Correo enviado a la edición digital gallega del diario Metro.
He visto en un periódico de distribución gratuíta del lunes 25 de abril un enunciado que dice : “Da miedo trabajar en España”.
Correo enviado a la edición digital gallega del diario Metro.

He visto en un periódico de distribución gratuíta del lunes 25 de abril un enunciado que dice : “Da miedo trabajar en España”.

Éste se refiere al accidente laboral, que hunde miles de vidas a través de los años. Del accidente se habla pero de lo que no se habla es de lo que le pasa al accidentado si sobrevive al siniestro. A éste le toca vivir una total falta de humanidad, sintiéndose burlado en sus derechos por una autocomplaciente “democracia” que lo único que le ofrece, al no poder trabajar, es quedarse en la calle debido a una legislación que se vuelve papel mojado y a un Estado de Derecho burlado por quien está especialmente obligado a respetarlo. Y ello es porque la Seguridad Social se empeña en negarle sus lesiones, recurriendo a cualquier medio para así ahorrarse las pensiones y quedarse con las cotizaciones que se han detraído durante años. En estas condiciones, propias del siglo XIX, es una fortuna quedarse en silla de ruedas porque así no se podrán negar las lesiones y se podrá tener un diagnóstico cierto recibiendo un tratamiento médico correcto así como la correspondiente pensión. Todo esto siempre que la Seguridad Social no alegue que el accidentado puede andar dado que, en sus informes, consta que ¡no tiene nada ! y ¡es apto para su trabajo ! aunque esté invalido. España no ha dejado de ser diferente

Santiago N.Pernas – Ferrol


Fuente :Metro Directo (Galicia)