El Foro Social Mundial del 2004 declaro el 22 de julio como el Día Internacional contra la política de las multinacionales, en memoria histórica por el asesinato de sindicalistas en Colombia, entre ellos de Héctor Daniel Useche Barón, Víctor Eloy Mieles Ospino y su esposa Elvira Rosa Ramírez, Isidro Segundo Gil, Avelino Anchicanoy, Adolfo de Jesús Munera, entre otros dirigentes de Sinaltrainal en Nestlé y Coca Cola.

26 integrantes de Sinaltrainal asesinados, son parte de más de 6 millones de víctimas entre 1984 y hoy. Asesinatos, desapariciones, amenazas, violaciones, desplazamientos, destierros, torturas, detenciones arbitrarias, judicializaciones, agresiones y vejámenes de la fuerza pública, son parte de la política integral y sistemática de persecución contra los trabajadores al servicio de las multinacionales, los grupos económicos nacionales y contra el Pueblo colombiano.  

26 integrantes de Sinaltrainal asesinados, son parte de más de 6 millones de víctimas entre 1984 y hoy. Asesinatos, desapariciones, amenazas, violaciones, desplazamientos, destierros, torturas, detenciones arbitrarias, judicializaciones, agresiones y vejámenes de la fuerza pública, son parte de la política integral y sistemática de persecución contra los trabajadores al servicio de las multinacionales, los grupos económicos nacionales y contra el Pueblo colombiano.  

Los crímenes han beneficiado a grupos transnacionales y subsidiarias en Colombia y a grupos económicos nacionales gracias a la política del estado, fundamentada en la denominada cohesión social, el estado comunitario y de Unidad Nacional, en función del  capitalismo de Estado, posibilitándole a un reducido grupo de familias apropiarse de la producción social, usando el Estado para acumular riqueza, dictando para ello leyes, financiarizando la vida de las personas, utilizando la fuerza y firmando pactos internacionales bajo el eslogan de la confianza inversionista. 

El terrorismo de estado, no solo ha eliminado millones de colombianos y colombianas, sino que ha destruido cientos de organizaciones sociales y políticas, con el único propósito de aniquilar el adversario, crítico y opositor, para facilitar que el bloque dominante profundice el neoliberalismo y se enriquezca más, saqueando nuestros recursos, degradando el trabajo y precarizando nuestros ingresos. Para el estado colombiano, generar confianza inversionista es urgente, sin opositores, sin organizaciones y propuestas alternativas a la alianza oligárquico – paramilitar – fascista que hoy gobierna Colombia. Si lo logra, nuestro país se hundirá en la más absoluta pobreza, hambre, antidemocracia y dependencia. 

El 22 de julio de 2008, el Tribunal Permanente de los Pueblos realizó en Bogotá la sesión final y juzgó y condenó a 26 multinacionales, a varios grupos económicos nacionales y al Estado colombiano y  casas matrices de las corporaciones internacionales, por crímenes de lesa humanidad. Pasa el tiempo y empeora la situación, continúa el terror, la entrega del país a las multinacionales y a los grupos financieros, se fortalece la opresión y se empobrece a la población. Cientos de paros, movilizaciones, bloqueos, tomas, acciones de masas, visibilizan la grave situación que vivimos, pero no logran conquistar los grandes cambios que requiere la nación, por la falta de democracia. El Estado colombiano no tiene ningún interés en solucionar los problemas y garantizar el bienestar de los colombianos, su interés es fortalecer la confianza inversionista y profundizar la entrega y dependencia  del país con el modelo neoliberal y la globalización.

La tarea es consolidar nuestros instrumentos organizativos, juntarnos y avanzar en la construcción de poderosas organizaciones sociales de masas, que se movilicen, confronten la política oligárquica imperialista y posibiliten la edificación de una Colombia soberana, democrática, en paz y con bienestar para todos.

Dirección Nacional de Sinaltrainal

Àngel Bosqued

Secretaría Relaciones Internacionales  – CGT


Fuente: Secretaría Relaciones Internacionales - CGT