Cinco ciudadanos kurdos que se encontraban solicitando asilo en el aeropuerto madrileño de Barajas han relatado hoy que fueron maltratados en estas dependencias por el personal que les custodiaba mientras estaban tramitando el procedimiento.
La abogada de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Elena Vázquez, ha explicado que su organización se ha ofrecido a asesorarles mientras están en España, tras haber sido admitida a trámite su petición de asilo, y que también lo hará si deciden denunciar a los autores de las supuestas agresiones.
Los cinco kurdos han declarado que deconcen si han sido asistidos por algún médico durante los diez días que han permanecido en dependencias de Barajas y tampoco sabrían reconocer a las personas que les habían maltratado, han comentado.
En el relato de los hechos, han comentado que a los tres hombres les ataron las manos por detrás de la espalda y que a las dos mujeres, presas de ataques de ansiedad, no las asistieron y que a una de ellas la arrastraron por el suelo y le tiraron del pelo.
Por su parte, la abogada de CEAR ha señalado que cuando ella los vio por primera vez -seis días después de la supuesta agresión- comprobó que uno de ellos tenía moratones en la espalda, otro un ojo morado y el tercer hombre la nariz inflamada, mientras las dos mujeres estaban en estado de ansiedad. La letrada también ha indicado que una vez que ha sido admitida su petición de asilo podría pasar más de un año hasta que se resuelva, y que mientras tanto permanecerán en España.
El aeropuerto rechaza la versión
Fuentes aeroportuarias han rechazado esa versión y han matizado que estas cinco personas llegaron a Barajas el pasado 29 de mayo «con pasaportes ilegales de Siria» en tránsito desde Egipto y no embarcaron en el avión en el que tenían previsto continuar el viaje, por lo que fueron trasladados a la sala de rechazados.
Fue en esta sala donde los extranjeros dicen haber sufrido el maltrato, aunque agentes de Policía denunciaron que, en realidad, fueron estas cinco personas quienes se habían puesto nerviosos y violentos ante la posibilidad de ser devueltos a su país.
En su comparecencia ante la prensa, los cinco kurdos han negado haberse autolesionado y han reconocido que decidieron quedarse en España -y no en otro país europeo donde tienen familiares- porque «querían vivir en cualquier Estado donde existan derechos humanos».
Fuente: EFE