Lo acusan de falso testimonio. Es el párroco de Trenque Lauquen, Pedro Traveset. Lo detuvieron tras un careo
El tribunal federal platense que juzga al ex capellán de la policía bonaerense Christian Von Wernich, por crímenes, desapariciones y torturas cometidos durante la última dictadura, ordenó ayer la detención del sacerdote Pedro Traveset por presunto "falso testimonio".
Lo acusan de falso testimonio. Es el párroco de Trenque Lauquen, Pedro Traveset. Lo detuvieron tras un careo

El tribunal federal platense que juzga al ex capellán de la policía bonaerense Christian Von Wernich, por crímenes, desapariciones y torturas cometidos durante la última dictadura, ordenó ayer la detención del sacerdote Pedro Traveset por presunto «falso testimonio».

En lo que fue la última audiencia de testigos del juicio contra el sacerdote Von Wernich, la Justicia hizo lugar al pedido de detención del cura Traveset efectuado por el fiscal del juicio, Carlos Dulau Dumm, tras un careo con el testigo Daniel Rossi.

De esa forma, Traveset quedó a disposición del juez federal de turno en La Plata, Manuel Humberto Blanco, quien hoy le tomaría declaración indagatoria en los Tribunales de La Plata por este caso.

Durante la audiencia, Rossi dijo que Traveset le había comentado que sabía de las desapariciones de personas durante la última dictadura, pero el sacerdote declaró ante el tribunal que recién se había enterado en 1992 de lo ocurrido, en materia de represión ilegal del Estado, entre 1976 y 1983.

Traveset, que desde 1992 reside en Trenque Lauquen, estuvo más de 20 años en la catedral de Nueve de Julio y fue compañero de Von Wernich en esa diócesis mientras éste cumplía funciones como capellán de la Policía bonaerense.

El sacerdote, que no estaba entre los testigos originales del juicio, fue citado luego de que Rossi declaró que en una oportunidad Traveset le comentó que Von Wernich le dijo que «no busquen más a Eduardo Lugones porque está muerto», en referencia a un estudiante de Medicina desaparecido en 1976.

A partir de ese momento, Traveset fue citado a dar declaración indagatoria pero negó haber mantenido esa charla con Rossi y dijo ante el Tribunal que «sólo hablaba de Von Wernich sobre temas pastorales y no de su actividad como capellán» de la Policía.

EL CAREO

Sin embargo, ayer, al ser sentado frente a frente con Rossi, el sacerdote rectificó algunas de las declaraciones efectuadas el pasado lunes y admitió haber visitado a Von Wernich hace un año cuando estaba detenido por la causa en la que se lo juzga en una dependencia de la Policía Federal.

Cuando el Tribunal le preguntó por qué no había declarado eso el lunes, el sacerdote se limitó a responder «se me pasó». Y luego recordó también que en 1983 visitó a Von Wernich cuando estuvo detenido a disposición del Congreso de la Nación.

Según el fiscal, hubo «contradicciones» en la declaración del sacerdote y por ello propuso su detención. Y al finalizar la jornada de debate, el Tribunal, con un voto en disidencia, ordenó el arresto.

POSIBLE PROCESO A CIVILES

Por su parte, uno de los abogados querellantes en este juicio pidió la detención de tres civiles, ex funcionarios durante la dictadura, que debían declarar ayer.

También solicitó el arresto de otros cinco funcionarios de la última dictadura militar, acusando a estas ocho personas de tener una supuesta vinculación con el secuestro y torturas sufridas por el periodista Jacobo Timerman.

El pedido de detención, que quedó radicado ante el juzgado federal de Arnaldo Corazza, se hizo para Alberto Rodríguez Varela, Roberto José María Durrieu y Jaime Smart, como posibles «coautores materiales o intelectuales» del secuestro y las torturas sufridas en 1977 por Timerman, por entonces director del diario La Opinión.

Los tres habían sido citados a prestar declaración como testigos en el juicio, pero el tribunal-a pedido de la querella- no les permitió brindar su testimonio, ante «la posibilidad de que pudieran declarar en su contra».

La querella pidió también la detención del ex gobernador de facto Ibérico Saint Jean y del ex subsecretario de Gobierno bonaerense Juan María Torino.

Los pedidos de detención también abarcan al ex subsecretario de Justicia provincial Héctor Munilla Lacasa ; del ex subsecretario de Asuntos Institucionales de la Provincia Edgardo Frola, y del ex titular del Banco Provincia Roberto Bullrich.

Durrieu anticipó que demandará al abogado que pidió su detención por lo que definió como una denuncia «absurda y calumniosa».

PEREZ ESQUIVEL

El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, en tanto, también declaró ayer en el juicio a Von Wernich, donde recordó que, como titular del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), intentó durante la dictadura militar «motivar a la Iglesia para que nos ayudara en la búsqueda de los desaparecidos», pero admitió que nunca logró resultados.

«Nunca tuvimos respuestas y lo mismo ocurrió cuando tratamos de llegar a la Conferencia Episcopal argentina», dijo, para señalar luego que en 1984 mantuvo un encuentro con el Papa Juan Pablo II, a quien entregó un informe con el detalle de 84 niños desaparecidos.

«No fue una reunión feliz», señaló el Premio Nobel, porque el Papa «hizo un recibimiento muy frío y me dijo que también me tenía que ocupar por los chicos de los países comunistas».

En otro tramo de su testimonio, recordó otra reunión que mantuvo con Pío Laghi, quien se desempeñaba como nuncio apostólico, para «pedirle ayuda y me contestó que no podía hacer lo que los obispos argentinos no quieren hacer».

No obstante, Pérez Esquivel aclaró que hubo excepciones dentro de la Iglesia, mencionando en ese sentido a los obispos Jorge Novak y Miguel Hesayne.

Por otra parte, se autodefinió como «un sobreviviente de los vuelos de la muerte» y contó un episodio ocurrido el 5 de mayo de 1977, cuando lo sacaron de una dependencia de la Policía Federal y lo llevaron al aeropuerto de San Justo. «Me encadenaron en el asiento de un pequeño avión, sobrevolamos con militares el Río de la Plata, el Paraná de las Palmas, el Paraná Mini, la isla Martín García, parte de la costa uruguaya, y por radio reciben una orden y me regresan a la base aérea de El Palomar», recordó.