Un inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía, cinco guardias civiles y un antiguo jefe de policía local declaran en este momento en el juzgado de instrucción número 3 de Martorell, por su presunta relación con el robo de 400 kilos de cocaína, que estaban en un contenedor depositado en el puerto de Barcelona en enero de 2005. La juez ha decretado prisión para dos de ellos, así como fianzas y retirada de pasaporte para otros. La fiscalía ha movido esta investigación que venía realizando la VII Zona de la Guardia Civil (Cataluña) después de la declaración prestada por dos arrepentidos.
La juez ha decretado prisión incondicional para el guardia civil Miguel Ángel H.S., ya que, según el informe de la investigación «mantiene una relación de absoluta confianza y camaradería» con varios de los delincuentes que sustrajeron la droga, «a los que conoce desde que, en 1997, los detuviera por narcotráficico». El ex brigada de la Guardia Civil, hoy policía local, podrá eludir prisión bajo fianza de 3.000 euros. Fernando A.V., también guardia civil, ha quedado en libertad con cargos y se le ha retirado el pasaporte.
Continúan declarando tres detenidos más, entre ellos el inspector jefe de la Policía Nacional, Antonio J.R., de 53 años, acusado de haber dado detalles acerca de investigaciones a narcotraficantes a cambio de dinero.
Cocaína oculta en un contenedor de gambas
Los guardias civiles de Barcelona que supuestamente trabajaban para una red de narcos siguen en activo y hasta ahora no habían sido sometidos a medidas disciplinarias. La juez de Martorell encargada de la investigación sólo había tomado declaración a uno de ellos en el curso de las pesquisas iniciadas en 2006 sobre la desaparición de cientos de kilos de cocaína que estaban en un contenedor sometido a vigilancia tras la alerta dada por la DEA (agencia antidroga norteamericana).
El contenedor saqueado durante la madrugada del 24 de enero de 2005 estaba «intervenido y custodiado por la Guardia Civil desde el 16 de diciembre de 2004 por sospecharse que contenía una gran cantidad de cocaína camuflada entre su carga de gambas», según un informe de la Guardia Civil. La DEA norteamericana había alertado del envío de ese contenedor de Venezuela. Pese a eso, los ladrones actuaron con total tranquilidad y «sin ningún temor», sabedores de que la vigilancia de la Guardia Civil era «mínima».
Gracias a la información privilegiada de que disponían, 12 delincuentes rompieron la valla del muelle, entraron en dos coches y una furgoneta en un recinto restringido, y a una hora intempestiva, donde forzaron dos contenedores : primero, violentaron por error uno que contenía pan de molde ; y después, el que iba repleto de cocaína entre un cargamento de gambas congeladas.
Fuente: JESÚS DUVA/PERE RÍOS / EL PAIS