La crisis en Somalia, derivada de la peor sequía en sesenta años, ha llevado a Naciones Unidas (ONU) a declarar oficialmente el estado de hambruna. Pero esta crisis alimentaría que va a condenar a una muerte cruel a miles de personas, especialmente niñ@s, tiene un origen más allá de las cíclicas sequías (cada vez más intensas y frecuentes por culpa de la degradación medioambiental).
Los mercados (esos entes controlados por miserables), tras la caída de los seguros y la vivienda, han derivado los flujos de capital hacia las inversiones consideradas como seguras (grano y otros alimentos) generando una situación en qué los especuladores controlan el mercado de alimentos, provocando escasez ficticia de algunos de ellos e incrementando el valor final de los productos. El aumento del precio de los alimentos impide que millones de personas en el mundo puedan acceder a ellos, aunque exista un stock capaz de alimentar a todas.
Los mercados (esos entes controlados por miserables), tras la caída de los seguros y la vivienda, han derivado los flujos de capital hacia las inversiones consideradas como seguras (grano y otros alimentos) generando una situación en qué los especuladores controlan el mercado de alimentos, provocando escasez ficticia de algunos de ellos e incrementando el valor final de los productos. El aumento del precio de los alimentos impide que millones de personas en el mundo puedan acceder a ellos, aunque exista un stock capaz de alimentar a todas.
También esos mercados han provocado una feroz guerra que impide que los pastores, que estudiaban el clima y recorrían Somalia buscando las zonas más fértiles donde instalarse, puedan moverse libremente en busca de pastos.
En la ilógica irracional del capitalismo todo tiene un precio. Los 12 millones de personas que están en riesgo de morir tendrán que pagar los intereses que van a heredar de los 348 millones de euros que va a prestar el banco mundial, fiel aliado de los mercados, tras la llamada a la donación urgente de la FAO de 80 millones a los 191 países que la componen. Menos de medio millón por país mendiga la FAO, cuando para asesinar libios la OTAN se gasta 2 millones de euros por cada misil.
Mientras esto sucede en el cuerno de África, la CAM (caja de ahorros del mediterráneo) ha sido intervenida por el Banco de España inyectándole a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) 2.800 millones de euros de capital. Es decir, dinero suficiente para salvar la hambruna en Somalia, Etiopía y el resto del mundo varias veces. Pero el Banco de España no pondrá un solo céntimo de euro para evitar que un niñ@ se muera de hambre en Somalia, saneará la caja pública con el dinero de tod@s para volver a privatizarla y malvenderla a un banco que acabará con su obra social y con cientos de puestos de trabajo.
Y, es que los “rescates” financieros, como el sufrido por Grecia, sirven para empeorar la situación de la inmensa mayoría de los seres humanos. Esto se debe a que las medidas de austeridad con las cuales están vinculados los “rescates” no hacen más que intensificar la recesión de la economías de la mayoría de las familias. Tras el primer “rescate griego” se ha reducido el estándar de vida y el salario de la mayoría de la población griega de forma dramática sin perspectivas de mejora en el futuro. Mientras que el PIB griego se está reduciendo, la proporción tanto del déficit público como el de la deuda se incrementan. Además, la especulación de los mercados contra los bonos del gobierno griego no hace más que aumentar la tasa de interés y por lo tanto la carga de la deuda. El nuevo rescate de 182.000 millones de euros aprobado por la unión europea empeorara aún más el problema.
Todo forma parte de la misma lógica capitalista : desde el trabajador/a social despedido y sus usuarios desatendidos por la desaparición de la obra social de una caja de ahorros reconvertida en banco, el italian@ que pagará 25 euros cada vez que acuda a urgencias, el portugués/a al que le robarán la próxima paga de fin de año, el grieg@ que tendrá que trabajar a cambio de una miseria para pagar los intereses de la deuda de su país a la banca y los mercados, hasta el niñ@ que morirá de hambre en los brazos de su madre deshecha por la desesperación de no poder alimentarlo.
La CGT como organización anarcosindicalista invita a la reflexión y a la acción contra esta barbarie, trabajando por la construcción de un espacio de movilización y lucha integrado por todo el movimiento sindical y social al margen de los firmantes del “pacto social” que sea capaz de provocar un cambio radical en los parámetros que rigen la economía y política actual.
SECRETARIADO PERMANENTE DEL COMITÉ CONFEDERAL DE CGT
http://cgt.org.es/spip.php?article2189
Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal