Recientemente se publicó la resolución del Tribunal Supremo que confirmaba la sentencia del TSJN considerando el Expediente de Regulación de Empleo no ajustado a derecho. A falta de redactarse dicha sentencia, el resultado es inamovible.
Hay que recordar que años atrás, en los despidos considerados Improcedentes, era el trabajador quien decidía aceptar la indemnización de la empresa o reincorporarse a su puesto de trabajo. Eso cambió cuando se reformó el Estatuto de los Trabajadores y se introdujo un punto con el que se otorga al empresario la decisión de admitir al trabajador o dar una indemnización mayor cuando el despido es Improcedente.
Hay que recordar que años atrás, en los despidos considerados Improcedentes, era el trabajador quien decidía aceptar la indemnización de la empresa o reincorporarse a su puesto de trabajo. Eso cambió cuando se reformó el Estatuto de los Trabajadores y se introdujo un punto con el que se otorga al empresario la decisión de admitir al trabajador o dar una indemnización mayor cuando el despido es Improcedente. Por aquel entonces, en un proceso de negociación de convenio en, ESK llevó una propuesta al Comité con la que se pretendía plasmar en convenio que, en esta fábrica (ZF-TRW) ante un despido Improcedente, fuera el trabajador quien eligiese. CCOO, UGT, ELA y LAB decidieron quitar este punto de la plataforma, argumentando que no hacía falta que constase por escrito, ya que todo el Comité lo asumía.
Durante el proceso de negociación del último convenio el Comité se comprometió a no traspasar esa linea roja que suponía aceptar despidos. En la asamblea final, los sindicatos CCOO, UGT, ELA y LAB faltaron a su palabra y decidieron llevar a votación los despidos junto al convenio. Esa votación, que nos quisieron vender como democrática, se impuso a una plantilla coaccionada por las amenazas de la empresa y algunos sindicalistas (250 despidos) para decidir el destino de 123 compañeros. En esos momentos ya se conocían los criterios para despedir (porcentajes de días de baja por enfermedad común) por lo que la plantilla, en su mayoría, sabía que no estaba en esa lista negra, lo que condicionó enormemente el voto. Es evidente que los sindicatos que impusieron la votación ya sabían de antemano el resultado aplastante de la misma. A partir de ahí se creó un punto de inflexión desde el cual la plantilla se encuentra en una situación de indefensión total ante la empresa.
Los argumentos de la Dirección y de algunos sindicatos, que situaban la planta al borde del abismo, se vinieron abajo cuando, tras la primera sentencia, quedó claro que la empresa había mentido en las causas económicas y organizativas que, según ella, justificaban el ERE. Por si esto no fuera suficiente, todos vimos cómo, tras un mes de los primeros despidos, se recurría a la contratación de personal eventual y a la flexibilidad para realizar el trabajo de nuestros compañeros despedidos. Nada de todo esto hizo reaccionar a los 4 sindicatos mayoritarios del Comité.
CGT, desde el principio de todo este proceso, hemos considerado la judicialización del ERE como un último recurso o, en cualquier caso, paralelo a las acciones sindicales. Cuando la empresa empezó a suplir a los compañeros despedidos con personal eventual iniciamos una huelga indefinida que finalizamos tras 5 días por falta de apoyo del resto de sindicatos. En CGT hemos mantenido un compromiso real de no colaboración con la empresa negándonos a bajar fuera de nuestro calendario laboral. Así mismo, hemos convocado huelga todos los fines de semana y festivos del año para aquellos días que, por convenio, nos puede obligar la empresa a trabajar. El resto de sindicatos ni han secundado estas acciones ni han llevado a cabo ninguna otra.
El comportamiento de CCOO, UGT, ELA y LAB en nada ha cambiado desde aquella fatídica votación. CCOO y UGT, como mayoría del Comité, toman las decisiones que les ordena la empresa. ELA y LAB se supeditan a esa mayoría y se niegan a realizar acciones sindicales para defender aquello en lo que dicen creer. Todos ellos han renunciado a proteger a los trabajadores. CCOO, UGT, ELA y LAB han entrado conjuntamente en una dinámica muy peligrosa que actúa en contra de los intereses de todos los trabajadores. El llevar a asamblea votaciones como la de los despidos, cuyo resultado puede ir en contra de su obligación de proteger a TODOS los trabajadores, es una traición a la esencia del sindicalismo y demuestra que se han convertido en un instrumento de la empresa. Ya no se comportan como sindicatos, sino como meros representantes de mayorías asustadas y confusas capaces de renunciar a derechos laborales (conseguidos tras años de lucha obrera) o incluso de sacrificar a sus propios compañeros a cambio de que un empresario embustero y manipulador les asegure un par de años más de trabajo.
Los trabajadores de esta planta ya no pueden sentirse protegidos por aquellos que los representan. Si los sindicatos que componen este Comité quieren recuperar la confianza de la plantilla deben retomar las acciones sindicales y luchar por aquello en lo que creen, aunque sea en minoría, y dejar de buscar apoyos en aquellos que nunca se los van a dar.
-En estos momentos, CGT vemos la imperiosa necesidad de retomar aquella propuesta de ESK que buscaba el compromiso por escrito de cada sindicato de no permitir a la empresa despedir a nadie de forma Improcedente.
-En ese mismo camino, ahora que ha quedado confirmado que la vía judicial ha fracasado en tanto en cuanto no obliga a la empresa a readmitir a todos los trabajadores y que las causas para el ERE se han basado en mentiras, los sindicatos debemos unirnos para obligar a la empresa, mediante acciones sindicales, la vuelta de todos y cada uno de los compañeros despedidos que así lo deseen.
CGT ha propuesto esos 2 últimos puntos al resto de sindicatos pero todo apunta a que seguirán apoyando con su inmovilismo a esa Dirección a la que tanto critican.
Sección Sindical de CGT en ZF-TRW
Fuente: Sección Sindical de CGT en ZF-TRW