DENUNCIA DE UN GRUPO DE BOLIVIANOS

  •  ’Llevamos desde el sábado encerrados, sin poder ver a nadie ni cambiarnos de ropa’
  •  Las esperas se han duplicado porque desde el 1 de abril será más difícil entrar en España
  •  La odisea de estas 40 personas ha terminado hoy a las 13.10 horas al ser deportadas
    DENUNCIA DE UN GRUPO DE BOLIVIANOS

  •  ’Llevamos desde el sábado encerrados, sin poder ver a nadie ni cambiarnos de ropa’

  •  Las esperas se han duplicado porque desde el 1 de abril será más difícil entrar en España

  •  La odisea de estas 40 personas ha terminado hoy a las 13.10 horas al ser deportadas

    MADRID.- Alrededor de 40 ciudadanos bolivianos, entre ellos cinco niños, han permanecido retenidos en las dependencias de Inmigración del aeropuerto de Barajas durante cinco días a la espera de ser deportados. Su odisea terminó a las 13.10 de este jueves. Las esperas de bolivianos en el ’limbo’ del aeropuerto madrileño se han duplicado desde que el Gobierno anunció que entrar en España desde Bolivia no resultará tan fácil a partir del 1 de abril.

    Al aterrizar en Madrid el pasado sábado, las autoridades les negaron el ingreso en España por problemas burocráticos. Desde entonces y hasta el mediodía de este jueves, 40 bolivianos han permanecido retenidos entre las cuatro paredes de una sala aeroportuaria que es tierra de nadie.

    «Llevamos desde el sábado encerrados, sin poder ver a nadie, sin habernos podido cambiar de ropa, sin nuestros equipajes. Nos dijeron que sólo podrían retenernos 72 horas como máximo y aquí seguimos», explicaba desde la sala de inmigración a elmundo.es por teléfono David Escobar, uno de los pasajeros, horas antes de ser devuelto a Bolivia.

    David acabó convertido en portavoz espontáneo del grupo al atender las llamadas que recibían en un teléfono instalado en el lugar. «Este teléfono es nuestra única conexión con el exterior porque nos requisaron los celulares y no dejan entrar visitas a vernos, ni familiares ni abogados ni nadie», apuntaba.

    Asegura que recibieron suficiente comida y tenían baños a su disposición, pero que no había colchones para todos, la gente se desesperaba y los niños lloraban a menudo. «A una mujer le dio un ataque de nervios el martes y una señora dice que se siente enferma. También hay un bebé que no puede estar tanto tiempo en estas condiciones», explicaba.

    Entre el grupo de retenidos se encontraban cinco niños, uno de ellos de apenas dos años, que no contó durante estos días con los productos de higiene y nutrición que requiere, según David Escobar. «La mamá no tiene talco, ni ropa limpia ni nada de eso porque nos requisaron todo, y el niño tiene que comer lo mismo que comemos los adultos», dice David, que asegura no haber recibido tampoco asistencia de ninguna ONG.

    Cruz Roja no ha podido atender a estos inmigrantes porque no se les ha requerido hasta el momento. «Sólo asistimos a las personas que son admitidas a trámite. No tenemos acceso a esa sala donde esperan los que serán devueltos», explica a elmundo.es un portavoz de la organización.
    Una entrada más estricta desde abril

    Los problemas con los viajeros bolivianos se multiplican a medida que se acerca el 1 de abril, fecha en la que entrará en vigor la exigencia de visado a los bolivianos para ingresar en los países de la Unión Europea. Desde que el Gobierno español apoyó esta decisión de las autoridades comunitarias se ha intensificado el flujo de viajeros procedentes de este país latinoamericano, que hasta la fecha entran en el país en calidad de turistas.

    «El anuncio de la medida ha generado una alarma entre quienes tenían pensado venir que ha llevado a muchas personas a adelantar el viaje por miedo a perder la oportunidad», explica a elmundo.es María Luz Valdivia, coordinadora de la Asociación de Cooperación Bolivia España (Acobe).

    Según Valdivia, en los últimos meses se han duplicado los vuelos entre la ciudad boliviana de Santa Cruz y Madrid, y con ellos, el número de personas que no superan las entrevistas de discriminación ante las autoridades aduaneras.

    A Álex Quiroga, otro boliviano retenido, le esperaba su hermano en Vigo. «Tengo todos mis papeles en regla : el pasaporte, la carta de invitación, el hotel, el dinero. No sé por qué no me dejan pasar». Álex asegura que venía a establecer contactos comerciales para vender sus tallas de madera en España, pero algún detalle no convenció a las autoridades españolas.

    A las 13.10 de este jueves, culminó la odisea de Álex y sus 40 compañeros- y quizá con ella el sueño de una nueva vida-. A esa hora partía en un vuelo de Air Comet de vuelta a Bolivia, sin hacer negocios, sin ver a su hermano. Regreso de un viaje de ida y vuelta al limbo del primer mundo.


    Fuente: MARÍA JOSÉ LLERENA (elmundo.es)