Escuela, Nº 3997, Sección España, , Editorial Wolters Kluwer Educación Portada 

De un tiempo a esta parte, Cruz Díez (Córdoba, 1980) se ha convertido en uno de los rostros de la Marea Verde contra los recortes educativos. Profesora de Inglés en un instituto público de Fuenlabrada, es una protestadora nata, capaz de meter una pulla contra la Administración incluso cuando se le piden sus datos personales. Pero no solo de protestar vive el hombre. Entre otras aficiones, Díez canta en un coro y hace puzles, tanto que participó en el campeonato de España el pasado año. De verbo fluido, habla de la educación con mucha pasión y admite que demasiado a menudo es “muy negativa”. 

¿Por qué afirmas que está tan mal la Educación? 

¿Por qué afirmas que está tan mal la Educación? 

Creo que no es una cosa solo de España, es internacional. La educación está sufriendo un ataque consciente y planeado. Se puede ver que lo que decimos los profesores españoles lo dicen en todas partes, en todos los países desarrollados están sufriendo los mismos ataques. Nos llaman vagos, que no queremos trabajar [a los maestros]. En todas partes se está viviendo un proceso de privatización, es el sistema neoliberal que llevamos. El problema que subyace en España es que hay una privatización brutal del sistema. Madrid es el centro de experimentos del resto del país. El dato exacto tendría que mirarlo, pero creo que un 50% de los centros son privados concertados y el otro 50%, público. Lo público cada vez tiene menos fuerza, y esto lleva años de una campaña orquestada de criticar la enseñanza pública, decir que es muy mala, y cada vez quitarle más recursos para que sea más mala y se desvíen los alumnos a la concertada y privada. Los compañeros de Sanidad se quejan de que con ellos se quedan los casos más caros, como terminales o crónicos, y los fáciles como las roturas de pierna, etc., van a los privados. Con nosotros pasa igual. Un alumno que necesita más recursos se queda en la pública y los otros… no es que se deriven como en Sanidad, pero si están criticando la enseñanza pública, diciendo que es mala, que todo es horrible, y tú eres un padre que se preocupa por la enseñanza de su hijo, quieres darle lo mejor. Otra cuestión es que lo que digan sea verdad o por qué está empeorando la calidad de lo público. Y empeora porque cada vez hay menos inversión. Cada vez hay más recortes. Y la ley educativa que se está aprobando ahora nos lleva a un pasado muy oscuro. 

¿Qué le falla a la Lomce en concreto? 

(Resopla) Todo. El planteamiento que hace de la educación es un planteamiento económico. No es educativo. Es un tipo de educación que segrega, que discrimina, favorece a la escuela privada concertada, que corta el acceso a estudios superiores a la clase obrera. El fomento de la Religión, cómo se denosta a las asignaturas de letras. Las que, como la Filosofía, la Música o el Arte no tienen el utilitarismo de las Matemáticas o la Economía, no tienen importancia en la Lomce. Esta ley va a provocar la creación de guetos. Por un lado los bilingües; por otro, los excelentes; por otro, los que no sean ni uno ni otro. Es una compartimentación de la escuela que luego se va a reflejar en la sociedad. Y esta sociedad que plantea la Lomce es una sociedad en la que yo no quiero estar, en la que lo único que importa es la competitividad, el dinero, ser un emprendedor. Yo quiero vivir en una sociedad en la que se colabore, se integre al diferente, en la que se conviva, no se compita. 

¿No tiene nada bueno, nada de nada? 

Quizá lo haya, pero yo no lo veo. Para empezar cambiar la ley cada dos por tres supone un caos y una inversión económica con la que no estoy de acuerdo. 

¿Qué te parecen las pruebas de fin de ciclo, las llamadas reválidas? 

