El Ejército de Estados Unidos hizo pública ayer su nueva y «revolucionaria» arma, según los militares, para repeler a los enemigos y disolver manifestaciones «hostiles». Bautizada como El Guardián Silencioso, el arma emite rayos invisibles que rápidamente producen una sensación de calor ardiente en las personas. El Ejército, no obstante, asegura que no produce heridas de ningún tipo ni es perjudicial para la salud.
Los rayos de calor pueden llegar hasta los 500 metros desde el proyector, una distancia muy superior a la que alcanzan otros métodos utilizados por las fuerzas de seguridad para dispersar manifestantes, como son el disparo de balas de goma o gases lacrimógenos.
El prototipo del arma, con forma de radar gigantesco, ha sido montado inicialmente sobre un humvee, un vehículo blindado ligero. El Ejército estadounidense calcula que podrá comenzar a utilizar esta arma dentro de tres años.
Las emisiones, según los militares, pueden penetrar todo tipo de telas y calentar rápidamente la piel hasta los 50 grados centígrados. Lo que los rayos no pueden atravesar son paredes u otros obstáculos similares.
Los periodistas que voluntariamente participaron en la demostración del funcionamiento de la nueva arma en una base militar en el Estado de Georgia, describieron la sensación como similar a la que se tiene cuando se abre la puerta de un horno encendido. Dijeron que el calor era tan intenso, tan insoportable, que no tuvieron más remedio que correr para parapetarse tras cualquier cosa.
Los militares, tras insistir en que el arma es totalmente inofensiva para la salud, dijeron que con el tiempo demostrará ser una herramienta muy efectiva para las «complejas» situaciones que pueden presentarse. El coronel del cuerpo de los marines a cargo del proyecto no dudó en afirmar que el Guardián Silencioso será «la mejor alternativa a disparar contra la multitud enardecida» en una manifestación y que contribuirá a salvar vidas.
El Ejército no descarta utilizar esta nueva arma en Irak y Afganistán.
Fuente: AGENCIAS