Miriam Maluwa, representante de ONUSIDA para Jamaica, Bahamas y Cuba, insistió en un seminario de la UIMP en Santander sobre la obligación de los Estados de proteger a los enfermos con sida.

Miriam Maluwa, representante de ONUSIDA para Jamaica, Bahamas y Cuba, insistió en un seminario de la UIMP en Santander sobre la obligación de los Estados de proteger a los enfermos con sida.

La representante de ONUSIDA para Jamaica, Bahamas y Cuba, Miriam Maluwa, recordó que los estados tienen la obligación de «respetar, proteger y hacer cumplir» los derechos humanos de todos los ciudadanos incluidas las personas con sida, que no piden un trato preferente sino igualitario.

Así lo expuso Maluwa en la ponencia que impartió en el seminario «Discriminación y VIH/Sida : realidades y propuestas de acción» en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, donde afirmó que si los derechos humanos de una persona no son respetados, la sociedad entera sale perjudicada, y recordó que los estados no pueden violar estos derechos ni siquiera de forma indirecta, es decir, por omisión, dejando que se produzca discriminación.

Maluwa partió del Informe de la Fundación para la Investigación y Prevención del Sida (FIPSE) sobre Discriminación y VIH/Sida en 2005, donde se dice que en España hay discriminación en la práctica, por lo que reclamó el papel de los ciudadanos en cambiar esta situación.

La representante de ONUSIDA dijo que las mujeres con sida sufren más discriminación que los varones que tienen el virus y recordó el caso de un tribunal de la India que dictaminó que una mujer con VIH no podía contraer matrimonio. Otros ejemplos de discriminación para afectados de sida que citó Maluw fueron el hecho de que muchos países denieguen visados de entrada o de salida del país por tener VIH o preguntar en entrevistas de trabajo si se padece esta enfermedad.

Distinción entre discriminación y estigma

«La discriminación es un buen indicador del nivel en que se encuentran los derechos humanos en un país», indicó Maluwa. La representante de ONUSIDA distinguió entre discriminación y estigma, entendido este último concepto como los prejuicios profundamente arraigados en una sociedad que asocian algo negativo con un hecho particular, como por ejemplo unir la idea de mujer enferma de sida con una prostituta.

Las causas de estos prejuicios, según expuso, son la falta de comprensión, el desconocimiento, el miedo social y el asociar la enfermedad con la muerte porque no todo el mundo puede acceder al tratamiento adecuado, y recordó que los más estigmatizados son los marginados. Por contra, la discriminación es una acción o una omisión derivada de los prejuicios y que va dirigido a las personas estigmatizadas, señaló Maluwa, lo que se convierte en un círculo vicioso, porque el estigma causa una discriminación que viola los derechos humanos y que legitima ese estigma.

Para luchar contra esta situación, Miriam Maluwa recordó que los programas de educación y formación no bastan, porque son como cortar el césped : en apariencia todo queda arreglado, pero las raíces subsisten.


Fuente: Hechosdehoy.com