Las experiencias de autogestión y autogobierno que se vivieron en muchass localidades de Túnez desde la caída de Ben Alí hasta cierta consolidación del aparato estatal con la convocatoria de elecciones a una asamblea constituyente, siguen estando vivas en los sectores y regiones más combativas de la rebelión tunecina.
Fueron meses de localidades y provincias gestionadas por consejos locales y regionales, muchos de elos con una base asamblearia. Fueron meses en los que la ocupación de la Kasba (plaza donde está la residencia del primer ministro, como la Moncloa), especialmente la 1 y 2, reflejaba un espacio concreto y real donde se expresaba la rebelión popular, sin intermediarios ni representantes. Fueron meses en que se sucedían unos y otros gobiernos provisionales que iban cayendo por la fuerza de las olas de la rebelión.
Fueron meses de localidades y provincias gestionadas por consejos locales y regionales, muchos de elos con una base asamblearia. Fueron meses en los que la ocupación de la Kasba (plaza donde está la residencia del primer ministro, como la Moncloa), especialmente la 1 y 2, reflejaba un espacio concreto y real donde se expresaba la rebelión popular, sin intermediarios ni representantes. Fueron meses en que se sucedían unos y otros gobiernos provisionales que iban cayendo por la fuerza de las olas de la rebelión.
Las recientes ocupaciones de edificios administrativos, especialmente en la provincia de Sidi Bouzid, nos muestran que estas experiencias recientes siguen vivas en Túnez. El creciente hastío por las luchas de poder de los partidos políticos, su incompetencia para resolver los problemas sociales y económicos de la población, crean un contexto favorable para el desarrollo de organizaciones libertarias y, lo que es más importante, el desarrollo de ideas libertarias como la autogestión, la autonomía municipal, la defensa de lo común, el rechazo de la política partidista…
Traducimos un comunicado del colectivo libertario tunecino “Desobediencia”.(Anexo en francés e inglés)
“Los desfavorecidos deben vivir… los desfavorecidos deben gobernar»
El pueblo tunecino y la juventud de la revolución viven desde la suspensión de la ocupación de la Kasba 2 bajo el ritmo de la dominación de una clase política hambrienta de poder que vive de la sangre de los pobres y los marginados, que se apropia de la riqueza de las regiones ignorando a sus habitantes por lo que el pueblo continúa sufriendo el deterioro de su nivel de vida y a la sombra del paro y la pobreza.
Esta situación coincide con una corriente fascista, que ha llegado al asesinato de dos militantes políticos Chokri Belaid y Mohamed Brahmi y la lista está más que nunca abierta.
La dictadura capitalista que recuperó su aliento con el establecimiento de la alta instancia de Ben Achour pasando por las elecciones del 23 de octubre, hasta la investidua de la Asamblea Constituyente con su mayoría, su oposición y todas las instancias que han salido de ahí, es responsable del deterioro de la situación económica y social y de la degradación de la situación de la seguridad con la continuación del terrorismo y de los asesinatos.
Si las diferentes regiones del país han vivido en los últimos días, una movilización popular a gran escala coronada con la ocupación de algunos locales de la administración en las regiones del interior, este paso revolucionario, aunque simbólico, requiere que estas regiones reivindiquen su derecho a la gestión de sus asuntos corrientes y de sus recursos y se defiendan contra todos los intentos de desviación y recuperación de los componentes del panorama político y civil, ávidos de poder.
La iniciativa de los levantamientos populares de poner en funcionamiento consejos locales y regionales debe materializarse y tener la prioridad en la gestión de los asuntos públicos y esto por:
-El establecimiento de consejos de gestión y administración de los asuntos públicos y la autogestión de los recursos y la riqueza a nivel de municipios, aldeas, zonas rurales, fábricas, granjas y comunidades, teniendo derecho a las asambleas y toma de decisiones.
El establecimiento de consejos regionales (a nivel de las provincias) que gestione los asuntos regionales y asegure la coordinación regional de la toma de decisiones.
El establecimiento de un Consejo Nacional general compuesto por mandato de varias delegaciones que desarrolle las bases para un programa de desarrollo y los principios generales de la vida cotidiana de los tunecinos y de órganos ejecutivos que aseguren el cumplimiento y seguimiento de las decisiones del Consejo.
Presentamos aquí estas propuestas a las fuerzas militantes sobre el principio de la caída del régimen y para garantizar la soberanía en la toma de decisiones, romper con la pobreza, el expolio, la exclusión regional, la violencia y el terrorismo con el derecho a defenderse contra todos los intentos de desviación que se incuban en los bajos fondos, en los cuarteles generales de los partidos políticos y en las embajadas de países extranjeros con pretextos, como la ayuda, la unión nacional, la transición democrática y que son en realidad sólo compromisos para apropiarse de la revolución y de la riqueza del país.
Mouatamid
Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT
Fuente: Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT