Este año el premio a la valentía cívica en memoria de Björn Soderberg ha ido a parar a Daria Bogdanska. Daria trabajaba como camarera en un restaurante en Malmö. Pronto se percató de que las cosas no iban bien – la gente sin papeles era explotada sistemáticamente. Los salarios dependían de la parte del mundo de la que procedieras. Daria decidió pasar a la acción y organizarse. Aquí puedes leer sus palabras acerca de lo que sucedió y como es trabajar en Suecia para muchos inmigrantes.
El SAC se siente muy orgulloso de su trabajo, de verdad, vale la pena.

“Me trasladé a Malmö a estudiar. Solamente llevaba mi mochila y dinero para pagar un mes de alquiler. Necesitaba dinero con urgencia y por lo tanto, un trabajo porque los estudiantes extranjeros no tenemos derecho al CSN. Después de buscar acabé en un restaurante hindú en Malmö llamado “Curry Hut”. Empecé a trabajar al día siguiente. Estaba contenta por haber conseguido un trabajo pero cuando intenté hablar con mi jefe sobre las condiciones me dio largas y me comentó que ya lo hablaríamos más tarde.

“Me trasladé a Malmö a estudiar. Solamente llevaba mi mochila y dinero para pagar un mes de alquiler. Necesitaba dinero con urgencia y por lo tanto, un trabajo porque los estudiantes extranjeros no tenemos derecho al CSN. Después de buscar acabé en un restaurante hindú en Malmö llamado “Curry Hut”. Empecé a trabajar al día siguiente. Estaba contenta por haber conseguido un trabajo pero cuando intenté hablar con mi jefe sobre las condiciones me dio largas y me comentó que ya lo hablaríamos más tarde.

Ese “más tarde” no llegó nunca. Descubrí lo que había ganado el día que me pagó en negro y dividí la suma entre las horas que había trabajado. La cantidad (50 coronas la hora) era ofensiva y además el sueldo de mis compañeros era diferente dependiendo de su nacionalidad. La gente de Bangladesh era la que menos ganaba, los europeos estaban en medio y los suecos eran los que más ganaban por el mismo trabajo. Lo que era ofensivo se convirtió en inaceptable.

Comencé a hablar con mis compañeros para recoger información y reunir evidencias. Es lo que hay que hacer cuando trabajas de forma ilegal. Lo único que puede probar que has estado trabajando allí: fotos, horarios de trabajo, sms intercambiados con el jefe. Cuando trabajas de forma ilegal, la que está de tu parte es la ley, no tus jefes pero mucha gente no sabe cómo hacer para exigir sus derechos básicos. Muchos trabajadores, como mis compañeros,  están demasiado asustados y desesperados o dependen en exclusiva de sus ingresos en negro como para rebelarse y hacer que sus condiciones mejoren.
Los suecos con los que trabajaba se mostraban dispuestos a hacer algo contra la injusticia pero cuando acababa el día nadie había tenido agallas de unirse a mi lucha.
Contacté con la unión- Syndykalisterna, los únicos que ayudan a trabajadores ilegales. Intenté que nos organizáramos en el trabajo y poco después, me despidieron. Me quedé sin ingresos y sobreviví gracias a la ayuda de amigos.
El sindicato demandó a “Curry Hut”. Teníamos razón y ganamos. Me indemnizaron y me tuvieron que readmitir pero el problema no se solventó.
Esta vez tuve la justicia de mi lado y me devolvieron mi dinero. Pero ¿Qué pasa con todos los que trabajaron allí? ¿Qué pasa con el Malmö “en negro”?
Creo que nosotros, “los trabajadores en negro” tenemos que empezar a organizarnos, aprender y demandar nuestros derechos para cambiar nuestros lugares de trabajo. Hacernos oír y sacar a la luz lo que todo el mundo sabe pero de lo que nadie parece querer hablar, que Suecia no es un país de igualdad, que de hecho vivimos en dos Suecias, la Suecia para los suecos y la Suecia para el resto.
Hay un montón de gente a tu alrededor en la que no reparas que te sirven la comida, limpian tu mesa y te ponen la cerveza. Viven en la misma ciudad, quizás en tu misma calle pero viven en una realidad completamente diferente.
La realidad de un doble modelo. De miedo y desesperación donde perder un trabajo te imposibilita sobrevivir.
Viviendo en Suecia he escuchado la frase: “for alla manniskors like varde” (en sueco original, creo que la traducción debe ser algo así como “poner a todo el mundo en valor” o todo “el mundo tiene su valor”) 50 veces al día. Apoyar estos valores, en mi opinión, es una parte importante de la identidad sueca. Me gustaría que este eslogan no se quedara en eso si no que se aplicara también a las condiciones de trabajo.
“For alla manniskors jobbs like varde” (en este caso sería “poner el trabajo de todo el mundo en valor”) no a la mitad de los sueldos suecos. Sólo entonces nos podremos sentir parte de esa sociedad. Sólo cuando no tengamos que trabajar 12 horas, 6 veces a la semana para poder pagar el alquiler a duras penas, tendremos tiempo para aprender el idioma, pasar tiempo con nuestras familias y amigos o hacer algo divertido, algo para nosotros mismos. Vivir, no sólo sobrevivir en Suecia. Ser humanos, no esclavos.
Para que esto ocurra tenemos que actuar desde todas las vertientes. Todos, Trabajadores y clientes. Suecos e inmigrantes. Tenemos que trabajar en redes de antirracismo y solidaridad. Tenemos que construir un movimiento sindical fuerte donde podamos dar a la bienvenida a todo el mundo (excepto al SD).
Lo mejor es empezar a hacer cosas en nuestra vida diaria: apoyarnos los unos a los otros, hablar con los compañeros de trabajo. Si eres sueco y trabajas con un inmigrante no tengas miedo de preguntarle por su situación y muestra solidaridad. Si eres inmigrante no tengas miedo de pedir ayuda.
Espero que el hecho de haber luchado y haber ganado pueda traer un rayo de esperanza a los que estén en la situación en la que yo estaba. Un ejemplo de que si actúas y haces algo en contra de esta injusticia puedes ganar. Espero que esto dé la valentía suficiente a los que están hartos de ser tratados así y quieren hacer algo pero todavía no se atreven.
Daria Bogdanska


Fuente: SAC