Sigue pasando el tiempo y las reformas laborales de los gobiernos de Rajoy y Zapatero no han sido derogadas ni modificadas sustancialmente. Esto significa que las empresas siguen disponiendo de las mismas herramientas –que permanecen intactas– y que les permiten seguir destruyendo puestos de trabajo a toda máquina y precarizar aún más las condiciones laborales de la clase trabajadora.

Entretanto, y dado el inmovilismo mostrado por el gobierno PSOE-UNIDASPODEMOS, encontramos declaraciones por parte de Pablo Casado en las que dice, sin sonrojo y viniéndose arriba, que su intención es “mejorar” la reforma de Rajoy en cuanto tenga ocasión para ello. Todo ello en medio de un clima de desmovilización más que preocupante.

Entretanto, y dado el inmovilismo mostrado por el gobierno PSOE-UNIDASPODEMOS, encontramos declaraciones por parte de Pablo Casado en las que dice, sin sonrojo y viniéndose arriba, que su intención es “mejorar” la reforma de Rajoy en cuanto tenga ocasión para ello. Todo ello en medio de un clima de desmovilización más que preocupante.

Lejos de mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras, las reformas laborales han “atornillado” un mercado laboral basado en la subcontratación, la especulación y la temporalidad. El trabajo estable es ya casi una quimera y, lejos de acabar con el paro, la estabilidad laboral se ha trasmutado en periodos continuos de intermitencia.

Desde el punto de vista de la CGT, de nada sirven modificaciones puntuales a las Reformas Laborales de las eras Zapatero-Rajoy. Las pocas que se han realizado se han demostrado insuficientes. Por eso entendemos que es necesario derogarlas al completo. Para evitar abusos como los despidos masivos una vez finalizados los ERTE de la pandemia, las indemnizaciones de miseria en caso de despido, el incremento galopante de la temporalidad, el desmantelamiento de la negociación colectiva, la falta de supervisión por parte de la autoridad laboral en caso de Expedientes de Regulación de Empleo, así como la rebaja en cuanto a sus requisitos.

Las modificaciones anunciadas, también de carácter muy puntual y claramente insuficientes, no van a conseguir curar la “anemia” generalizada que venimos arrastrando. Por eso es imprescindible que volvamos a tomar las calles, que lancemos un mensaje claro y rotundo y que demostremos que, la clase trabajadora de este país, no se pliega ni a las promesas incumplidas de unos ni a las amenazas de otros.

Y tenemos que hacerlo ya, antes de que los mal denominados Agentes Sociales negocien, por enésima vez, migajas a cambio de prebendas, cambios cosméticos que no van a mejorar la vida de la clase trabajadora. Ya nos sabemos el cuento y ya es hora de que el “lobo con piel de cordero” no vuelva a colar su viejo engaño. Ya es hora…

Por eso, si queremos impedirlo, tenemos que empezar a movilizarnos. No hay otro camino. Desde CGT llamamos a la clase trabajadora a expresar su rechazo a las políticas laborales del actual Gobierno en las movilizaciones que de forma descentralizada hemos convocado en diversas ciudades para los próximo días 22 de abril, 13 y 27 de mayo.

Contra la precariedad laboral y el paro.

¡¡¡Derogación de las Reformas Laborales ya!!!


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT