“El instinto de rebelión no ha muerto nunca. Puede ser que sea tiempo de que el anarquismo sea pionero en Euskal Herria”. Asel Luzuriaga “Boceto de un posible anarquismo vasco”.
No andaré con ambages : no veo en qué medida o cómo, la creación de un estado vasco nos puede traer la Justicia Social si no rompemos antes con las ataduras de un sistema económico criminal que se sitúa por encima de soberanías estatales, que pulveriza las relaciones sociales, que ha mejorado con creces las técnica...
“El instinto de rebelión no ha muerto nunca. Puede ser que sea tiempo de que el anarquismo sea pionero en Euskal Herria”.
Asel Luzuriaga “Boceto de un posible anarquismo vasco”.
No andaré con ambages : no veo en qué medida o cómo, la creación de un estado vasco nos puede traer la Justicia Social si no rompemos antes con las ataduras de un sistema económico criminal que se sitúa por encima de soberanías estatales, que pulveriza las relaciones sociales, que ha mejorado con creces las técnica…
“El instinto de rebelión no ha muerto nunca. Puede ser que sea tiempo de que el anarquismo sea pionero en Euskal Herria”.
Asel Luzuriaga “Boceto de un posible anarquismo vasco”.
No andaré con ambages : no veo en qué medida o cómo, la creación de un estado vasco nos puede traer la Justicia Social si no rompemos antes con las ataduras de un sistema económico criminal que se sitúa por encima de soberanías estatales, que pulveriza las relaciones sociales, que ha mejorado con creces las técnicas de omnipresencia del mismísimo dios, y de un sistema parlamentario burgués, en el que los partidos funcionan como grandes empresas : a base de campañas de mercadotecnia tratan, en una carrera desesperada, de encaramarse al poder sin atender a más criterios que el del beneficio propio y por supuesto, obviando los efectos de sus maniobras.
Claro, tampoco podemos descargar toda nuestra responsabilidad contra estos personajes ; alguien los coloca en tan privilegiada situación de cercanía al poder y no sólo eso, sino que nos mostramos preocupantemente escépticos ante otra forma de organización político-económica que no sea la actual, es decir, la de cesión de la gestión de nuestros derechos por personas que no han mostrado la menor aptitud para ello. ¿Existe en nuestro “dorado occidente” un estado que mediante el parlamentarismo representativo haya acabado con la relación de explotados-explotadores ? ¿o que priorice el uso en lugar de la propiedad de las cosas ?¿Existe alguno que al menos lo plantee ? No. No es su prioridad. Ellos gestionan el caos para hacerlo más, cómo lo diría, “llevadero”.
Y en este punto, quiero aterrizar sobre la incipiente creación del famoso polo soberanista. Entiendo y comparto la imperiosa necesidad de terminar con un conflicto armado que ya dura demasiado ; entiendo y comparto la necesidad de acabar con las mil y una trabas que se imponen sobre un idioma, el euskera, inconcebible en una sociedad que se autodefine, utilizando el argot económico capitalista, como “desarrollada” (palabrita que por sí sola daría para una colección de textos, por lo mucho que de soberbia occidental encierra…) ; entiendo y comparto la “jindamilla” que producen los tribunales, policías, grupos mediáticos evidentemente nacionalistas españoles aunque compuestos por ciudadanos del mundo (disculpad la carraspera…), en definitiva, todo un estado, el español, que sobrevive en la mediocridad más absoluta. Pero la creación de otro estado, que recuerdo a quien no lo tenga claro, no va a ser un estado obrero ni nada parecido sino otro burgués, de poco o nada nos va a servir –salvo que una acción hipnótica masiva del gran Anthony Blake (sí, el tipo ese que acierta la lotería a “día pasado”), transforme la actual “paz social” en rebelión, consiguiendo transformar el amor al trabajo asalariado y al consumismo descontrolado de la mayor parte del cuerpo social en fervor revolucionario-.
