Se llama Juan Carlos de Borbón y Borbón, con una aliteración más domesticadora que hemofílica, que ya se sabe que las conjunciones copulativas o las preposiciones siempre han ido en beneficio del Señor y en detrimento del vasallo. Trabaja de Rey en una Empresa llamada España, y aunque su nómina es más secreta que la fórmula de la Coca Cola o la edad de Marujita Díaz, cobra -oficialmente- no menos de 290.000 euros brutos anuales. El máximo lo ignoro, pero supongo que conociendo el mínimo el tope superior ya no es algo que tenga demasiado interés para las familias, para las miles y miles de familias, que ¿subsisten? con 5.112 euros netos anuales. Eso algunas. Otras con nada.

Este hombre, que además de Monarca es cazador (y taurino), se paga las vacaciones, los coches, las motos, las mariscadas, los viajes oficiales o privados, las entradas a las plazas, las escopetas y los cartuchos con dinero público, lo llaman «presupuesto para la Casa Real». Dinero del tuyo (ese que no tienes), y dinero del mío (ese que no tengo).

Este hombre, que además de Monarca es cazador (y taurino), se paga las vacaciones, los coches, las motos, las mariscadas, los viajes oficiales o privados, las entradas a las plazas, las escopetas y los cartuchos con dinero público, lo llaman «presupuesto para la Casa Real». Dinero del tuyo (ese que no tienes), y dinero del mío (ese que no tengo). Hace cerca de un año se marchó a Botswana a matar elefantes, que así es nuestro máximo Embajador: lo mismo, entre cabezada y cabezada, le ordena que se calle al Presidente de un País elegido democráticamente (y no como anexo suntuario y parasitario en una Constitución), que silencia para siempre a disparos el barritar un elefante y luego se hace una fotografía sonriendo con el cadáver del desdichado animal.

Dice la canción que la vida es una moneda y claro, da vueltas, por eso lo mismo hoy te tropiezas contra una puerta que mañana das un traspiés en un escalón. El caso es que nuestro campechano coronado y escopetero puede que tenga la sangre azul, pero comparte con nosotros la inhibición de glóbulos blancos o rojos o la fragilidad ósea, y por eso en Botswana se fracturó la cadera como en Madrid se hinchó un ojo. En todo caso peor parados salieron sus elefantes, como sus pumas o sus osos rellenos de vodka, que a todo le da, no son especistas los gatillos de las armas sino el dueño del dedo que los acciona. Y el regio índice del Borbón no hace ascos a disparar a casi ninguna especie.

Pero él pidió perdón al salir del hospital y pelillos a la mar. Su cadera está tan soldada como la corona a su cabeza, su culo al trono y los emolumentos a su cargo. Lo que no está solucionada es la muerte del elefante. Porque las disculpas de este individuo le fueron impuestas como guión en razón de su cargo por haber realizado ese viaje en un momento dramático para el País, con millones de personas pasando por una situación de miseria y él, el que se paga los tropezones y sus trofeos con los presupuestos del Estado, tuvo los cínicos redaños de rogar austeridad y de solidarizarse con la tragedia de tantas familias. Que me parece fantástico (aunque una farsa en su boca), pero es un guión escrito por y para humanos. ¿Qué demonios pasa con sus víctimas de animales de otras especies?

Se llama Antonio Cantó García pero todos le conocemos por Toni Cantó, que queda mejor en los créditos de un programa u ocupa menos caracteres en un tuit, red social en la que se está ganando a pulso el HT #AneuradoDelAño. Era modelo, era presentador, era actor, es -dicen él y su acta- diputado en el Congreso por UPyD, pero aquí tiene que haber alguna cámara oculta . O eso o en su partido han decidido que nada como tener a un tarado ético en sus filas para jugársela al todo o nada pensando: con este frikie o nos suicidamos políticamente o triunfamos. Cobra por nómina, y aquí presumiblemente faltan como antes con el inquilino de La Zarzuela los epígrafes que nos ocultan la inocencia, la ignorancia o el servilismo, unos 5.650 euros brutos al mes. Y en este caso lo que me asusta no es lo que gana, sino cómo lo gana. Mejor dicho: que lo siga ganando después de lo que dice.

