El pasado 18 de diciembre se presentó en el Ateneu Popular 9 Barris, de Barcelona, el libro «Josep Lluís Facerías y sus grupos de acción» editado por Descontrol Editorial. Una obra colectiva, coordinada por Ricard de Vargas Galorons y Roger Costa Puyal, para «recuperar la historia resistente» ocultada por la Transición y todos los promovedores de la «memoria histórica» amnésica sobre la guerra civil y los cuarenta años de dictadura franquista.
Editada en el centenario del nacimiento de este guerrillero urbano anarquista, el objetivo de esta obra es también denunciar la incomprensión y la insolidaridad de que fueron víctimas Facerías y los otros combatientes libertarios que en aquellos años tomaron las armas para combatir al franquismo. Una incomprensión e insolidaridad que les obligó -como lo denunció Antonio Téllez- a «combatir, casi permanentemente contra dos frentes. El del enemigo, visible, muy real con sus fusiles, ametralladoras, morteros, tribunales sumarísimos y sus abundantes prisiones.
Editada en el centenario del nacimiento de este guerrillero urbano anarquista, el objetivo de esta obra es también denunciar la incomprensión y la insolidaridad de que fueron víctimas Facerías y los otros combatientes libertarios que en aquellos años tomaron las armas para combatir al franquismo. Una incomprensión e insolidaridad que les obligó -como lo denunció Antonio Téllez- a «combatir, casi permanentemente contra dos frentes. El del enemigo, visible, muy real con sus fusiles, ametralladoras, morteros, tribunales sumarísimos y sus abundantes prisiones. Y el otro fue el de la incomprensión general, el del abandono, hasta la agresión descarada de sus propios compañeros de ideas» que dirigían los comités del MLE y la CNT del exilio español en Francia.
Incomprensión y abandono que se transformaron en un silencio vergonzoso después de caer Facerías acribillado a balazos en las calles de Barcelona el día 40 de agosto de 1957. Un silencio motivado por el miedo -como lo documenta Carles Sanz en este libro- a las medidas administrativas que las autoridades francesas pudieran tomar en aquel momento contra las organizaciones del MLE. Miedo a su ilegalización, que amenazaría la continuidad del funcionamiento burocrático de estas organizaciones, y de ahí el celo de estos comités en «salvar su status quo sacrificando lo que fuera».
¿Cómo no reconocer pues la pertinencia de la publicación de este libro, que, además de rescatar la lucha «desconocida, olvidada y menospreciada» de los combatientes libertarios de los años cincuenta, muestra -como lo declaran sus coordinadores- «la verdadera personalidad de compromiso libertario contra la dictadura» de Facerías frente a la de esos Comités centrados en su devenir burocrático? Dos formas muy distintas de entender ese compromiso que es necesario evidenciar al abordar ese pasado. Y más en estos momentos en los que tanto se habla de la necesidad y el deber de recuperar la «memoria histórica».
Este libro es pues una valiosa contribución a esta necesidad y deber de recuperar la «memoria histórica». No solo por recordar las difíciles condiciones en las que se desenvolvió la lucha antifranquista en aquellos años tan cruciales para el futuro del antifascismo español -olvidado por las Potencias que pretendían defender la Democracia en el mundo- sino también por aportar opiniones y testimonios sobre la pertinencia del combate antifranquista y el sentido de responsabilidad de los que lo asumieron en condiciones tan adversas. Una necesidad y un deber, rescatar la trayectoria de Facerías, por haber asumido conscientemente y consecuentemente tal responsabilidad y por «su firmeza y convicción revolucionaria que le llevó, al igual que a muchos de sus compañeros, a luchar y enfrentarse contra la nueva tiranía fascista hasta la muerte, durante los años cuarenta y cincuenta».
Una contribución valiosa además por aportar mucha información sobre la lucha libertaria antifranquista de los años cincuenta y además 54 biografías (resumidas y algunas insuficientemente contrastadas) de los combatiente libertarios que participaron en esa lucha.
Octavio Alberola
Fuente: Octavio Alberola