Hoy me han llamado de Gaza y entre otras cosas me han dicho que la niña a la que estuvimos visitando en el hospital de Shifa ha muerto como consecuencia de las heridas y fragmentos de metralla que tenía dentro del cráneo. Y me viene a la cabeza una y otra vez la cara y la pena de su madre. Además de ella, en la última semana Israel ha asesinado en Palestina a 14 personas y ha herido 34 más, aunque lo peor una vez más no es eso sino las condiciones de pobreza, la falta de movimiento, la ausencia de libertades básicas, la humillación permanente que supone la ocupación, especialmente en Gaza.
Kaixo compas,
Hoy me han llamado de Gaza y entre otras cosas me han dicho que la niña a la que estuvimos visitando en el hospital de Shifa ha muerto como consecuencia de las heridas y fragmentos de metralla que tenía dentro del cráneo. Y me viene a la cabeza una y otra vez la cara y la pena de su madre. Además de ella, en la última semana Israel ha asesinado en Palestina a 14 personas y ha herido 34 más, aunque lo peor una vez más no es eso sino las condiciones de pobreza, la falta de movimiento, la ausencia de libertades básicas, la humillación permanente que supone la ocupación, especialmente en Gaza.
Todos los años, tras conocer la realidad de los territorios del 67,
acababamos la brigada conociendo la realidad de los territorios del 48,
yendo a Haifa, Akka, Nazareth y Ein Hod entre otros lugares de Galilea y a
Bersheva, Laquia, Al Naam, Tal Sheva, entre otros pueblecitos del Neguev. El objetivo es conocer la realidad de la población árabe que vive en los
teritorios del 48. Son 1.200.000 personas que están sometidas a unas leyes
discriminatorias y racistas que les impide tener los mismos derechos que el
resto de la ciudadanía en Israel.
Y es que la eliminación de la población palestina ha sido desde la primera
mitad del siglo XX el principal objetivo sionista para así, poder certificar
su famosa frase de «una tierra sin pueblo, para un puebo sin tierra». Para ello llevan a cabo todo tipo de estrategias, la prioritaria el control
demográfico.
En 2002 tras un estudio que demostró que el ritmo de crecimiento demográfico
entre la población palestina era superior al ritmo de crecimiento judío, se
reactivó el «Israel Council for Demography», implantando políticas de ayuda
a la maternidad para fomentar la natalidad en Israel y así «preservar el
caracter judío del estado»
En 2003 B. Netañahu afirmó públicamente en una conferencia en Herziliya
sobre asuntos de seguridad, que la demografía se había convertido en un
problema para Israel.
El 27 de julio de 2005 el Knesset aprobó una enmienda a la ley de
Reunificación Familiar del 2002, que básicamente impide que las parejas
mixtas (una proveniente de los TT67 y otra de los TT48) puedan vivir juntos
porque a la persona que vino era de los TT67, bien Cisjordania, bien Gaza
nunca le darían la nacionalidad, con lo que se expondría a vivir ilegal y a
ser deportado en cualquier momento.
El 4 de abril de 2005 Sharon en una declaraciones afirmó que no hacía falta
disfrazar estas políticas demográficas, tanto la positiva hacia la población
judía , como las negativas hacia la población palestina, como de
«seguridad», confirmando, que sencillamente eran necesarias para mantener la
naturaleza judía del estado de Israel.
Otros ejemplos de las políticas racistas de Israel para con la población
palestina en los territorios del 48 los encontramos en el mercado laboral. Los y las palestinas no pueden acceder a ningún trabajo institucional
gubernamental, incluso algunas empresas directamente no contratan a
población árabe.
Los puestos de responsibilidad les están prácticamente vetados y la mayoría
tienen dificultades para encontrar trabajo como licenciados o doctores. Les prohíben al acceso a algunos trabajos como en compañías de aviación, en
industrias eléctricas, en la central nuclear.
Ubican las industrias más contaminantes, eléctricas, químicas, en las zonas
en las que se encuentran los pueblos no reconocidos. De hecho las cifras de
abortos, de malformaciones congénitas, de leucemia o de linfoma es mucho
mayor en esta población, sobre todo entre la población infantil, que en el
resto del país.
Impidiendéles además que la población árabe pueda comprar ni un metro
cuadrado de tierra
En educación la discriminación es fácilmente apreciable.
Los y las estudiantes palestinas tienen una red educativa diferente de la
judía, con unas infraestructuras obsoletas e insuficientes.
