- Esto tiene una primera consecuencia: cuando dentro
de 20 años se entreguen los armamentos, serán obsoletos e ineficientes. - Por ello se tendrá que hacer un nuevo programa que se comenzará a
financiar en el presente pero se irá pagando en el futuro y, nuevamente,
para conseguir armamento obsoleto. - Hay otra consecuencia
financiera: resulta muy cómodo proponer un programa de armamentos a
precios del presente ocultando a la sociedad los sobrecostes que van a
surgir por dilatar la entrega del material. - Además, este tipo
de programación de inversiones implica la cautividad del Ministerio de
Defensa y de las arcas públicas ya que si ya se han invertido montos
importantes en su desarrollo, será muy complicado renunciar al programa
aunque se sepa que las armas serán ineficientes.
Se
otorgaban créditos a las industrias militares a interés cero para que
investigarán y fabricaran el armamento.
¿Qué otra industria o sector
productivo nacional obtenía u obtiene intereses tan bajos?, ¿no se puede
considerar que una práctica así es injusta y que fomenta la competencia
desleal?
- Dichos créditos se daban (y se dan) a cargo del
extinto Ministerio de Ciencia y Tecnología y del actual Ministerio de
Industria. Es decir, Defensa no gana ni pierde. Es sólo un
intermediario. Así se consigue ocultar parte del gasto militar en los
presupuestos de otros ministerios. - Las industrias militares
realizaban las entregas, se les pagaba su precio (con las
correspondientes desviaciones por encarecimiento de materiales, mejoras,
intereses, aumento de la inflación, etc.). Ellas siempre ganan. - Las empresas devolvían, acto seguido, al Ministerio de Industria los
créditos aportados, eso sí, sin intereses, pues así se había pactado.
Los intereses que se han dejado de cobrar han sido sufragados, por
tanto, por el erario público y por los españoles.
Descargar La burbuja financiera militar
En http://www.ecologistasenaccion.org/article21779.html
Fuente: Ecologistas en Acción