Al pueblo de México
A los pueblos del mundo
En los albores del siglo XXI, el pueblo mexicano padece una crisis estructural que pone de manifiesto la descomposición social y política en la que se encuentra este país.
El eclipse electoral vivido en México, ha puesto en evidencia el colapsado encanto burgués de la democracia ficticia, de la que sólo la clase política y económica han usufructuado de «la voluntad popular».
El eclipse electoral vivido en México, ha puesto en evidencia el colapsado encanto burgués de la democracia ficticia, de la que sólo la clase política y económica han usufructuado de «la voluntad popular».
Bajo éste contexto electoral, el pueblo mexicano padece hoy una crisis económica que ha arrojado a más de 70 millones de mexicanos a vivir en condiciones de pobreza y más de 13 millones en no tener empleo; donde la población más golpeada por el rezago económico es la indígena y campesina que tiene que encarar a éste sistema económico para no morirse de enfermedades curables o de hambre.
Bajo el espejismo electoral, el pueblo mexicano padece una de las guerras más atroces, “la guerra contra el narcotráfico” donde los ricos, dueños de corporaciones que se dedican al trasiego y venta de drogas, pelean a muerte el control de las plazas y son los pobres los que la pagan con su vida. Más de 60 mil muertos ha arrojado su guerra. En el espectro educativo prevalece una crisis de la educación en todos sus niveles, y fundamentalmente en la educación superior se llegan a demandar más de 100 mil lugares mientras las universidades ofertan hasta 10 mil lugares (esto en la ciudad de México).
Bajo este escenario político irrumpe un movimiento autodenominado como 132, que su gran osadía se deriva de haber corrido de la universidad Iberoamericana, en su campus de Santa Fe, al criminal Enrique Peña Nieto (candidato del PRI a las elecciones de 2012). De forma vertiginosa la llamarada del 132 se extiende a otros lugares del Distrito Federal y de México en general. Sin embargo dicho movimiento ha sido rebasado no por la cantidad de quienes participan, sino por la realidad de millones de mexicanos que ya no ven en la farsa electoral una esperanza, sino un camino al suicidio democrático.
Sin embargo, quienes han asumido “el histórico” papel de “lideres” de ese movimiento, han intentado hacer mella de lo que describen los medios de comunicación (Televisa y Tv Azteca) de dicho movimiento: de ser un movimiento ejemplar y nuevo que no ensucia con sus marchas ni pinta los bellos muros de edificios comerciales que adorna la ciudad de México (que dicho sea de paso son casi todos de Carlos Slim). Con base a esto, quienes dicen encabezar a éste movimiento imponen matices de una lucha “pacifista” que resulta intolerante ante expresiones que no conciben ni concuerdan con sus definiciones democráticas de lucha.
El horizonte que ha delimitado, de manera insípida, éste movimiento es fundamentalmente exigir transparencia democrática en el proceso electoral del 2012, democratización de los medios de comunicación y movilizarse contra la imposición de Peña nieto. Ante estas prioridades, los anarquistas manifestamos que la democracia mexicana impone la usura en la voluntad del pueblo. Así todos los partidos políticos (de Izquierda a derecha) promueven la rentabilidad de la voluntad popular mediante la compra o coacción del voto, aprovechándose de la condición y la necesidad del pueblo. Todo lo anterior es ya parte de la cultura política de todos los partidos políticos de México.
Ante el horizonte delimitado y limitado del 132, manifestamos que el teatro de la democracia ficticia en México ha modelado un sistema de convivencia social normado por sectores económicos; Imponiendo la competencia descarnada, promueven la individualidad y fragmentan el sentido colectivo de la voluntad social.
Democratizar a los medios de comunicación en México, es un discurso vago que de manera cínica Azcárraga (dueño de la televisora más importante de México) y sus secuaces manifiestan abierta mente que los medios ya están democratizados. Por ello, los anarquistas proponemos no la democratización de los medios de comunicación sino la expropiación y colectivización de dichos medios. Que los medios de comunicación se conviertan en un ente colectivo controlado por el pueblo que no por el Estado.
En los albores del siglo XXI, ante la cruda electoral los anarquistas nos manifestamos que no basta con cambiarle de collar al amo, puesto que lo que ya no queremos es un amo como bien lo manifestara el Revolucionario anarquista Ricardo Flores Magon en su periódico de Regeneración en 1910.
Hacemos un llamado al pueblo de México para organizarnos por todos los sectores: en las escuelas, en el campo, en las minas, en los barrios, en las colonias, en nuestras calles, en las fábricas para declararle la guerra a la opulencia, a la opresión y la explotación. Hacemos un llamado a la organización vía auto organización para no crear falsos líder o dirigentes que nos lleven a la inmovilidad.
Por ello convocamos a una Occupy (acampadas) en todas las escuelas a partir del segundo día de clases con el lema de ¡que se vayan!.
Convocamos a todos y todas para que asistan a la mesa de análisis permanente sobre la situación actual en México (a llevarse a cabo en calle Donceles #10, metro Bellas Artes el día viernes a las 14:00pm) para valorar y contemplar acciones que tengan como objetivo generar conciencia para derrocar al gobierno.
El cambio de amo no es fuente de libertad ni de bienestar.
Ricardo Flores Magon
Atte.: Coordinadora Antifascista, Coordinadora Estudiantil Anarquista-FAM, Colectivo Autónomo Magonista-FAM, Bloque Negro.Fuente: Coordinadora Antifascista, Coordinadora Estudiantil Anarquista-FAM, Colectivo Autónomo Magonista-FAM, Bloque Negro.