En relación al grave incendio forestal que arrasó cerca de 13.000 hectáreas en la comarca del Alt Empordà, Ecologistas en Acción de Cataluña en primer lugar lamenta enormemente la pérdida de vidas humanas (4 víctimas), la afectación a decenas de casas y muchas más propiedades y explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales, así como infraestructuras básicas de la comarca y en un elemento básico de la identidad ampurdanesa y catalana: el paisaje.

En conjunto, las pérdidas económicas pueden alcanzar los 3 millones de € según Unió de Pagesos y unos 20 millones al sector del turismo de acuerdo con los mismos empresarios. La afectación sobre el medio natural también ha sido muy importante, aunque se logró evitar que las llamas llegaran al corazón del macizo de la Albera, un Paraje Natural de Interés Nacional y protegido por la legislación europea.

En conjunto, las pérdidas económicas pueden alcanzar los 3 millones de € según Unió de Pagesos y unos 20 millones al sector del turismo de acuerdo con los mismos empresarios. La afectación sobre el medio natural también ha sido muy importante, aunque se logró evitar que las llamas llegaran al corazón del macizo de la Albera, un Paraje Natural de Interés Nacional y protegido por la legislación europea.

Los ecologistas se solidarizan con todas las víctimas y sus familiares, y reclamamos a las administraciones las actuaciones urgentes necesarias tanto a nivel social (realojos, apoyo psicológico) como económico (ayudas para paliar pérdidas, apoyo a la reapertura de negocios, etc.) . Al mismo tiempo, felicitan por el inagotable esfuerzo los cuerpos de empleados públicos que han luchado contra el incendio (bomberos, ADF, agentes forestales, Forestal Catalana, etc.).

Sin embargo, resulta fundamental entrar en el debate sobre las causas del incendio, la gestión pública del mismo y las medidas para el futuro.

Ecologistas en Acción considera muy inapropiada la respuesta ofrecida el martes por el Consejero de Agricultura y Medio Natural, Josep Maria Pelegrí, sobre la posibilidad de que los reclusos en tercer grado o penas menores las conmute por trabajos de prevención en los bosques. No porque esto no sea posible, sino porque los trabajos «para la comunidad» no pueden ser presentados como un sustituto de los cuerpos profesionales que deben trabajar en la prevención y extinción de incendios.

Cabe destacar que en los incendios forestales se unen causas naturales de nuestro clima (sequía, viento) con causas humanas, y es aquí donde hay que incidir, principalmente: el abandono rural y de los bosques, la reducción de los presupuestos para la gestión forestal y el cambio climático que está provocando la africanización del clima mediterráneo. Los ecologistas valoran la gestión del medio natural y la prevención de incendios con un suspendido por diferentes motivos:

Por un lado, la gestión forestal ha tendido a lo largo de los años a favorecer masas homogéneas de bosques de una sola especie, en general pinos, con el único objetivo de maximizar el rendimiento económico ahora inviabilizado y que ha provocado el abandono de los bosques, sin tener en cuenta el riesgo que ello supone para los incendios ni la pobreza ecológica de este tipo de bosque. Además, se ha perdido los aprovechamientos de muchos campos de cultivo, la integración la vegetación de ribera de muchos ríos y la gestión integrada de la ganadería, debido al abandono rural, que generaban un paisaje en mosaico que ahora son parte del bosque.

Por otro lado, ha habido la tendencia durante muchos años de invertir más en costosos medios de extinción que en gestión y prevención de incendios. El fuego más fácil de apagar es el que no se produce. Las mejores actuaciones de prevención son la gestión forestal correcta, el apoyo para evitar el abandono rural y el mantenimiento de cultivos en un paisaje en mosaico, el desbrozado de márgenes de pistas, caminos, carreteras y urbanizaciones, la creación de perímetros de prevención de incendios, la sensibilización y concienciación y la vigilancia. Es aquí donde, a juicio de los ecologistas, hay que verter los mayores esfuerzos.

En tercer lugar, resulta evidente que favorecer el acceso motorizado al medio natural, especialmente en verano, sólo puede acabar en más actitudes de riesgo (como tirar colillas de cigarrillos encendidos) y por tanto, más incendios. El Gobierno de la Generalitat impulsó el cambio legislativo a finales de 2011 a través de una de las leyes ómnibus, para facilitar el acceso de vehículos (todo terreno y motocicletas) a los caminos forestales, en una decisión que los ecologistas califican de «irresponsable».

Y, por último, los recortes del Gobierno de la Generalitat en las tareas de prevención y vigilancia, así como extinción, tal como han denunciado los cuerpos de Bomberos y de Agentes Rurales, evidentemente también son una causa directa en la dificultad de evitar y detener las llamas, al reducir la capacidad operativa de los cuerpos. Una prueba más, a juicio de Ecologistas en Acción, que los recortes a los servicios públicos tienen consecuencias nefastas para el país, y que cumplir las medidas de austeridad no sólo es injusto socialmente sino también ambientalmente.

Ecologistas en Acción – Cataluña

http://www.ecologistasenaccion.org/article23807.html

 


Fuente: Ecologistas en Acción - Cataluña