Continuan asesinando a representantes comunitarios comprometidos en la búsqueda
de una paz con justicia social, los siguen señalando informantes de la política de seguridad democrática.
Primero son detenidos con bombos y platillos y
reseñados en la prensa, luego liberados en el silencio de los medios. Finalmente, con la cruz de rebeldes a cuestas, son ejecutados por las famosas fuerzas oscuras que habitan como lobos hambrientos hace décadas a Colombia.
¿Dónde está la Memoria de nuestros líderes y la de sus organizaciones ?
«Teresa Yarce tenía 46 años, cinco hijos y una casa detablas. Su sueño era simple, era justo, elemental y racional. Teresa soñó durante más de una década con convertir el rancho de madera en el que vivía con sus hijos, en una casa de material que tuviera una puerta con chapa y cerradura. Así de simple. Igual que ella.
Simplemente una chapa con cerradura para descansar
algunas horas sin temores y no tener que velar el
sueño de sus hijos, mirando hacia la puerta de tabla.
La conocí hace dos años, tranquila, a pesar de que la sindicaban de terrorista por su labor en la Junta de Acción Comunal del barrio en el que vivía en la Comuna 13 de Medellín. Diez días después de su detención recobró su libertad definitiva, pero nunca pudo recobrar la paz y la tranquilidad. Muchos que han pasado por situaciones como esa, deciden renunciar a sus sueños y marcharse. Teresa no. Ella decidió
quedarse en su barrio, en su vivienda de tablas,
defendiendo a su gente. Creía en los planes de
desarrollo municipal y en las promesas que cien veces le hicieron de incluirla en los subsidios para mejoramiento de vivienda.
Finalmente su sueño empezó a hacerse realidad. Le
anunciaron que hoy, lunes 11 de octubre de 2004, le llegarían los materiales para que construyera su casa.
La alegría de Teresa y de sus hijos duró poco. Los paramilitares que hoy controlan la comuna, la tenían en la mira, desde que la Policía y la Fiscalía la sindicaron de terrorista, como a más de 350 habitantes de la zona, durante la llamada Operación Orión ordenada desde la Presidencia de la República en el año 2002. Se lo habían mandado a decir y cumplieron la sentencia el pasado miércoles. Asesinaron a Teresa mientras descansaba en una acera, del trabajo de construcción de alcantarillado del que participaba en su barrio.
El sueño de Teresa se fue con ella. Ahora, quién
velará el sueño de sus hijos ?
En memoria de Teresa y de todas las mujeres como ella, que realmente nacen y mueren luchando solas, los invito a que reflexionemos sobre el país que tenemos ahora y si realmente cada uno de nosotros no tiene alguna cosa que pueda hacer por cambiarlo».
María V.
Par : Miguel