BANGKOK.- La utilización del preservativo evita la transmisión del VIH con un 90% de eficacia, por lo menos. Vacunas tan conocidas como el cólera, la gripe o la varicela no tienen tan buenos resultados. No hay, por tanto, mejor medida que frene la expansión de la pandemia por el mundo que el uso del condón.

BANGKOK.- La utilización del preservativo evita la transmisión del VIH con un 90% de eficacia, por lo menos. Vacunas tan conocidas como el cólera, la gripe o la varicela no tienen tan buenos resultados. No hay, por tanto, mejor medida que frene la expansión de la pandemia por el mundo que el uso del condón.

Sin embargo, la administración Bush pretende -para frenar la diseminación del sida- alentar la abstinencia sexual hasta el matrimonio en lugar de favorecer la prevención que ofrece el preservativo. Por este motivo, el gobierno estadounidense está recibiendo, tanto de los activistas como de un número elevado de autoridades científicas de reconocido prestigio, un aluvión de críticas en Bangkok.

«Querer que los mensajes enfocados a los jóvenes para que se abstengan de mantener relaciones sexuales tengan algún resultado frente al retrovirus, no tiene ninguna base científica y es muy poco realista», afirmó rotundo el doctor Peter Piot, director de ONUSIDA, en la conferencia de prensa con la que se inauguró la conferencia.

Nadie duda de que las relaciones sexuales estables con una pareja libre del VIH es lo que garantiza una seguridad del 100%. De hecho, hasta el gobierno de Uganda (una de las pocas naciones subsaharianas firmemente decididas a disminuir la incidencia de la enfermedad) está en cierto modo de acuerdo con favorecer la abstinencia, para disminuir la elevada promiscuidad y las relaciones sexuales concurrentes que hay en su país, y de esta forma bajar la prevalencia de la infección.

«Pero nada nos debe distraer de la promoción y la financiación del uso del condón», aseguró la congresista demócrata Barbará Lee, en un duro alegato contra la administración republicana. «Es la única forma de frenar en cierta medida la epidemia».

El 50% de los casi cinco millones de nuevas infecciones que tuvieron lugar en 2003 ocurrió en jóvenes entre 15 y 24 años. El 60% de estas nuevas infecciones se produjo en mujeres. Tanto la OMS como la organización ONUSIDA han elaborado un documento conjunto que puntualiza que el preservativo de látex es la mejor herramienta que se tiene no sólo para evitar el sida sino también el resto de las enfermedades de transmisión sexual.

«Los condones tienen que estar fácilmente disponibles de forma universal, deben ser muy baratos, incluso gratuitos, y habría también que promover que cesen las barreras personales y sociales que obstaculizan su uso», se afirma en el documento mencionado.

Un artículo de la revista ’The Lancet’ de la semana pasada afirmaba que harían falta en el mundo, en un año, 24.000 millones de condones, algo que costaría alrededor de 600 millones de euros. Esta cifra puede parecer elevada, pero es una pequeña parte del precio que se paga por el sida cada año.

El éxito del uso del condón ha quedado patente en Tailandia y en Uganda, países que han conseguido disminuir la prevalencia de la infección por VIH gracias a la promoción del empleo del preservativo.

Los expertos opinan que hacer llegar condones totalmente gratis a todo el mundo, y favorecer su uso, es uno de los desafíos más sencillos que tiene la enfermedad. Si la Coca Cola y el paquete de cigarrillos han llegado a todas las aldeas del planeta, no hay obstáculos para que también lo hagan los condones.

JOSÉ LUIS DE LA SERNA (enviado especial)

EL MUNDO