Yo que doy Inglés a los chicos les preparo desde hace unos años para unos exámenes de la Universidad de Cambridge. Cuando yo preparo a alumnos para un examen, les preparo para esa prueba concreta, no estoy enseñando inglés en su concepción más amplia. Preparamos el listening específico que se hace en la prueba, un vocabulario concreto, el que se usa en ese examen, una manera de escribir concreta. Es lo mismo que en 2º de Bachillerato, se les prepara para la Selectividad sobre todo. Yo no estoy de acuerdo porque tenemos muy poco tiempo, y qué sentido tiene utilizarlo en preparar a un chico para una prueba. Es mejor que aprenda inglés para comunicarse con otra persona, ver una película o navegar por Internet, no un inglés falso. 

¿Y las evaluaciones que se le hacen al sistema, tipo PISA? ¿Sirven para algo? 

Tiene que haber un cierto control, no creo que tenga que ser que cada uno haga lo que quiera y nadie compruebe si tus alumnos aprenden. Ahora, quién tiene que hacer estas evaluaciones y cómo, es otra cuestión. Por ejemplo, con la Lomce, aunque ya está pasando, las hacen empresas que no son públicas. Cuando yo preparo los exámenes de Cambridge, los pagamos en la escuela, y eso es un dineral que se desvía de la pública para pagar a la Universidad de Cambridge. ¿Por qué en vez de eso no les preparamos para la Escuela Oficial de Idiomas, que es un centro público y van a obtener un título? Porque hay muchos intereses económicos detrás. ¿Sirven para algo estas pruebas? Si se le hiciera caso, sí. Pero no puedes decir que en España hay poca comprensión lectora y matemáticas, y reducir el presupuesto y aumentar las horas de Religión. 

¿Por qué crees que hay tan poco interés en general de las administraciones en la educación? 

Porque es un negocio que están montando ahí, privado. Tiene una ventaja doble. Cuando privatizas la sanidad tienes el negocio de tu hospital privado. Pero cuando privatizas un colegio, tienes el poder enorme que tiene la educación. En un colegio privado o concertado transmites a tus alumnos la ideología que a ti te parezca, que es en la mayoría de los casos la católica, porque los centros privados concertados en su mayoría son religiosos. Además, privatizar como lo están haciendo, con subidas de las tasas en la FP o la Universidad, están privando a una masa de gente a acceder a estudios superiores, con lo que tienen un control sobre la población brutal, condenan a un montón de gente a que tenga unos trabajos determinados, porque no van a poder acceder económicamente a la educación superior. Es un negocio perfecto: por un lado tienes tu empresa educativa y por otro estás controlando a la población entera. Si controlas el sistema educativo, controlas todo. Tú dices que no le dan importancia. Le dan importancia no dándole importancia, no dándole inversión. 

Protestas mucho, eres activa en las redes sociales y en la calle. ¿Crees todavía que es posible cambiar algo? 

Hubo un tiempo en el que sí creía que algo se podía cambiar. Ahora ya no lo creo, a corto plazo. Pero yo creo que estoy en la obligación de decir lo que está pasando, defender a mis alumnos, la escuela pública, a la clase obrera que es al final la que va a la escuela pública. Y todo lo que hago es un poco egoísta también, me tengo que mirar al espejo cada día y saber que estoy haciendo lo que puedo, aunque de momento con poco resultado. Por eso protesto mucho, y hablo mucho y explico mucho, y hago todas las entrevistas que haga falta, porque yo creo que se tiene que saber lo que está pasando. 

¿Y se sabe? ¿La sociedad conoce la situación? 

Yo creo que ahora sí. Cuando empezó la Marea Verde en 2011 era un poco pregonar en el desierto. Yo ponía lo que estaba pasando en Facebook y mis compañeras de la facultad de Córdoba no se lo creían. Contaba por ejemplo que estábamos en septiembre y había compañeros que no tenían un destino todavía, que estaban como si fueran interinos —que ha habido los últimos dos años funcionarios haciendo sustituciones como si fueran interinos, que eso nunca había pasado— al principio se pensaban que era mentira, decían “eso no puede ser”. Me conocían pero ni siquiera así me creían. Ahora, como los recortes sociales están llegando a un espectro tan grande de la población, la gente lo cree porque lo ve. Es que, además, hay cosas que se ven. Si falta un profesor y durante 15 días no va, lo ves. Si antes en clase de tu hijo había 30 y ahora hay 37, lo ves. Es tan evidente —y no es el único sector— que no se puede esconder ya. Pero aún así el Gobierno no es consciente de que las cosas han cambiado. Ahora en la huelga de Baleares, Wert ha repetido exactamente lo mismo que hicieron en la huelga de Madrid Aguirre y Figar: los mismos insultos a los profesores, que la huelga es política, que están secuestrando a los niños… pero la gente ya no les cree como entonces. 

