Dos niñas que sobrevivieron al ataque cometido por marines estadounidenses en la localidad iraquí de Haditha el pasado 19 de noviembre han corroborado que se trató de una matanza, en la que los soldados asesinaron a 24 civiles de forma indiscriminada.

Dos niñas que sobrevivieron al ataque cometido por marines estadounidenses en la localidad iraquí de Haditha el pasado 19 de noviembre han corroborado que se trató de una matanza, en la que los soldados asesinaron a 24 civiles de forma indiscriminada.


La niña Safa Younis, de 12 años, que se salvó al hacerse la muerta, contó que un grupo de soldados norteamericanos entraron en su casa y dispararon contra su padre, que estaba desarmado, y después asesinaron a otros siete miembros de su familia, según relató a la asociación de derechos humanos iraquí Hammurabi.

«Cuando fuimos a la cocina vimos a mi padre que ya estaba muerto ; entonces nos sentamos y empezaron a disparar contra nosotros», dijo Younis en la entrevista, emitida hoy por la CNN.


Lo mismo sucedió en la casa de Iman Hassan, según afirmó esta niña iraquí de 10 años en otra entrevista con el diario `The Times’ de Londres publicada ayer. Hassan dijo que los soldados norteamericanos mataron a sus abuelos, sus padres, a dos tíos y a un primo de 4 años. «Todos los que estaban en la casa fueron asesinados por los norteamericanos, excepto mi hermano Abdul Rahman y yo», dijo la menor, que se acurrucó en un rincón del salón mientras los militares presuntamente abrían fuego contra el resto de su familia.

«La metralla me causó heridas en la pierna. Durante dos horas, no nos atrevimos a movernos. Mi familia no murió inmediatamente, les oímos agonizar», señaló.

Fuentes anónimas han filtrado a la prensa de EEUU en los últimos días que una investigación del Pentágono sobre los hechos del pasado 19 de noviembre, concluirá que las denuncias son fundadas. Se trata de un intento de preparar a la opinión pública para un escándalo que, según los expertos, podría ser más grave que el provocado por las torturas practicadas en la prisión de Abu Ghraib, donde no hubo ningún asesinato.

El Departamento de Defensa ha informado esta semana de las conclusiones iniciales de su investigación sobre la presunta masacre a algunos legisladores de EEUU. «Aparentemente es verdad. No sabemos los detalles. Entristece muchísimo», dijo tras recibir la información el senador republicano John McCain, un ex prisionero de guerra en Vietnam que se ha caracterizado por su postura contra la tortura y el respeto al derecho internacional.

A Irak se ha desplazado el comandante en jefe de los «marines», el general Michael Hagee, para recalcar a las tropas la importancia de respetar a la población civil. Mientras, un grupo de «marines» espera en la base de Camp Pendleton (California) posibles acciones disciplinarias o cargos penales contra ellos.

De otro lado, dos marines adscritos a la Tercera Ala Aerotransportada se encuentran desaparecidos, en la provincia iraquí de Al Anbar, tras precipitarse ayer a tierra por causas desconocidas el helicóptero AH-1 Cobra en que viajaban mientras efectuaban un vuelo de pruebas.


Fuente: La Opinión. Washington / Bagdad.