Ayer se reunió por primera vez la mesa de negociación del convenio colectivo en la filial española del negocio fijo de Telefónica. De este primer contacto nunca se espera gran cosa ya que habitualmente suele reducirse a la presentación y reconocimiento de las partes y el establecimiento de la fecha de la siguiente reunión.

La representación social, a diferencia de lo sucedido hace tres años con el anterior convenio, llega a este encuentro sin una plataforma unitaria de reivindicaciones. Dado que nos hallamos ante una empresa saneada y rentable, gracias no sólo a la dirección sino también al esfuerzo de la plantilla, la CGT intentará influir en la incorporación de cierto reparto de los beneficios que generamos.

La representación social, a diferencia de lo sucedido hace tres años con el anterior convenio, llega a este encuentro sin una plataforma unitaria de reivindicaciones. Dado que nos hallamos ante una empresa saneada y rentable, gracias no sólo a la dirección sino también al esfuerzo de la plantilla, la CGT intentará influir en la incorporación de cierto reparto de los beneficios que generamos.

Empleo y ocupación efectiva, recuperación de actividad, garantía de residencia y traslados voluntarios, salarios ligados al IPC, clasificación profesional orientada a la empleabilidad, formación y homologación… frente a despidos, externalización, deslocalización, movilidad forzosa, multifuncionalidad sin planificación seria y con evaluaciones subjetivas que nos proponen. Esto, junto a la recuperación de derechos sociales perdidos y el avance real en la aplicación de las leyes de igualdad y conciliación, paralizadas en comisiones premeditadamente ineficaces, es lo que necesita la plantilla y Telefónica puede dar.

La empresa puede mostrar ahora su buena fe en esta nueva negociación, readmitiendo a las personas despedidas por enfermar y por el uso abusivo del régimen disciplinario. También esperamos que explique, por los cauces establecidos y de forma detallada, sus planes de reducción de plantilla a golpe de despidos y segregación de actividad y empleo a empresas suministradoras, mercadeando con las trabajadoras y trabajadores, que nos merecemos lo que es nuestro derecho, conocer de primera mano los planes sobre nuestro futuro.