redactor con planos similares a esas declaraciones, pese a que los redactores advirtieron de que la pieza ya confeccionada, quedaba incompleta sin esos recursos.
Más ejemplos. El pasado 4 de abril se publicó el dato del paro. Bajó en España pero subió en la Comunidad de Madrid en 327 personas. Como es habitual, ambos datos se reflejaron en la entradilla. Sin embargo, la dirección obligó a omitir el dato del aumento del desempleo en Madrid. A cambio, la entradilla final quedó como sigue : “El paro ha bajado en el mes de marzo en más de 30.000 personas. Es el segundo mes que disminuye el desempleo en nuestro país. Madrid concentra en los últimos doce meses la mayor bajada del paro de todas las Comunidades Autónomas con el 40 por ciento de la creación de empleo en España”. Creemos que este supuesto se ajusta con bastante precisión a la definición previamente citada. Hay numerosos otros ejemplos : se han suprimido totales ideológicamente incómodos, a otros políticos se les menosprecia de modo habitual o en algunos casos han desaparecido prácticamente de los informativos ; pero al mismo tiempo se ofrece la réplica de políticos, considerados afines, a polémicas o debates de los que previamente no se ha informado, se modifican las entradillas elaboradas por redactores sin previo aviso o se encargan informaciones de un evidente compromiso ideológico.
Estas prácticas se han acentuado siempre que algún asunto ha puesto en entredicho la gestión de la Comunidad de Madrid, y fue especialmente evidente durante las semanas de mayor actualidad de la crisis del Hospital Severo Ochoa, en las que Telemadrid tomó partido activamente a favor de las tesis del Consejero Manuel Lamela. De nuevo un ejemplo : en el TN1 del 18 de abril en el bloque informativo sobre esta crisis, las informaciones “favorables” al Consejero sumaban 5’ 44’’, frente a los 26’’ que se destinaron a un único aspecto crítico : la presentación de firmas pidiendo la dimisión de Manuel Lamela.
3.- La censura o la ocultación de las noticias que no interesan políticamente. Quizás éste sea uno de los aspectos más denunciables y al que se recurre con mayor frecuencia. Existen igualmente infinidad de ejemplos. Uno de ellos se dio el viernes 6 de mayo cuando se decidió no incluir en el informativo la más mínima referencia a la reunión entre Raúl Castro, hermano de Fidel Castro, con Manuel Fraga en Galicia. Teníamos imágenes y declaraciones de ambos, y, sin embargo, se decidió prescindir de esta información, que lógicamente fue recogida en el resto de los informativos televisivos y en la prensa del día posterior, siendo merecedora incluso de la foto de portada de varios periódicos. Tampoco se informó de la reunión del ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos con la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice, aunque sí se incluyó en el informativo del jueves 12 de mayo el encuentro entre José María Aznar y la exsecretaria de Estado Madeleine Albright.
En otros supuestos, estas omisiones, bien por error, bien con intencionalidad, han adquirido la dimensión de negligencias mayúsculas. Así por ejemplo : no se informó de la reunión del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con la presidenta de la Asociación de Afectados del 11-M, Pilar Manjón ; o no se mandó ningún equipo a cubrir el funeral por el menor asesinado en Villaverde, ni tampoco a los incidentes posteriores ; o se rechazó asistir al viaje de Rodríguez Zapatero a Mauthausen y Moscú, un viaje gratuito ofrecido por la Presidencia del Gobierno, y cuya consecuencia fue que Telemadrid no informó, excepto un total de pésima calidad, del homenaje a los 5.000 españoles asesinados en aquel campo de concentración.
Son sólo algunos casos concretos, una mínima muestra de un proceder que incluye el menosprecio al artículo 7 de la Ley de creación del Ente Público Radio Televisión Madrid, en el que se afirma que su funcionamiento debe estar regido por los principios de veracidad, pluralidad, objetividad. No haber entendido desde un principio que éste es un medio público es posiblemente el origen de muchas de estos problemas. La intromisión por razones que poco tienen que ver con criterios periodísticos en el trabajo de los redactores es permanente, y la pluralidad es siempre discutible cuando la prioridad consiste en beneficiar siempre a la misma institución.
Por último proponemos dos medidas para desbloquear esta situación :
1.- El establecimiento de reuniones periódicas, una o dos al mes, entre el Consejo y la dirección para tratar estos asuntos. Encuentros que deben contar con la voluntad por ambas partes de ser eficaces y que contribuyan a devolver la serenidad y la racionalidad al trabajo diario de los periodistas de Telemadrid.
2.- Agilizar y consensuar lo antes posible un Estatuto de Redacción y la constitución de un Consejo de Redacción definitivo, que evite en el futuro este tipo de enfrentamientos y que dote a la redacción de una serie de derechos y deberes, en última instancia necesarios y positivos para el correcto funcionamiento de los servicios informativos de Telemadrid.
La Asamblea de Redacción de Telemadrid
Pozuelo de Alarcón, 23 de mayo de 2005