Artículo publicado en Rojo y Negro nº 378, mayo 2023
Dice el ex secretario general de ELA Adolfo “Txiki” Muñoz Sanz en su libro “El modelo neo liberal vasco” que…
“A poca autonomía de pensamiento que se posea respecto al poder económico y político, no es inapropiado concluir que la mentira tiene un gran arraigo en la política”…
La verdad no es un valor consistente…
…”El recurso a la mentira se encuentra en el origen de la desconexión de la política de una parte importante de la ciudadanía, también en relación con la izquierda institucional. Un hecho que, junto a otros, explica las razones del auge de la extrema derecha. La cultura protege al ser humano como ser social y la cultura política refuerza su implicación en los asuntos públicos. Su ausencia, por el contrario, es la puerta de entrada a los sistemas autoritarios”…
Toda la sociedad —incluida la clase obrera— desde hace siglos, tenemos en nuestro ADN social el “principio del progreso” como motor de la historia y claro, el capitalismo cuyo eje de existencia solamente gira alrededor de este principio, …el crecimiento por el crecimiento, sin límites físicos, materiales, humanos, éticos o cualquier otro que se le ponga en medio, ve con muy buenos ojos (y resultados de su cuenta de ganancias), que el FMI, la Comisión Europea, y el gobierno más “progresista de la historia”, pongan al Estado español como ejemplo de una economía que va bien1 y, por extensión, el relato con el que se mece a la sociedad es que “hay partido”, hay juego y en consecuencia “progresamos”2 hacia una vida mejor para todos y todas.
La izquierda social y sindical, al menos una parte de ellas, tiene pensamiento propio y autonomía suficiente como para no renunciar a una crítica sobre este pensamiento único del “progreso y el crecimiento”, para situar a la sociedad y por lo tanto situarnos nosotras, que para que exista “economía” o expresado en términos capitalistas, para que exista producción y crecimiento de los “agregados monetarios”, hay que producir previamente vida y claro está que esta lógica (la de la vida), solo puede reproducirse si respetamos las leyes de la naturaleza3 y nuestras relaciones sociales se fundamentan en la ética de los cuidados.
Del análisis de las últimas crisis4, de las cuales decimos que son sistémicas y no cíclicas, las conclusiones a las cuales llega esa izquierda social y sindical, aun siendo inciertas (colapso, ecofascismo, otros sistemas que aún no vislumbramos, etc.), si son lúcidas —al menos—sugieren que no hay tiempo para “transiciones energéticas justas”, ni plazos suficientes para que la tecnociencia nos ”salve”, a la vez que las salidas que nos ofrecen como políticas estructurales los ”gobernantes patrios y globales”, no contemplan sino “parches imposibles” que impidan la barbarie que tenemos y la que se nos viene encima, en el sentido literal del término.
Por más que nuestros relatos maldigan las crisis y por lo tanto “la crisis”, por más conjuros que hagamos, la crisis no va a desaparecer. Por eso necesitamos dejar de ser “salvadores del mundo, del planeta, de la gente, de la vida…” y tratar de vivir con los menores daños posibles, liberando espacios sociales, de producción, de reproducción, donde la ética del cuidar y de los cuidados proteja la vida que hay (y todavía es mucha), y pensar que la vida o es comunitaria o no es.
La centralidad del debate se encuentra en convencer y convencernos de que se hace necesario prender la mecha de la revolución, lo cual solo tiene un previo sin el cual no hay “trato”: antes hay que tirar del freno de emergencia o dicho en palabras de Walter Benjamín “hay que activar el freno de la maquinaria desbocada de la historia y el progreso en el capitalismo”.
NOTAS
1 El “España va bien” de Aznar contiene la esencia del alma capitalista, donde en ese periodo de gobernanza, se concentró toda la “barbarie” que los gobiernos social-liberales de Felipe González habían constituido desde 1982: Reestructuraciones salvajes de sectores industrial, pesquero, el campo; liberalización de la economía; desregulación de las relaciones laborales; desmantelamiento de lo público y la mercantilización de todo lo público —sanidad, educación, vivienda, movilidad, etc.
2 En las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin, en la IX, se refiere al mito del “progreso” como un huracán, que en su empuje hacia el futuro deja el mundo cubierto de ruinas y escombros.
3 La defensa de los ecosistemas; la utilización de los recursos sabiendo que son finitos, de manera suficiente y no más; el respeto por la tierra y sus ciclos, sin sobreexplotarla ni envenenarla, causándole infertilidad; etc.
4 Crisis de los miles y miles de millones de personas, que sufren hambre, desnutrición, precariedad integral, sequías y destrucción de sus territorios, esquilmaciones de sus recursos; violencias múltiples y criminales; genocidios, autoritarismos, guerras que o bien nos matan rápidamente o nos matan la posibilidad de una vida que tenga algún sentido denominarla así; clima cada vez más caliente que impide el desarrollo de la vida; desigualdades que impiden la cohesión social y la convivencia; pérdida del sentido social, de la cooperación, del apoyo mutuo; pérdida de la solidaridad y la defensa del bien común…
Desiderio Martín Corral
Gabinete de Estudios Confederal de la CGT