La Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, sindicato mayoritario en España en el sector de la estiba, contará con el apoyo de otras organizaciones de trabajadores, como CGT y Ciga, para convocar una huelga de una semana en todos los puertos de interés general del Estado, según informaron ayer fuentes de la citada entidad.
Dichos apoyos se manifestaron en el transcurso de una reunión celebrada ayer en Madrid y a la que no fueron convocados los sindicatos CC OO y UGT, que vienen manteniendo una postura ajena al conflicto que protagoniza El Musel. En todo caso, según explicaron fuentes de Coordinadora, el objetivo de su máximo responsable, Julián García, es apurar al máximo la negociación para evitar la huelga, ya que « si se da este paso, va a ser serio ».
Según indicaron las mismas fuentes, Julián García no quiere que la interrupción de las negociaciones, previsible durante la Semana Santa, impida que se pueda alcanzar un acuerdo antes de tomar una medida tan trascendente como una huelga a escala estatal. En consecuencia, el preaviso de huelga podría demorarse un poco, sin perjuicio de que la decisión sea firme en caso de que el diálogo no fructifique.
Sin embarco, este periódico pudo saber que algunos empresarios del sector de la estiba prevén ya un recrudecimiento de las movilizaciones y cuentan con que el conflicto de El Musel se extienda a Avilés en la semana siguiente al puente festivo, es decir, a partir del día 12. Las mismas fuentes indicaron que la huelga en todos los puertos de España comenzará, si no hay contraorden, el próximo 19 de abril.
Mientras tanto, las posibilidades de llegar a un acuerdo que ponga fin al conflicto en El Musel y en todos los puertos resultan más bien escasas.
Falta de diálogo
De momento, se sabe que el diálogo, al menos en foros oficiales, brilla por su ausencia. La semana pasada no hubo contactos, por problemas de disponibilidad de los negociadores, pero el augurio de que esta semana se reanudarían los contactos parece ahora en duda. Distintas fuentes aseguraron ayer que todavía no está fijada una nueva cita, que mantendría la mediación de la Dirección General de Trabajo del Principado. Así las cosas, sólo una convocatoria tan súbita como imprevista podría evitar que llegara la Semana Santa con las negociaciones en punto muerto.
Respecto a las posiciones de las partes, la aproximación hasta ahora ha sido mínima. Los estibadores quieren volver a la terminal de graneles para asumir todo el trabajo de estiba y desestiba que se produzca, es decir, sin reconocer excepcionalidad alguna en las empresas transformadoras que sean accionistas de EBHISA. Contrariamente, la empresa se muestra dispuesta a usar una filial de la terminal de graneles, con una contratación muy inferior a la que los trabajadores pretenden, para satisfacer las necesidades de las empresas que no tengan intereses en EBHISA, con la premisa de que la mayor parte de la actividad de la terminal se enmarca entre las excepciones de servicios público previstas en la normativa vigente.
En ese contexto, el único punto de coincidencia es la buena disposición para negociar las prejubilaciones que reduzcan la plantilla y aumenten el nivel de ocupación anual. Pero eso no implica tan siquiera que exista acuerdo sobre las condiciones en que deben producirse las citadas prejubilaciones.
Fuera de la mesa de negociación, al menos, los trabajadores amenazan con huelgas y la empresa dice estudiar la posibilidad de disolverse.