Detallada y vindicativa semblanza de Pilar Molina Beneyto, por Carmen Aguyó, en Eje Violeta del Rojo y Negro 248 de julio-agosto 2011. Lo que sigue es la introducción del artículo.

En adjunto el pdf de Eje Violeta.

«Pilar Molina Beneyto nació un mes de abril en Bocairent (la Vall d’Albaida- País Valencià), población industrial en la que la mayor parte de sus habitantes trabajaban en el sector del textil, en especial en la producción de mantas. Formaba parte de una familia de clase trabajadora, y a pesar de haber visto la luz en plena primavera, todavía transcurrían los últimos años cuarenta, lo que hizo que conociera tiempos de una omnipresente oscuridad causada por el silencio y las penurias económicas e ideológicas de una dura postguerra que parecía no tener fin.

«Pilar Molina Beneyto nació un mes de abril en Bocairent (la Vall d’Albaida- País Valencià), población industrial en la que la mayor parte de sus habitantes trabajaban en el sector del textil, en especial en la producción de mantas. Formaba parte de una familia de clase trabajadora, y a pesar de haber visto la luz en plena primavera, todavía transcurrían los últimos años cuarenta, lo que hizo que conociera tiempos de una omnipresente oscuridad causada por el silencio y las penurias económicas e ideológicas de una dura postguerra que parecía no tener fin.

La vida, en pleno franquismo, no era nada fácil, en especial en pueblos como Bocairent, en donde la guerra civil y, sobre todo, la dura represión de la postguerra, habían dejado heridas abiertas, difícilmente cicatrizables. La esperanza del cambio que la república había llevado, había sido truncada y, entre las consecuencias que sus habitantes padecían se encontraba el retroceso en el ámbito educativo que comportaba la escasa posibilidad de que los hijos de los trabajadores pudieran conseguir una buena formación académica. Si a esta circunstancia le añadimos la de ser mujer, el sistema patriarcal, asumido como propio por el franquismo, todavía endurecía más las condiciones. Por ello, a pesar de su interés por formarse, después de haber asistido a la sección de niñas de la escuela pública de su pueblo, el Colegio Nacional Luis Vives en donde Dª Nieves la instruyó dentro de los principios del nacional-catolicismo más estricto, se vio obligada a dejar los estudios sin poder conseguir acceder al Bachillerato, al hacerse imprescindible su aportación a la economía familiar.

Incorporada al mundo del trabajo y, al mismo tiempo, desplegando una actividad intensa en diferentes asociaciones del pueblo, su experiencia laboral y sus relaciones sociales la hicieron consciente, de manera intuitiva, de la injusta estructura social en la que vivía y de lo asfixiante que era. A la búsqueda de respuestas diferentes decidió irse, tomando la atrevida decisión de iniciar una nueva vida lejos de su pueblo y, más tarde, incluso de su País, porque la emigración y el exilio, más o menos encubierto, eran casi la única opción que se presentaba para aquellas personas que intentaban ser libres. Pilar, rebelde y luchadora nata, abandona Bocairent muy joven, en aquellos difíciles, duros y, al mismo tiempo, apasionantes momentos cuando parecía que la utopía era posible.»