Y, sin embargo, parece que hay cierta resignación, los profesores no quieren hacer tantas huelgas, etc. 

Esto empezó en junio de 2011 y estamos en octubre de 2013. Ha pasado mucho tiempo, hemos hecho muchas huelgas y nos hemos desgastado muchísimo. Hemos luchado contra un muro y vemos cómo el muro se hace más grande, y el remate es que dicen “sí, vamos a aprobar la Lomce”. Da igual la huelga en Baleares, Madrid o la Cochinchina, porque por mucho que Wert diga que está dialogando, yo no conozco a ningún profesor de la pública, y conozco a unos cuantos, al que le hayan preguntado qué le parece la Lomce. 

¿Se puede extraer alguna conclusión positiva de la crisis, los recortes…? 

Hay una cosa que me anima y que sí está pasando: con los recortes se está redescubriendo el valor de la educación. Mis alumnos valoran mucho más que antes la educación que reciben y son muy conscientes de cómo les afectan los recortes. Eso antes no pasaba, dejaban los estudios jactándose de que iban a ganar el doble que yo. “Para qué voy a estudiar, profe, si mi primo no tiene la ESO y está ganando 3.000 euros al mes en la construcción”, me decían. 

¿Estás afiliada a algún sindicato? 

Sí.

¿Qué te parece el rol que están jugando? 

No me gusta tirar piedras contra el tejado del obrero. Pero creo que los sindicatos en general estorbaron mucho en la Marea Verde. Lo frenaron mucho. Los profesores íbamos a un ritmo y ellos se vieron desbordados. Es cierto que el colectivo de profesores no está muy sindicado. Y de repente vieron como miles y miles de profesores les exigían mucho. No estaban preparados. Ellos apostaron mucho por lograr siempre la unidad sindical, y yo creo que eso fue un error, porque ahí hay sindicatos de la escuela concertada, por ejemplo, que se movían por el interés de sus trabajadores, lógicamente. Nos han frenado bastante. Creo que todas las instituciones están un poco viciadas y hay que hacer una reestructuración. 

¿Fomentan poco la participación de las bases? 

Depende del sindicato. Yo estoy sindicada con la CGT, y en septiembre de 2012 nos convocaron a una huelga indefinida. Fue el único sindicato que lo hizo, y lo hizo porque lo pedimos algunos sindicados. Había un grupo de profesores que llevábamos tiempo reivindicándola, y al final nos hicieron caso. 

¿Qué fue de esa huelga? Mucho ruido no hizo. 

La seguimos cuatro. Fue un fracaso, porque las cosas que no promueven los sindicatos mayoritarios no tienen seguimiento. La hicimos cuatro durante cinco días y lo pasamos muy mal, fue muy triste. Me quemó mucho aquello. En mi centro lo hizo también otra compañera dos días, pero luego lo dejó. Yo me iba a mi centro de piquete informativo y me decía “¿qué estoy haciendo?”. Era una impotencia… todo seguía igual. Pero a mí me sirve para tener la conciencia tranquila. 

¿Necesitan los maestros un estatuto del docente? 

No es cuestión tanto de regular la función docente como de invertir en educación. No se invierte. Cuando yo empecé a trabajar en todas las ciudades de Madrid había un CAP de formación. Yo salía del instituto y me iba a cursos formativos. Había mucha oferta. Con los años esos centros los cerraron y ahora, si me quiero formar, tengo que ir a otro municipio. Cada vez hay menos ofertas, menos plazas. Hay que invertir para que yo me pueda formar, para que no tenga 30 en clase, para que haya refuerzo, etc. 

¿Debería ser obligatoria la formación de maestros? 