Las universidades son todas judías y los filtros para la población árabe son
muy duros, a parte de las humillaciones que los y las estudiantes palestinas
sufren en los campus.
A nivel presupuestario y aunque la población árabe paga los mismos impuestos
que la población israelí, el Knesset sólo dedica entre el 3-5 % del total
del presupuesto a la comunidad árabe, musulmana y cristiana, cuando son una
quinta parte de la población. Normalmente, además, los proyectos que se
aprueban en el parlamento para mejorar las condiciones de la población árabe
nunca se llevan a cabo.
Israel tiene 30 leyes de confiscación de terrenos y casas y los motivos son
de lo más irrisorio, desde haber pintado la casa de un determinado color, a
haber reparado una grieta en el tejado sin el obligatorio permiso israelí,
que por otra parte nunca llega, pasando por la ley del ausente u otras
tantas más.
Por si esto no fuera poco si además de confiscarte la casa te la destruyen,
después van a buscarte para que corras con los gastos de los bulldozers y
las escavadoras. Surrealismo en su máxima esencia.
Estas políticas son fácilmente apreciables simplemente paseando por las
ciudades, en aquella como Haifa con población palestina y judía, enseguida
te das cuenta de porqué barrio estás pasando pues los barrios árabes los
tienen abandonados, les recogen las basuras una o dos veces a la semana, los
edificios están descuidados y hasta las farolas y las papeleras son
diferentes, más feas y medio rotas.
Si a todo esto le sumamos que los impuestos que tienen que pagar son muy
elevados y que mucha gente no tiene trabajo o tiene trabajos con salarios
muy bajos, nos encontramos con otra política de limpieza étnica, sutil y
efectiva.
Además en este racista marco sociopolítico nos encontramos con la realidad
de los pueblos no reconocidos, es decir pueblos que físicamente existen pero
que Israel no reconoce ni sitúa en el mapa.
A pesar de pagar sus impuestos estos pueblos no reciben ningún tipo de
infraestructuras, ni carreteras, ni desagues, ni canalizaciones de agua, y
tampoco reciben servicios ni educación, ni salud, nada, sencillamente son
ignorados.
En la actualidad hay aproximadamente un centenar de pueblos no reconocidos
en los TT48, de ellos unos 45 están ubicados en el desierto del Neguev, con
las consiguientes dificultades que un contexto desértico conlleva. Debido a la situación que se está viviendo en el norte del país en esta
ocasión sólo pudimos ir al desierto del Neguev.
Fuimos a Bersheva la ciudad más grande del desierto del Negev. El desierto del Negev constituye el 62% de la Palestina histórica, la
población que ancestralmente había poblado el desierto del Negev es la
población árabe beduina. Es una población seminómada con un tipo de vida
propia y pecualiar, viven en Haimas o en casas sencillas, muchos de ellos
tienen ganado y en determinadas zonas incluso algunos cultivos. Esta
comunidad está muy unida a la tierra y es una gente que no entiende de
fronteras, que siempre ha sido libre y que tiene su ritmo de vida que
(afortunadamente para ellos) nada tiene que ver con nuestro tipo, ni ritmo
de vida en occidente.
El sionismo desde el principio (incluso, antes del 48) intentó por todos los
medios judeizar completamente la zona del Negev, pues la consideraban una
zona estratégica de gran importancia al estar entre Egipto, Jordania, Gaza,
Cisjordania y el Mediterráneo.
De hecho antes de 1948 había una población de 80.000 personas que tras la
primera guerra árabe israelí en 1948 fue reducida a 10.000. De los 70.000
restantes unos fueron asesinados, otros fueron obligados a salir sobre todo
hacia Jordania y otros tuvieron que marchar como refugiados a Gaza y
Cisjordania.
Del total del territorio por el que se movía libremente la población
beduina, les dejaron tan sólo el 7% del territorio, para ubicarse y moverse
con el ganado.
