Artículo publicado en Rojo y Negro nº 387 de marzo

Leo con interés, como siempre, el artículo publicado en el número 385 de enero pasado del compañero Quim Garreta que comienza con un preámbulo o entradilla que resulta, cuando menos, chocante: es sorprendente, al menos para mí, porque nos “descubre” que son los integrantes de los diferentes Secretariados Permanentes (SP) los primeros que critican y cuestionan tanto los Estatutos como los Acuerdos tomados para terminar llegando a las secciones sindicales; o sea, infectan a toda la Organización. Lo que dice es gravísimo.

Parte de la siguiente premisa: “…dado que nuestra razón de ser como miembros y partícipes de la CGT, por encima de todo, es ser librepensadores/as y no aceptar imposiciones de ninguna parte…” intentando convencernos, en cuanto a Estatutos y Acuerdos, que hay dos maneras de usar los primeros y aplicar los segundos. Para ello nos hace una relación de aspectos negativos que permitan argumentar los aspectos positivos; pero creo que no se da cuenta que con su premisa y sus explicaciones hace a los negativos llegar a positivos y sus positivos los relega a negativos. O sea, que deja las cosas como estaban, pero sin llegar a la verdadera crítica.
Entre los negativos tenemos:
– A la aplicación literal y rígida de los Acuerdos.
– La defensa y aprobación, por parte de los delegados a un Comicio, del dictamen que incluya el acuerdo de su sindicato.
– Con lo anterior no haría falta asistir a ningún Comicio.
– Que hay personas que “se han educado y han inculcado el que solo vale una posición y la otra debe quedar excluida…” y actúan de manera impositiva.
– La utilización de la tabla de votos para los acuerdos.
– La mala utilización de las Comisiones de Ponencia en los comicios.
Entre los positivos están:
– La interpretación de los acuerdos, debido a su bondad, para después aplicarlos.
– El ser pragmáticos y ver si es el momento idóneo, si hay que aplicar un paso intermedio o incluso si fuera necesaria una matización.
– Que los delegados, mientras no contradigan lo que dice literalmente el acuerdo de su Sindicato, puedan votar lo que proponga otro sindicato.
– Que en determinadas circunstancias se resuelva y se aplique una solución diferente a la de los Acuerdos.
Veamos: en cuanto a la entradilla, conviene recordar que los Acuerdos se toman no por ser bondadosos ni por la idoneidad del momento ni para utilizar un paso intermedio, sino para QUE SEAN EFICACES. Se toman después de los debates pertinentes en los que se tratan las diversas alternativas y quedan reflejados en el Acuerdo para que la herramienta que se aprueba sirva en cualquier situación y momento.
El que, en una sección o sindicato, aparezca un compañero que vote una alternativa al Acuerdo en vigor “no es más que la imposición del pensamiento de un individuo sobre la sección o el sindicato” y, por tanto, la imposición de su pensar sobre toda la Organización. ¿Es esto ser librepensador? El que el delegado de un sindicato a un Comicio, llevando un Acuerdo vote por un dictamen que, sin estar en consonancia con el acuerdo que lleva, a él le parezca que no contradice el mandato “no es más que la imposición del pensamiento de un individuo sobre la sección o el sindicato”. ¿Es esto ser librepensador?
Dice que los Estatutos son “un marco de relación y convivencia basados en el buenismo quizás…” y vuelve a dudar de que alguien lo utilice a su favor o en contra de otros. Estamos en las mismas. Los Estatutos no nos permiten ningún lujo, ni dejan libertad absoluta a los sindicatos en cómo organizarse. Olvida el compañero Quim que los Estatutos los han redactado y aprobado los sindicatos y, aunque dicen que “[Los Estatutos de los sindicatos] no pueden contradecir los presentes estatutos…”, lo cierto es que son los Estatutos Confederales los que no pueden contradecir los Estatutos de los sindicatos que conforman la Confederación, que no es lo mismo.
Sobre la tabulación y presentación de dictámenes por las Comisiones de Ponencia es cuestión de pedagogía. Hace una aseveración que no es cierta, sino solamente una visión, pero creo que le da igual. Si con tan solo tabular los acuerdos ya no sería necesario acudir al Congreso ni se podrían presentar enmiendas y votos particulares… ¿a él qué más le da? Si una vez que tenga los Acuerdos los va a interpretar y aplicar de la forma que quiera ¿para qué quiere Acuerdos?
Concluyo:
– No sólo la afiliación a la CGT son librepensadores. “Librepensadores son todas las personas por el hecho de serlo”, el pensamiento es libre, pero no todos podemos evitar las imposiciones. Según el compañero Quim en la CGT es habitual las imposiciones, pero no nos ha dado ninguna solución a este problemón. Desde que estoy en esta Organización (años 70) jamás nadie me ha impuesto nada. Todo lo he decidido tras los debates.
– Parece que el compañero Quim no se ha hecho la pregunta clave: ¿Por qué pueden presentar Ponencias a los Comicios los afiliados, individual o colectivamente, y cualquier Comité, además de los sindicatos?
– Los afiliados cumplen sus deberes y ejercen sus derechos a través de su sindicato y no de otra forma.
-Los Comités son órganos de representación y gestión y sus miembros pertenecen a un sindicato o sección por lo que sus deberes y los derechos que ejercen son a través del sindicato o sección.
– ¿Se habrá dado cuenta el compañero Quim que las ponencias que debate en su sindicato son “imposiciones del pensamiento de un individuo o individuos sobre él”?
– ¿Habrá advertido el compañero Quim que, de esta manera, los sindicatos son, Congreso tras Congreso, puenteados y ninguneados cuando la afiliación presenta individualmente ponencias que no son aprobadas por el sindicato, ¡ninguneando no solo al sindicato —que también— sino a todos los que llama compañeros?
Congreso tras Congreso, los Estatutos han sido redactados y aprobados por la mayoría de los sindicatos (mínimo de dos tercios) y los Acuerdos, igualmente, han sido debatidos y votados por la mayoría de los sindicatos donde ya se ha tenido la oportunidad de incluir todas las posibles alternativas y situaciones que se pudieran dar durante su aplicación, por lo que no sirven las situaciones positivas que expone el compañero.
De esta manera lo negativo vuelve a positivo.
Debo decir que estoy muy orgulloso de que, en mi sindicato, cuando ha habido debates interesantes con diversas posturas, cuando se redacta el Acuerdo se añade: “Por acuerdo del Plenario, el delegado lleva un voto de confianza”, ya que no puede ser que vote según se levante ese día, y que en mi Regional estamos a favor de que las Ponencias solo las puedan presentar los sindicatos para evitar puenteos y ninguneos.

Tarsicio Longombardino
(Ourense)


Fuente: Rojo y Negro