El desempleo y el drama de medio millón de personas con hambre. El poder de las Empresas energéticas, que imponen sus beneficios por encima del clima, del medio ambiente y de un planeta habitable. El nuevo Fondo de Dineros Públicos para la Banca que siempre gana. Los modelos de consumo a que nos instan desde el poder político, a la vez que consienten y asienten, con la pérdida de derechos laborales, sociales y civiles de la inmensa mayoría social.
Los ajustes estructurales del mercado de trabajo por razones estacionales -temporada turística, plan E de inversión local y ayudas directas al consumo de automóviles-, han mostrado un espejismo, el aumento de personas empleadas y disminución en 55.250 personas paradas en el mes de junio de 2009.
El “discurso” de que la “crisis” ha tocado fondo y que ya existen indicadores de reactivación, carece de rigor social y más aún, de ética social. Es un “discurso único” al cual nos están llevando el Gobierno y las Instituciones, las Fundaciones partidistas, empresariales y organismos internacionales.
Se trata, entre otras cosas, de ocultar la reestructuración salvaje de todos los sectores de actividad que el empresariado está llevando a efecto, sin límites institucionales y sin resistencia sindical, en este país.
Ya sucedió en otros momentos de la historia de este país en el siglo XX. La modernización de la economía “española” y la “europeización de la sociedad” en el 86 con el PSOE, conllevó :
La destrucción del modelo de economía rural (campo y agricultura) y la posibilidad de tener un proyecto de soberanía alimentaria para el país.
Conllevó reestructurar todo el sector industrial, acero, carbón, pesquero, electrodomésticos, etc. y entregárselo a las multinacionales para ser competitivos.
Conllevó admitir el papel que al estado español se le requería para entrar en ese club denominado Comunidad Europea y hoy redenominado falsamente Unión Europea, convertirnos en una economía de servicios, donde el ladrillo presidiera todo y, fuera pasto de especuladores e inversores de todo tipo.
Conllevó muy gravemente, desregular las relaciones laborales e introducir todos los elementos de flexibilidad para aceptar la competitividad como categoría sagrada.
Conllevó la liberalización y privatización de todo lo público y sobre todo lo esencial para la vida : el transporte, las comunicaciones, la energía y la salud.
La realidad es tan odiosa que nos impide seguir sus indicadores reales :
Los EREs en el primer trimestre han destruido más puestos de trabajo que todo el año 2008.
Los despidos invisibles por terminación de contratos temporales o no renovación, ha hecho descender la tasa de temporalidad en 7 puntos, lo que significa que más de 2,3 millones de personas han salido a la calle desde octubre 2007 (fecha “oficial” de la crisis).
Más de 500.000 personas pasan hambre (de alimentación) y hábitat (casa) y son atendidos por Caritas.
El estado español destina a gasto social 74.000 millones menos de lo que le correspondería por su nivel de desarrollo.
Las Empresas privadas, conquistan la tarta sanitaria pública, y no sólo gestionan cientos de miles de millones de euros del erario público, sino que, deterioran el modelo sanitario en atención, calidad y satisfacciones de necesidades sociales, a la vez que hacen negocio con la medicina privada.
Las remuneraciones de los trabajadores/as han perdido 2,7 puntos en el primer trimestre de 2009 y las rentas de las familias caerá por primera vez en 15 años.
El nuevo Fondo de Reserva para la Banca puede llegar hasta 90.000 millones de euros, para que se fusionen, se concentren o, simplemente “limpien” sus “vergüenzas”.
La realidad es así porque desde el poder e instituciones se hace política y se gestiona lo colectivo al servicio de la minoría de ricos, empresarios, banqueros…, abandonando el deber fundamental de garantizar el bien común para todos y todas.
Los trabajadores y trabajadoras, las personas desempleadas, pensionistas, sectores precarios… tenemos que exigir responsabilidades y negarnos a “pagar” sus modos de vida, sus modos de producir, sus modos de consumir y sus modos de ahogar nuestra libertad.
Secretariado Permanente de CGT
Fuente: SP-CGT