Sí. Ahora si quieres cobrar el sexenio tienes que hacer cursos. Yo creo que es vital. Por ejemplo yo, que doy Inglés, el nivel es limitado, y los idiomas se oxidan. Vas perdiendo. Necesitas reciclarte constantemente. En general nos formamos bastante los profesores. 

Los funcionarios estáis sufriendo muchos ataques últimamente. ¿Cómo vives esto, te afecta? 

Siempre digo que la gente, en vez de luchar porque todos tengamos los mismos derechos, parece que le gusta que todos tengamos menos. Si tú tienes dos meses de vacaciones, lo que quiero es que tengas uno, en vez de decir yo quiero tener dos también. Si los funcionarios tenemos unas condiciones mejores, los demás deberían querer tenerlas también. Y ahora lo que está pasando es que estamos perdiendo derechos y hay gente que se alegra. Si el Estado empeora las condiciones laborales de sus trabajadores, qué no va a hacer una empresa privada. El Estado tiene que ser un ejemplo en cómo trata a sus trabajadores. 

Perdón… ¿dos meses de vacaciones? 

No tengo dos meses de vacaciones, eso es un mito. Era un ejemplo. En julio yo estoy a disposición de la Administración. Si me quiere llamar para ser tribunal de oposiciones o cualquier otro examen yo tengo que estar. Y en mi caso concreto, lo utilizo para formarme. Pido becas que tiene la Comunidad de Madrid para la formación en lengua inglesa. Este verano he estado en Boston, otros en el Reino Unido. 

Entonces algo sí que hay para becas… 

Para el bilingüe hay. Yo estoy en la jet set, el bilingüe. En mi centro hay seis auxiliares de conversación nativos. No hay para un profesor de Música o Educación Física, pero para esos seis profesores nativos, sí. Hay para lo que quieren, pero está mal gestionado. 

¿Qué es un maestro? 

Un profesor es muchas cosas además de un profesor. Enseña una materia, unos contenidos, pero además de eso es una madre, una psicóloga, una enfermera, una asistenta social, haces terapia de familia… 

¿Y qué debería ser? 

Un maestro tiene que educar globalmente al alumno. Tiene que ser capaz de transmitir los conocimientos de la asignatura y, a la vez, formar un ciudadano. Es lo que hasta ahora teníamos que hacer, dar nuestra asignatura y otros temas transversales de educación en valores. Yo siempre digo que un centro educativo es un espacio de convivencia. No puedes obviar estos temas y centrarte solo en tu materia, que es un poco lo que decía Esperanza Aguirre, que el centro tenía que ser un lugar solo de instrucción. Eso es imposible, yo no puedo dar mi asignatura si antes no tengo un ambiente en el que pueda impartirla. Yo tengo que enseñarles a respetarse, a escucharse los unos a los otros, a ser puntuales, a trabajar… y esas cosas no tienen que ver con el idioma. Es otra cosa. Hoy se han pegado dos en clase, tendré que resolver eso antes que enseñarles otra lengua. Alguien que no vive en un centro educativo no entiende esto. Los alumnos primero son personas, en mi caso adolescentes además, y muchas veces no saben lidiar con los conflictos. No sabemos los adultos a veces, cómo van a saber ellos. Hay que enseñárselo. Hay quien dice que eso se lo tienen que enseñar en la familia, pero ¿y si no? ¿Si en tu casa no te lo han enseñado? Alguien lo tendrá que hacer, ¿no? 

Hablas de las familias, ¿se implican lo suficiente en la educación de sus hijos? 

Criminalizar a las familias no me parece bien. Hay de todo, claro. Algunas se implican muchísimo y hay otras más desestructuradas. A un centro educativo público viene todo el mundo. Gente con una familia estable y gente que viene de centros de acogida, de situaciones familiares muy difíciles. Algunos no se interesan mucho, pero la mayoría lo hace. 

Pero no es lo mismo preocuparse por cómo va el chaval que implicarse en su educación… 

La mayor parte de sus padres se preocupan por que sus hijos aprendan. Luego los hay que no pueden ayudar, si han recibido una educación muy básica quizá ni siquiera sepan muy bien cómo hacerlo.


Fuente: Revista Escuela