El próximo 28 de Enero se va a aprobar la reforma de las pensiones. Cañonean por doquier que es preciso aplicar ya reformas cuando la realidad es que se han despachado tantas que ya he perdido la cuenta ; cuando la realidad es que la realidad supera a la ficción. Hablemos pues de reformas, ¿son necesarias ? Por supuesto que sí.
Hay que reformar el sistema de movimientos del capital, que no deja de ser un casino libre de impuestos, donde se juegan nuestros cuartos, con las cartas marcadas, se funden nuestros ahorros con desvergüenza impune, renovando fichas ahora con sus planes de pensiones a la caza del paleto, porque el paleto cotiza al alza, más que el oro, el paleto como única fuente inagotable de energía.
Tenemos que reformar el sistema político, gobierne quien gobierne, votéis a quien votéis, ahora responden más que nunca a la dictadura del capital, plutocracia simulando democracia. Para ello, a medio y largo plazo, la autogestión social, laboral y política se perfila como una herramienta útil, mecanismo continuado que, siempre en aprendizaje y construcción, difiere de la utopía, porque utopía es complacencia y un fin concreto, y la autogestión no tiene fin concreto, sólo camino, camino secundario donde elevar nuestras cotas de independencia, sumando al margen, aislando a nuestra utópica democracia.
Desde abajo, debemos reformar el sindicalismo, cada vez más alejado de la realidad, de las excluidas, sindicalismo cada vez más burocratizado, sin principios ni fines, alejado de lo humano. El fascismo reformista, ha llegado a donde el fascismo revolucionario no pudo alcanzar, subrepticiamente, desconceptualizando la lucha de clases, pues la negación del conflicto supera el conflicto, así de fácil, fácil así se entiende que ya apenas nadie cuestione el capitalismo, pues su equilibrio es el desequilibrio sin conflicto, el fascismo, desigualdades en metástasis final ahora en su cenit devastador.
Urge reformar nuestro modelo automatizado de ocio y consumo, recuperar nuestra esencia natural, con las horas extras y el pluriempleo (insatisfacción perenne), adquirimos bienes a tutiplé (satisfacción fugaz), bienes sin tiempo libre para disfrutarlos (insatisfacción perenne), bienes cuya consumación será bajo techo de trastero, así robamos el trabajo a las sin techo, los trastos de la sociedad.
Debemos también reformar nuestro aislamiento individual, que ha trascendido por falsas e interesadas lecturas del darvinismo, sí, no cuestiono nuestra esencia como bestias en pugna, no, pero también nos realizamos en el apoyo mutuo y la solidaridad compartida, de productividad superior en todas sus expresiones, como demuestra la historia en aquellas etapas donde el pensamiento humanista gozó de su mejor dialéctica.
Estas pues son nuestras reformas, el próximo 27 de Enero, Huelga General.
Colectivo Malatextos – Goio Gonzalez Barandalla