La familia de Francisco Cruz Gutiérrez «Seisdedos», una de las 33 víctimas de la masacre de Casas Viejas, que pereció tiroteado y abrasado en su choza, ha planteado dudas jurídicas sobre la titularidad de los terrenos donde se registraron los tristes sucesos y quiere conocer si en parte de esa finca de su abuelo se levanta o no el complejo hotelero y de ocio del Hote Utipia (antes denominado Libertaria).
La finca se encuentra inscrita en el Registro de la Propiedad de Medina Sidonia, al que se van a dirigir tanto el sindicato CGT-A, como la propia familia de Curro «Seisdedos» y la alcaldía de Benalup para constatar la veracidad de las sospechas familiares, según publica hoy la edición andaluza de EL MUNDO.
La finca donde se levantaba la choza de la familia «Seisdedos» fue vendida a los promotores del hotel al parecer por 21 millones de pesetas, según fuentes municipales. Tras la Guerra Civil en España miles de propiedades fueron abandonadas o no volvieron a ser ocupadas por sus legítimos propietarios, ya que fueron usurpadas por terceros. En este caso el expediente del hotel fue tramitado sin más problemas por el ayuntamiento de Casas Viejas, que según su alcalde, no está obligado en principio a verificar la titularidad de los terrenos ante el registro de la propiedad. González Cabañas mostró ayer su inquietud ante esta nueva noticia pero se mostró confiado en poder reconducir el asunto y no descarta mantener un encuentro directo con los familiares de Francisco Cruz. González Cabaña adelantó que mantendrá silencio hasta el próximo lunes, una vez que haya analizado los hechos y las novedades surgidas.
Pero sin embargo, Juan Pérez Silva, hijo de María Silva «Libertaria», el historiador andaluz especializado en anarquismo, José Luis Gutiérrez Molina y el sindicalista Cecilio Gordillo, coordinador del grupo para la recuperación de la memoria histórica de la CGT-A, han decidido comparecer hoy a mediodía en una rueda de prensa en Cádiz para aportar documentos que, a su juicio, validan la hipótesis de que el legítimo propietario del solar donde estaba situada la choza es Francisco Cruz Gutiérrez «Seisdedos». Al mismo tiempo, explicarán la situación que atraviesa el contencioso, ya que hay acciones judiciales planteadas por Asociación de Abogados Progresistas de Andalucía.
DENEGADO
La CGT-A se vió obligada ayer a cambiar el lugar del encuentro informativo, que, inicialmente, se iba a celebrar en la sala de prensa de la Diputación, ya que desde la institución provincial se les denegó el uso del equipamiento. Se da la circunstancia de que el alcalde de Benalup-Casas Viejas es también el presidente de la Diputación de Cádiz y el secretario general provincial del PSOE. La denegación del uso del local causó cierta perplejidad en los convocantes, ya que contrasta con el tono cordial de la reunión que, a primeros de mes, mantuvieron con González Cabañas en Benalup. Nada más conocer la negativa, los sindicalistas contrataron el salón de un conocido hotel gaditano y notificaron el cambio a todos los medios de comunicación. Fuentes de la Diputación indicaron que la decisión fue adoptada el pasado miércoles por el equipo de gobierno de la institución, compuesto por PSOE, IP, PSA y PA. La raíz de este cambio de normas reside en que esta semana fue solicitada por Ecologistas en Acción, que expusieron sus alegaciones y críticas al plan general de ordenación urbana del municipio de Medina Sidonia.
BIEN DE INTERÉS CULTURAL
González Cabañas ha solicitado a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, tal como solicitó el PA en su momento, la declaración del solar de la choza de Seisdedos como Bien de Interés Cultural, para así dar paso a futuras actuaciones. «La realidad es que todo habría sido más fácil», dijo ayer Juan Pérez, hijo de María Silva Libertaria, «si hubieran contado con nosotros, solo pedimos respeto a la memoria de nuestros seres queridos, pero nadie, hasta el momento, ha hablado con nosotros, solo José Luis Gutiérrez Molina, Cecilio Gordillo y El Mundo. Esa es la verdad». Juan Pérez no quiso adelantar ayer el contenido de los documentos que hoy aportará en rueda de prensa, pero si advirtió que «si todo es cierto, más que nunca será verdad eso que me decía un amigo mío gitano de Jerez, de que en casa del jabonero, el que no cae, resbala y ese otro dicho de que lo que mal empieza mal acaba».
LA HISTORIA DE CASAS VIEJAS, SEGÚN LOS ANARQUISTAS
La Confederación General del Trabajo (CGT) de Andalucía, ante la polémica del hotel en Casas Viejas, ha creado un espacio en su web donde reúne todo lo que, hasta el momento, se sabe sobre los sucesos de Casas Viejas. Ésta es la introducción del documento central :
«El miércoles 11 de enero de 1933, los habitantes de Casas Viejas (Cádiz) decidieron que había llegado el momento de terminar con tanta injusticia y explotación como sufrían. Proclamaron el comunismo libertario y, durante unas horas, dominaron el pueblo. Unas horas después las fuerzas de orden público volvieron a restablecer el control del Estado en la localidad y asaltaron el local de la CNT. Nueve personas se refugiaron en la choza de Francisco Cruz Gutiérrez, «Seisdedos». Cuando los guardias quisieron detenerlas, temerosos de los maltratos que les aguardaban, se negaron a entregarse.
Comenzó entonces un asedio que se prolongó durante horas y finalizó con el incendio y muerte de sus ocupantes, salvo dos, el niño Manuel García Franca y la joven, María Silva Cruz, «La Libertaria». Al amanecer del día 12, considerando que el castigo no había sido suficiente, se realizó una razzia por el pueblo. Doce hombres fueron trasladados hasta los restos humeantes de la choza y, allí, los asesinaron. El gobierno republicano-socialista quiso ocultar lo ocurrido. Su presidente, Manuel Azaña, llegó a afirmar que sólo había ocurrido lo que tenía que ocurrir.
Sin embargo, las denuncias, primero de Miguel Pérez Cordón en la prensa anarcosindicalista y después de los periodistas Ramón J. Sender y Eduardo de Guzmán, terminaron por sacar a la luz el crimen. La sociedad española quedó conmocionada y se produjeron reacciones de todo tipo. Los asesinatos no sólo fueron utilizados políticamente por la oposición de derechas, sino que señalaron un antes y un después de la Segunda República.
Como la monarquía, el régimen republicano seguía tratando los graves problemas sociales del país como un problema de orden público. Las autoridades trataron de salvar sus responsabilidades y la razón de Estado antes que aceptar lo sucedido. Pero los crímenes cometidos en Casas Viejas quedaron en la memoria del país y marcaron el futuro de las familias afectadas y los políticos implicados».
Fuente: Pepe Contreras/El Mundo