En su informe, la CSI señala a Colombia como el país que encabeza la represión sindical. Pero las agresiones contra sindicalistas aumentan en todo el mundo, incluidos los países del Norte.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) acaba de sacar una nueva edición del informe anual sobre las violaciones de los derechos sindicales. Y las noticias no son buenas. El informe, referido a 2006, cubre 138 países y muestra un aumento en el número de personas que han perdido la vida como resultado de sus actividades sindicales, que pasa de 115 en 2005 a 144 en 2006.
Se confirma la difícil situación laboral en los países del Sur. Miles de sindicalistas han sido detenidos durante este año por haber participado en acciones de huelga y protestas, mientras que otros tantos fueron despedidos, en algunos casos simplemente por formar o afiliarse a un sindicato. Las estadísticas indican que Asia se sitúa a la cabeza en ambos casos, con África en segundo lugar, aunque todas esas cifras han de considerarse únicamente una estimación más bien cauta, ya que muchos casos no llegan a hacerse públicos.
Pero es en América latina, Colombia, donde se concentra el mayor número de sindicalistas asesinados. En 2006, 78 fueron asesinados, ocho más que en 2005, y muchos otros fueron víctimas de amenazas, secuestros o ‘desapariciones’. Según denuncia la CSI : “el Gobierno de Álvaro Uribe en lugar de emplear sus recursos para hacer frente al problema real, destina millones de dólares a sufragar una amplia campaña de relaciones públicas y envía a altos representantes del Estado al extranjero para decir al mundo que la situación en Colombia está mejorando”.
Tampoco los países más ricos destacan en la defensa de los derechos laborales. El informe señala que los gobiernos de numerosos países occidentales han intentado restringir los derechos sindicales mediante la introducción de enmiendas a la legislación laboral, reduciendo la negociación colectiva, el derecho de huelga o incluso la libertad sindical. La CSI subraya además la existencia de “un clima generalizado de hostigamiento antisindical por parte de los empleadores”.
Las empresas multinacionales tienen un papel fundamental en la reducción de derechos laborales. Su arma preferida es el chantaje : abusan de su posición amenazando con trasladarse si se ven afectadas por alguna acción sindical. Y no hay diferencia entre países más o menos desarrollados. Por ejemplo, en marzo de 2006, la dirección de la planta de Volkswagen en Pamplona amenazó con trasladar a Eslovaquia la producción del nuevo Polo en caso de continuar la huelga iniciada varios meses antes en su fábrica de Pamplona.
De hecho, aunque en el Estado español se cuenta con un sistema de negociación colectiva bien establecido, en la práctica los derechos sindicales se ven afectados por el elevado número de contratos temporales. El informe confirma que éste es el Estado miembro de entre los 25 que componen la Unión con mayor porcentaje de estos contratos.
No obstante, Guy Ryder, el Secretario General de la CSI, conserva algo de optimismo. En el prefacio del estudio señala que“a pesar de todas las dificultades, millones de hombres y mujeres se mantienen firmes en su compromiso o están comenzando a descubrir las ventajas de la acción sindical. Muchos de ellos luchan por sus derechos, contra viento y marea”.
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Fuente: www.diagonalperiodico.net