Bersheva, en 1948 fue totalmente «limpiada» de su población autóctona y
repoblada con comunidades exclusivamente judías, de hecho en la actualidad
de un total de 200.000 habitantes que tiene la ciudad sólo unos 3.000 son
árabes y su mayoría venidos de Haifa en las últimas décadas. Desde el 48 al 68 la zona fue declarada «área militar», durante esos años el
sionismo fue asesinando a los líderes de las diferentes comunidades
beduinas. También en esa época fueron cortando la posibilidad de
comunicación entre los árabes del Negev o beduinos y los árabes de Gaza y
Cisjordania. Otra de las medidas que adoptaron (y aquí podemos observar la
importancia que el imperialismo concede al lenguaje) fue eliminar de los
documentos la palabra «árabe» para referirse a la población autóctona y
pasaron a denominarles simplemente beduinos (hoy en día, continúan con la
misma estrategia intentando eliminar todo lo relacionado con el concepto
«árabe» sustituyéndolo, intencionada y erróneamente, por «islam», concepto
al que ya han conseguido adjudicar conotaciones negativas, en nuestras
mentes occidentales, manipulables e ignorantes.)
En 1969, puesto que no conseguían eliminar a la población árabe beduina
decidieron recluirles en ciudades construidas exclusivamente para ellos. La
primera ciudad se llamo Tal Sheva, era una ciudad dormitorio con casas de
unos 30 a 50 metros (ellos las denominaban «las pequeñas cajas») para
familias de 8 a 20 miembros. Por supuesto en estas ciudades no ubicaban
ninguna fábrica, comercio o tienda que les pudiera dar trabajo o/y abastacer
de los productos básicos y por supuesto no les construían granjas, ni
invernaderos donde poder cultivar algunos vegetales o tener al ganado ¿¿Os suena de algo ?? guetos, encarcelar a la población, destruir su forma de
vida, muros, muros, muros,.. : Limpieza étnica.
Algunas personas accedieron a ir a vivir a estas ciudades-dormitorio o mejor
se podrían definir como ciudades-cementerio, pero muchas otras personas se
negaron a abandonar su forma de vida ancestral, porque sabían que eso era
matarles en vida y esta negación se convirtió en una forma de resistencia
valiente y noble. Estas personas continuaron viviendo en pequeñas
comunidades que fueron y son definidas hoy en día como pueblos no
reconocidos y por tanto todas sus construcciones, casas, granjas o vallados
para el ganado, como construcciones ilegales.
Con el pretexto de esa «ilegalidad» no sólo les impiden construir nuevos
habitáculos, sino que al tener el decreto promulgado en los años 60 que les
declaraba ilegales, con carácter retroactivo, todas sus construcciones
«debían» ser demolidas. Por ello todos los días una sección de la policía
militar israelí, creada en exclusiva para tal fin, se dedica a destruir
casas, granjas, amenazar a los habitantes de los poblados a los niños y
niñas cuando van a la escuela, para lo que deben recorrer varios Km por el
desierto y a las familias que tienen ganado (esto es extensible para la
gente que vive en los pueblos reconocidos y en los no reconocidos) no se
molestan en matarles las cabras, utilizan técnicas más sutiles como prohibir
a las fábricas de productos lácteos israelíes que les compren la leche,
impedir que les llegue la suficiente cantidad de agua como para dar de beber
a las cabras o impedirles el acceso a las zonas que tienen algo de hierba y
paja para que éstas puedan comer.
En 1973 se diseñó un plan para construir 6 pueblos más sólo para la
población árabe, iguales a Tal Sheva. Por aquel entonces la población árabe
había ascendido de 10.000 a 40.000. La gente que iba a estos pueblos como
perdía sus tierras y su ganado tenía que trabajar para los granjeros
israelíes, o trabajar en negro en lo que les saliera y por lo que les
pagaran. Mucha gente igual que en el 69 se negaron a ir y permanecieron en
sus pueblos «no reconocidos».
En la actualidad de una población de 120.000 árabes aproximadamente la mitad
vive en estos pueblos no reconocidos, resistiendo toda las políticas
genocidas del racista estado de Israel.
Pero, allí siguen en unas condiciones de precariedad total, constantemente
sometidos a las decisiones y acciones militares, vivendo en una
incertidumbre permanente.
Pero, insisto, allí siguen, esa es la enorme grandeza de este pueblo. El compañero con el que estuvimos todo el día visitando y conociendo la
zona, nos dijo que ellos tienen muy claro que : «todo esto sucede porque
Israel no nos quiere libres en nuestra tierra»
Afortunadamente la población palestina de aproximadamente 5.200.000 millones
entre los teritorios ocupados en el 67, incluido Jerusalen y en los
territorios ocupados en el 48, es decir Israel, va a continuar ejerciendo su
derecho a resistir y van a continuar luchando, la inmensa mayoría,
sencillamente con su presencia.
Salud, amor y fuerza,
Par : rr.ii.
Fuente: Li