La Organización Mundial de Comercio (OMC), el Acuerdo General de Servicios (AGCS), el Mercado GlobalEl proceso de liberalización económica (Acuerdos preferenciales de control de las grandes potencias : ALCA, MERCOSUR, etc.), la privatización del sector público, los cambios constitucionales a favor del capital (el último intento lo encontramos en el proyecto de Constitución Europea), y la desregularización de las economías, están siendo institucionalizados a través de acuerdos comerciales, en particular los desarrollados por medio de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Los diez países más ricos del mundo -sus gobernantes-, toman las decisiones dentro de la OMC, y así mismo las empresas transnacionales, las grandes corporaciones mundiales financieras e industriales.
La OMC actualmente busca acuerdos en tres áreas nuevas del comercio, mucho más allá de una agenda comercial tradicional. Estas áreas incluyen los servicios (GATS), compras del gobierno, y las inversiones.
El sector de servicios en la actual economía global, ofrece las mejores oportunidades en términos de comercio : incremento del volumen de operaciones de negocio, incremento de facturación, incremento de la demanda e incrementos del empleo.
Solo en el área de servicios se contempla un número vasto de sectores, que incluye el agua, la salud, la educación, la vivienda, y una multiplicidad de otros servicios antes ofrecidos por los estados y ahora abiertos a la competencia privada internacional.
Esto se vincula a los procesos actuales de la privatización del sector público y el deterioro de los servicios sociales en todas las regiones del mundo. El efecto es la remodificación y cambio de concepto de lo que hasta ahora conocíamos como servicios básicos.
En aquellos países, estados, áreas geopolíticas, donde las personas antes recibían estos servicios como derechos ciudadanos, ahora son mercancías que habría que comprar y en donde las personas de bajos recursos no tendrían acceso a ellos.
El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) -GATS por sus siglas en inglés- es uno de los acuerdos de mayor alcance de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Su propósito es liberalizar progresivamente el “comercio de servicios”entre los miembros de la OMC.
El GATS entró en vigor en enero de 1995, pero las negociaciones comenzaron oficialmente a principios de 2000. En marzo de 2001, el Consejo del Comercio de Servicios estableció las Directrices y procedimientos para las negociaciones. La Declaración de la Conferencia Ministerial de Doha (noviembre de 2001) respaldó la labor realizada, reafirmó las directrices y procedimientos para las negociaciones y estableció el plazo para la conclusión de las negociaciones : El 1 de enero de 2005 (algo que no es posible y se traslada a finales de este año).
El comercio de servicios se define de manera muy amplia para incluir la inversión extranjera directa en servicios tales como salud, educación, agua, pensiones, transporte. Entre otras cosas, la liberalización implica la eliminación de cualquier medida gubernamental que podría favorecer a un proveedor nacional frente a uno extranjero, como por ejemplo los subsidios públicos preferenciales. Significativamente, también incluye terminar con los monopolios públicos (salud, educación, por ejemplo), así como la desregulación cuando una norma se considera demasiado onerosa para los inversionistas y proveedores de servicios extranjeros.[1]
La misión de la OMC desde su creación, hasta la actual agenda de Hong Kong, es buscar y crear las condiciones más oportunas para el negocio. Por eso se han tenido que realizar las sistemáticas operaciones políticas de conversión de los sistemas públicos para cubrir necesidades, en meras operaciones de mercado.
Del 13 al 18 de Diciembre del 2005 en Hong Kong se celebrará la próxima Conferencia Ministerial de la OMC. Agenda que aborda tres áreas claves : agricultura, acceso a mercados no agrícolas -productos industriales, recursos naturales, etc.- y servicios.
La UE, en paralelo, agiliza su agenda en lo relativo a estas tres áreas. A finales de noviembre del 2005, la Comisión del mercado Interior, voto a favor de la Directiva Bolkestein, sin reformas sustanciales, como el principio del país de origen y sin delimitar que servicios esenciales no pueden ser objeto de mercadería. En enero, el Parlamento Europeo tiene que votar acerca de dicha directiva y a partir de esos momentos, la misma será de obligado cumplimiento en todos los países miembros (UE-25).
Las preocupaciones por la desigualdad, el reparto de la riqueza, la equidad social, la calidad de vida, las formas autónomas-locales de producir, el medio ambiente, la tierra, la igualdad, la equidad…no tienen precio y no cuentan en esta lógica instituida por la OMC y donde la UE pretende instalar previamente dicho modelo de “servicios” para de esta manera alcanzar un volumen de negocio suficiente que le permita competir en cualquier punto del planeta.
El futuro de la vida cotidiana hoy no existe para millones de personas, incluidos continentes enteros como África… Los gobernantes mundiales, llámense estados o corporaciones transnacionales, multinacionales -financieras, comerciales-, conducen a las sociedades, a las personas, a gravísimos riesgos de rupturas, que en una gran parte de la población mundial hablar de cohesión social, es un insulto a la dignidad humana.
Guerras, desastres ecológicos, cambios climáticos, catástrofes no naturales, pandemias, enfermedades físicas y sociales, valores antisociales constituidos como la columna vertebral de la sociabilidad, anulación de la libertad, de la democracia…son las consecuencias de una acción política mundial llamada hoy “capitalismo global”.
[1] La actual propuesta de Directiva de Servicios del mercado interior europeo -comúnmente conocida como Directiva Bolkestein-, establece en su artículo 16 que … “los estados miembros deben garantizar que los proveedores están sometidos sólo a las normativas nacionales de su estado miembro de origen”… Es el tan cruel Principio del país de Origen.
Fuente: Desiderio Martín Corral