Una ONG publicó ejemplos y testimonios de soldados que creían que actuaban legalmente al asesinar a civiles.
Washington. Documentos recientemente divulgados en relación a supuestos crímenes cometidos por soldados de Estados Unidos en Irak y en Afganistán indican que los efectivos militares no acatan las normas sobre interrogatorios y acciones de combate.
Una ONG publicó ejemplos y testimonios de soldados que creían que actuaban legalmente al asesinar a civiles.

Washington. Documentos recientemente divulgados en relación a supuestos crímenes cometidos por soldados de Estados Unidos en Irak y en Afganistán indican que los efectivos militares no acatan las normas sobre interrogatorios y acciones de combate.

Los documentos, divulgados ayer por la Aclu (siglas en inglés de American Civil Liberties Union, o Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles) previamente a una demanda, detallan 22 incidentes en unas 10 mil páginas de sumarios, informes investigativos y transcripciones.

En esos documentos hay reiterados ejemplos de soldados que creían que actuaban legalmente al asesinar a civiles.

Entre los asesinatos figura el lanzamiento al río Tigris de un iraquí por parte de soldados norteamericanos, que lo castigaron por violar el toque de queda, y la muerte por asfixia de un ex general iraquí en el curso de un interrogatorio. Se presumía que el general estaba ayudando a los insurgentes.

En el caso del general iraquí, los soldados le cubrieron la cabeza con una bolsa de dormir, y le envolvieron el cuello con un cable de electricidad. Los soldados dijeron a los investigadores del asesinato que se trataba de una técnica aprobada por el ejército, aunque no hay normas que permitan ese tipo de comportamiento.

Los documentos fueron obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información.

La Aclu había solicitado los documentos hace más de un año, reclamando todos aquellos vinculados a la muerte de civiles en Irak y en Afganistán en incidentes en que estuvieron involucrados militares. Sólo el ejército respondió a la solicitud.

“Desprolijas”. Si se observan los documentos a la luz de casos recientes –como la muerte de detenidos en Samarra, Irak, a manos de militares de la División Aerotransportada 101, o los procesos contra infantes de marina acusados de asesinar a 24 civiles en Hadita– esos nuevos ejemplos arrojan luz sobre la frecuencia con que soldados y marines desechan las normas de guerra y caen en la más cruel brutalidad.

Michael Pheneger, un coronel retirado que sirvió en la rama de inteligencia del ejército, y examinó los materiales para la Aclu, declaró que los documentos sugieren que buena parte de las denuncias de crímenes de guerra en Irak no han sido divulgadas.

“Las guerras son desprolijas por naturaleza”, dijo Pheneger, que luchó en Vietnam. “Se trata de circunstancias peligrosas … Pero es obvio que no hay reglas de combate que otorguen permiso para asesinar a un prisionero”.

La violencia de cada día. Al margen de esto, cinco personas murieron ayer en ataques en el norte del país, mientras que la policía encontró 12 cadáveres de personas asesinadas a tiros durante las últimas 24 horas en diversos lugares de Bagdad.

Cuatro personas que viajaban en un coche fueron acribilladas por un grupo armado en las cercanías del puente Al Muzana, en el norte de Mosul, capital de la provincia de Ninive, a unos 400 kilómetros de Bagdad.

En otro incidente, un policía perdió la vida y otros tres están heridos en una emboscada tendida por insurgentes en la aldea Lezakat, ubicada en la provincia de Salahedin, 170 kilómetros al norte de la capital iraquí.

La violencia, lejos de amainar, parece aumentar cada día.


Fuente: Agencias EFE y AP