pamplona. Cuatro de los cinco miembros del comité de empresa de Onena fueron detenidos ayer por la Guardia Civil después de que impidieran el traslado de productos de la planta de Ibiricu, en la que hay convocada una huelga desde el lunes. Los sindicalistas, pertenecientes a UGT, CGT, ELA y LAB, pasaron algo más de una hora en la comandancia de Pamplona, donde se tramitó la denuncia por «coacción».
La empresa, explicó Luis Hernández, de UGT, presentó el pasado día 14 un expediente de extinción de contratos para 32 de los 89 trabajadores de Onena, motivo por el que la asamblea decidió el día 25 iniciar una huelga a partir del próximo 1 de octubre. Sin embargo, indicó, ayer por la mañana, cuando tenían prevista la segunda de las reuniones, el comité se encontró «con la sorpresa de que había tres camiones y que el director de la empresa estaba intentando cargar toda la materia prima para llevarla a otra empresa que tienen en Bilbao y producir allí todo lo que no se va a producir aquí durante la huelga».
Esto hizo que la plantilla intentara impedir la actividad de los camiones, actitud ante la que fue requerida por parte de la dirección la presencia de la Guardia Civil, que detuvo a los miembros del comité de empresa «por no decir a los compañeros que dejaran cargar». De este modo, los cuatro representantes del comité fueron conducidos en los vehículos de la Guardia Civil hasta el edificio de la avenida de Galicia. «Una vez allí hemos dicho que declararemos ante el juez cuando nos cite», explicó uno de los sindicalistas.
A la actitud de la dirección, el comité ha respondido con sendas denuncias ante el Departamento y la Inspección de Trabajo, por entender que la empresa está retirando materiales y trabajo con vistas a la huelga que comenzará el próximo lunes. Asimismo, los trabajadores tienen previsto entregar hoy a todos los grupos municipales de Villava, donde estuvo ubicada la planta, una moción de apoyo con el objetivo de que sea aprobada.
Onena, planta dedicada a la fabricación de embalaje flexible, atraviesa una situación complicada, que se ha traducido en los últimos días en la presentación de un Expediente de Regulación de Empleo. La dirección de la empresa argumenta causas económicas y productivas, si bien el comité no comparte los argumentos, aunque se muestra dispuesto a sentarse a negociar. «El director quería que nos sentáramos ayer, pero temíamos que fuera una estrategia para permitir que siguiera sacando materiales desde aquí», explicaron desde el comité de empresa, que entiende que no sólo están en juego los 32 puestos de trabajo afectados por la Regulación de Empleo, sino «el futuro de la planta».
El comité recuerda que los salarios de Pealpack, la planta a la que se ha trasladado producción, son peores y dice que la empresa debería haber acometido con anterioridad las inversiones de adaptación a la normativa ambiental.
Fuente: EFE