La patronal seguirá en su lugar ; los “estómagos agradecidos” se reubicarán ; seguiremos siendo las víctimas de la flexibilidad laboral, de ERE´s, de despidos, deslocalizaciones, subcontratación… ; los cuerpos policiales servirán, como en cualquier lugar del mundo y en cualquier época, para reprimir expresiones populares y perseguir “al diferente” ; la banca seguirá siendo igual de generosa, al igual que los grandes grupos multinacionales ; seguiremos mendigando un trabajo para conseguir dinero y seguir “tirando”… Habrá quien esté pensando : “Joder, con el Nostradamus de los huevos ; qué facilidad para echar por tierra el trabajo de muchas personas”. Y no está en mi intención semejante cosa. Mi única intención es dejar negro sobre blanco, que si atendemos a como funciona este mundo ávido de competitividad, beneficio, explotación,… rapiña capitalista en cualquier caso, no podemos ser tan crédulos como para creer que la creación de un estado vasco vaya a suponer una mejora en las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Realmente, no sé si requerimos de otra constitución y un himno ; lo que la situación actual de ofensiva brutal del capitalismo (encubierta bajo el seudónimo de “crisis”) requiere seguro, en su salvaje labor de homogeneización cultural y económica, es la creación de redes entre organizaciones sociales, culturales,… basadas en el apoyo mutuo, en la igualdad, la horizontalidad ; capaces de atraer la simpatía y la comprensión popular más allá de éste o aquel partido político, escapando de la disputa por cuotas más o menos grandes de poder ; requiere trabajar a nivel local (empresas, barrios, pueblos, municipios…) a pesar de las trabas que podamos encontrar y de forma auténticamente independiente de instituciones y organismos oficiales, involucrando al mayor número de personas y colectivos (jóvenes, mujeres, inmigrantes, parados, jubilados, minorías étnicas,…vamos, los que soportamos los envites, con mayor o menor dificultad, de este perfecto sistema económico). Juntándonos colectivos dispares, incluso antagónicos, pero con coincidencias a la hora de enfrentarnos abiertamente contra el capitalismo. Ejemplos, “como los de la plataforma AHT Gelditu !, las luchas a favor de la autogestión, gaztetxes, presos, … nos deben servir para agruparnos en las luchas coincidentes, aunque en otras (la propiedad privada, el estatismo, el autoritarismo,…), a esos mismo compañeros de lucha los tengamos enfrente, desde el respeto a la diferencia política”.
El pensamiento libertario, por demérito propio en la socialización de su ideología, no consigue penetrar en una sociedad donde parece que más allá de la práctica estatista no existe la izquierda ; no hemos sabido históricamente, ni en la actualidad, hacer entender que no estamos en contra de la cultura vasca ; muy al contrario, existen elementos puramente libertarios en ella, ya sean el batzarre, el auzolan,… las formas de relación social provenientes del milenario Derecho Pirenaico, etc., de las que podríamos hacer “bandera”, por basarse en relaciones absolutamente horizontales, democráticas y que no implican la creación estructuras estatales. En palabras del escritor Asel Luzuriaga, “[…] Los vascos solamente fueron libres cuando no tenían Estado, y el hecho de crear un Estado (crear el Reino de Navarra) puso la primera piedra para el exterminio de su identidad y sus principios de libertad. […] Hemos dejado la acción a otras ideologías como si tuviésemos vergüenza de ser visibles. Pero el carácter anarquista, el libertario, ha estado muy arraigado en la sociedad vasca.”
Por delante, un trabajo ímprovo, tanto de divulgación como de acción real. Si somos capaces de tejer esa red de apoyos ; si somos capaces de involucrar a las personas más allá de siglas y partidos ; si la gente se siente “parte del proceso creativo” y no sólo como “mansos sufridores”, habremos llegado de forma natural a una convivencia libre, en la que no será necesaria más que la libre adhesión para conformar los grupos humanos que se crean oportunos y bajo nexos sociales y culturales fuertes, mucho más fuertes que los que un estado nos puede proporcionar, ya que el poder como tal, al no ser controlado por ningún grupo humano concreto, dejaría ser el santo grial que todos buscan pero que una vez conseguido a todos cambia. Si existe alguna posibilidad de romper un estado, no seamos tan torpes de atarnos de pies y manos con otro.