En el día de ayer, el Parlamento brasileño aprobó en la segunda vuelta la reforma de la Ley de las pensiones que prolonga la edad de jubilación para tener el 100% de la pensión cotizada, entre otras medidas. Se estima que esta Reforma afectará a más de 72 millones de personas empleadas, que antes tenían derecho a jubilarse a la edad que decidieran tras 35 años de cotización para los hombres y 30 para las mujeres. Conjuntamente, introduce un nuevo cálculo de beneficios que en todos los casos los reduce después de 40 años de cotización. Entre esta restricción de los derechos adquiridos, cabe señalar que se reduce también un derecho histórico para las mujeres, quienes se podían jubilar 5 años antes que los hombres para reconocer las dobles jornadas de trabajo que realizan, ahora este derecho se reduce en 2 años, pudiéndose jubilar 3 años antes que los hombres.

En definitiva, se reducen todos los beneficios previdenciarios y se exige más tiempo de edad y cotización para poder jubilarse. Obviamente, ésta, como el resto de medidas reformadas, sólo beneficia a las clases que han acumulado más patrimonio personal ya que además de vivir con más calidad de vida, se podrán jubilar anticipadamente para tener una pensión digna; y no a la clase obrera menos favorecida que deberá trabajar hasta los 62 años para las mujeres y los 65 años para los hombres.

En definitiva, se reducen todos los beneficios previdenciarios y se exige más tiempo de edad y cotización para poder jubilarse. Obviamente, ésta, como el resto de medidas reformadas, sólo beneficia a las clases que han acumulado más patrimonio personal ya que además de vivir con más calidad de vida, se podrán jubilar anticipadamente para tener una pensión digna; y no a la clase obrera menos favorecida que deberá trabajar hasta los 62 años para las mujeres y los 65 años para los hombres.

No es una reforma que beneficia a las personas con menos recursos como había publicitado el populista presidente Bolsonaro.

La clase política sigue mintiendo al pueblo que sostiene los salarios y los privilegios del Gobierno, Jueces y Capitalistas, con el sudor del trabajo de la clase trabajadora. Como sucedió anteriormente en otros lugares, como el territorio español, la Reforma de las pensiones no supone una política de justa equidad, ya que en lugar de calcularse en función de la renta de una persona, se aplica el mismo criterio en cuanto al tiempo y porcentaje de pensión independientemente del patrimonio de las personas.

Nos avergüenza leer titulares en la prensa que siguen diciendo que si el sistema público de pensiones es insostenible en la actualidad es porque vivimos más años. Desde el anarcosindicalismo defendemos un sistema público de pensiones que sostenga dignamente las vidas de todas las personas a través del reparto de la riqueza, de la creación de empleo y de la disminución de la jornada laboral. Vivir más años no es un problema, lo es el amplísimo arco salarial que mantiene las inequidades en la vida de las personas, la corrupción, el atraco a las arcas públicas o la financiación con dinero público de la banca privada.

En el caso de Brasil, tanto su Gobierno, como el Banco Central y los mercados financieros se han alegrado de esta Reforma estimando un ahorro de 800.000 millones de reales (175 mill de euros), sin especificar el Gobierno a qué iban a ser destinados. Mientras tanto se han reducido más de 4 mil millones derReales en los presupuestos de la Educación.

Los sindicatos mayoritarios y reformistas cómplices del Gobierno bloquearon las movilizaciones que sacaron a la calle a millones de personas el Primero de Mayo y el 14 de junio para exigir la paralización de la Ley que reformaría las pensiones.

¡Por la derogación de la Reforma de la Ley de Previdencia de Brasil, solidaridad internacional!

¡En la Defensa de un sistema público de pensiones dignas para todas!

Secretariado Permanente Comité Confederal CGT


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT