Desde la Confederación General del Trabajo de Castilla y León, hemos realizado las jornadas “Derechos laborales para Trabajadoras y Trabajadores del sexo “ NORMALIZACIÓN , con la intención de participar de un debate “intenso”, pero con el objetivo de terminar con la estigmatización de estas personas y por el reconocimiento de sus derechos laborales como trabajadores y trabajadoras que son.
El jueves día 12 tuvo lugar la primera sesión de las jornadas «Derechos laborales para trabajadoras y trabajadores del sexo. Normalización» organizadas por CGT y que contó con la presencia de ACLAD que nos explicaron su proyecto Lua de apoyo y ayuda al colectivo de la gente trabajadora del sexo.
La charla con numerosa asistencia se prolongo hasta mas allá de las diez de la noche y en el transcurso de la cual se proyecto un vídeo explicativo de la tarea que este colectivo viene desarrollando en aspectos de prevención, ayuda psicológica, jurídica y sanitaria con los y las trabajadoras del sexo.
El viernes día 13, tuvo lugar la última sesión de las jornadas «Derechos laborales para trabajadoras y trabajadores del sexo. Normalización» organizadas por CGT y que contó con la presencia de Toñi Genero del Colectivo HETAIRA para explicar que en nuestro país la prostitución no es delito, pero quienes la ejercen, paradójicamente, no tienen reconocidos sus derechos. A las prostitutas que captan su clientela en la calle y que son el sector más vulnerable de ellas se les están negando derechos elementales como el de circular libremente o el respeto a su dignidad. Por eso reclaman que se reconozcan y se garanticen los derechos de todas las personas que ejercen la prostitución, especialmente el derecho a emigrar, a la libertad de movimientos y a establecer sus propios negocios.
El colectivo HETAIRA, desde marzo de 1995 ofrece apoyo a las prostitutas y lucha por su dignidad, por la negociación de espacios tranquilos y seguros, por los derechos humanos de las trabajadoras del sexo, y contra los controles y expulsiones de mujeres inmigrantes.
Posteriormente se paso a un interesante debate sobre los derechos de las prostitutas y de cómo nuestro sindicato puede implicarse y trabajar para este reconocimiento.
TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE SEXO
A modo de conclusiones de las Jornadas organizadas por CGT Valladolid
Las mujeres, transexuales femeninas y hombres que ejercen la prostitución nunca lo han tenido fácil. No lo han tenido sencillo para poder ejercer en libertad, en condiciones, sin tener que soportar la dura mirada que “juzga”, que “insulta”, que “discrimina”, que “niega” derechos, que se “apena” de su existencia, que “habla en su nombre”, que pretende “salvarles” como sea, incluso sin su consentimiento. La restitución de la dignidad que les pertenece es una tarea pendiente en nuestra sociedad.
La prostitución, el trabajo sexual, sigue levantando encendidas polémicas en las que se discute de lo divino y lo humano pero en las que, frecuentemente, no se contempla, algo tan fundamental como son los derechos de las personas trabajadoras del sexo. Estas personas normalmente “representan” cosas, situaciones, problemas o titulares de prensa…. Aparecen la mayoría de las veces como “chivos expiatorios” de la degradación de los barrios marginales en los que ejercen, como “objetos” de tráfico por parte de mafias, como “delincuentes” que propician el tráfico de drogas y la inseguridad ciudadana, como seres victimizados fáciles de ser engañados…. Pero nunca o raras veces son contempladas como mujeres y hombres que viven de un trabajo estigmatizado socialmente y que por ello sufren discriminaciones y son estigmatizadas como si fueran una clase particular de personas, diferentes totalmente del resto.
Cualquier cosa que digamos, hablemos o analicemos en un tema tan “sensible” como el trabajo sexual, partirá en gran parte de una base subjetiva, arbitraria, muy cargada de valores morales y creencias personales. Y esto es bueno saberlo. Ideas y creencias que muchas veces no dejan de ser defensas más o menos conscientes ante prácticas, relaciones o dinámicas que vivimos como “inquietantes” o “desestabilizadoras”.Y, la prostitución es considerada muy mayoritariamente como algo inquietante
Pero nuestras creencias no deberían nunca impedirnos ver la realidad. Y, si miramos la realidad de una forma desprejuiciada lo que aparece como evidente es que las personas que ejercen el trabajo sexual se hallan estigmatizadas y discriminadas como las que más y ya no digamos si se trata de personas que han emigrado a nuestro país buscando mejorar sus condiciones de vida.
Frecuentemente en los debates sobre prostitución se contrapone la erradicación de la prostitución a su legalización, tratando la prostitución como si se desarrollara siempre de una única manera. La experiencia nos demuestra que la prostitución se puede dar en circunstancias muy diferentes y que, desde el punto de vista legislativo es imprescindible tener presente estas diferencias. Especialmente hay que diferenciar aquellas situaciones en las que se obliga a una persona a ejercer la prostitución en contra de su voluntad mediante violencia, chantaje, coacción o engaño de la prostitución ejercida por voluntad propia. Cuando la prostitución es ejercida de manera obligada y frecuentemente en unas condiciones semejantes a la esclavitud hay que empeñarse en erradicarla y perseguir y castigar estas prácticas.
El trabajo sexual que debe ser reconocido legalmente, acabando con la hipocresía que hoy existe al respecto y articular los derechos sociales y laborales que se desprenden de ello
Lo importante es que en este proceso trabajadoras y trabajadores del sexo se constituyan y sean reconocidas como sujetos sociales y sujetos de derechos y que, tanto el debate que se genere sobre esta actividad como las medidas concretas que se adopten sirvan para dar poder a las trabajadoras para que puedan mejorar sus condiciones de vida y de trabajo y que eso repercuta tanto en su autoafirmación personal como en la normalización de esta actividad. Será el conjunto de este proceso el que sirva para luchar contra el estigma que hoy recae sobre quien ejerce este trabajo.
Desde la Confederación general del trabajo, hemos realizado las jornadas “Derechos laborales para Trabajadoras y Trabajadores del sexo “ NORMALIZACIÓN , con la intención de participar de un debate “intenso”, pero con el objetivo de terminar con la estigmatización de estas personas y por el reconocimiento de sus derechos laborales como trabajadores y trabajadoras que son.
Nos gustaría que las relaciones de todo tipo entre los seres humanos no tuvieran que verse sometidas a intercambios comerciales de ningún tipo y que por lo tanto el trabajo sexual no existiera.
Nos gustaría que desaparecieran las relaciones de trabajo, de cualquier trabajo, sometidas a las leyes del mercado y que dejaran lugar a la autoorganización y la autogestión.
Pero mientras tanto, necesitamos derechos que nos protejan frente a los abusos del capital, ya que como bien consideran las compañeras abolicionistas «la prostitución es el violento punto de unión entre el patriarcado y el capitalismo».
El trabajo sexual debe situarse en el mismo plano que el resto de trabajo, en lucha legítima y legal contra la marginación y la exclusión social. Lo cual es imposible si sigue siendo una actividad no reconocida ni regulada como trabajo. Desde la Confederacion General del Trabajo abogamos por el reconocimiento de los derechos personales y laborales de las personas trabajadoras del sexo, como única forma efectiva para evitar la explotación, romper los mecanismos de exclusión de las personas que ejercen la prostitución de forma autónoma y voluntaria.
En CGT CyL-C
fotos Alejador Romera
Fuente: CGT CyL-C