En un País como este en el que el paro, la ausencia absoluta de ingresos, la carencia de asistencia social, los desahucios y el hambre de los hijos están siendo la mano que desliza el nudo corredizo de la soga o la que empuja al vacío en una ventana a más de un ciudadano, nuestros políticos dan curso, como es de esperar al tratarse de un proceso democrático, a una votación para admitir o no a trámite una ILP que solicita que la tauromaquia sea declarada BIC. Y no es eso lo grave, lo aberrante es que votan mayoritariamente por un «SÍ», lo que implica dedicar más recursos, también económicos, a la tortura de animales en una España en la que empieza a haber más suicidios que corridas de toros.

Pues bien, ¿dije bien?, pues mal: en ese debate viene nuestro diputado Cantó y desde el estrado suelta la siguiente perlita: «los animales no tienen derecho a la vida ni a la libertad». No voy gastar yema de mis dedos en explicarle a este homo stultus stultusque él, para vergüenza de todos, también es un animal, de eso ya se ha encargado la Fundación Franz Weber con la remesa de libros de Biología, Filosofía y Derecho que le ha regalado. Pero de verdad que es como para amordazarlo o cortarle el cable del micro.

Seas Borbón o Cantó venido a más por apellido o padrino, también para este diputado la vida es una moneda, y el otro día volvió a caer para él de cruz, como la que llevan los ataúdes de algunas mujeres asesinadas, cuando el muy… ¿puedo escribir canalla (o pensarlo en alto) en este texto? afirmó que la mayoría de denuncias por violencia machista son falsas. Luego pidió perdón, ¿por pensar que había mentido?, ¿al recapacitar en el daño de sus declaraciones?, ¿por respeto a tantas mujeres heridas, asesinadas y aterrorizadas? No, lo hizo para no tener que despegar, como el otro, el culo de su poltrona, porque rápido añadió que estaba orgulloso del papel de su formación contra la violencia machista y que no abandonaría su cargo.

¿Por negarle a los animales el derecho a la libertad o a la vida? Ni un perdón, ni una palabra, ni un guiño, ni un mínimo rasgo de decencia, inteligencia o ética. Las mujeres que no exageraron o mintieron al denunciar que corrían riesgo de ser agredidas ya saben, cuando estén siendo estranguladas o apuñaladas, que cuentan con la credibilidad, aunque tardía, de Toni Cantó. Los perros ahorcados, los asnos empalados, los toros alanceados y quemados, las vaquillas atravesadas, los macacos abiertos en vivo, los visones despellejados, los leones drogados en los circos o las elefantas enfermas en los zoológicos, todos ellos y cualquier otro animal en el peculiar universo de este peligroso cafre puede darse por jo*ido. A ellos no hay perdón que pedirles, algo que al animal le importa un bledo, pero que le viene muy bien al violento para seguir sumando a su impunidad moral la legislativa, al menos si de este diputado depende.

David Reboredo, un ex drogodependiente vigués que lleva diez años rehabilitado y tres sin consumir, continúa en la cárcel a la espera de un indulto que no acaba de llegar. Juan Lado Palmier «Cagón», el hombre que en Ribeira (A Coruña) mató a palos a su pastor alemán atado a una valla, o Jaime Ferrero, el «matagatos de Talavera», que acabó con la vida de varios de estos animales a pedradas y luego posó sonriente con sus cuerpos en internet, o el torturador de los cachorros de Badajoz, entran y salen de su casa cuando les viene en gana… Son sólo tres ejemplos de quienen torturaron y asesinaron a seres sintientes, que jamás pidieron perdón y ninguno de ellos pisó una prisión. Eso en un País, por supuesto, en el que la hipocresía, el interés y los asesores reales o políticos aconsejan retractarse públicamente de declaraciones miserables que dañan, y con razón, a muchos seres humanos, pero en el que cuando las víctimas son animales no humanos no hay lugar ni para el perdón, ni para la compasión, ni para el progreso moral, sólo cabe asignar partidas presupuestarias para seguir facilitando su explotación, maltrato y muerte.

¿Que he mezclado cuestiones para llevarlas también al terreno de los animales? Es cierto. Pero creo que si la tauromaquia llega al Parlamento para declararla BIC, la película Blancanieves, sobre la que pesa una denuncia de tortura y muerte de novillos a los Goya, o la matanza de perros a manos de cazadores a una orden dada por el Ayuntamiento de Punta Umbría, yo bien puedo traer a esta página su derecho a la libertad y a la vida, sí, a la libertad y a la vida, Toni Cantó, y la denuncia, al menos moral, lamentablemente sólo moral de momento, de quienes son un cáncer para un progreso cuyo debate, por lo medieval, duele pensar que esté vigente en 2013.

Julio Ortega


Fuente: Julio Ortega