Varios cientos de personas, convocados por el sindicato CGT y Ecologistas en Acción se manifestaron este sábado en Burgos para reclamar el cierre "inmediato" de la central nuclear de Santa María de Garoña (Valle de Tobalina, Burgos) al considerar que se trata de una planta atómica "vieja, obsoleta y peligrosa". Con el lema 'Garoña cierre y todas las demás' y recorrieron las calles de la capital burgalesa para mostrar su disconformidad con la decisión tomada por el Gobierno central de mantener la planta hasta 2013.

El portavoz de Greenpeace, Carlos Bravo, aseguró en declaraciones a los medios, que los últimos incidentes ocurridos en Garoña hacen necesario un cierre y «ponen de manifiesto la mala gestión» que se viene desarrollando en torno a la energía nuclear. En este sentido, recordó que en los últimos días se han registrado fallos notificables, lo que «es un fallo importante de la cultura de la seguridad».

El portavoz de Greenpeace, Carlos Bravo, aseguró en declaraciones a los medios, que los últimos incidentes ocurridos en Garoña hacen necesario un cierre y «ponen de manifiesto la mala gestión» que se viene desarrollando en torno a la energía nuclear. En este sentido, recordó que en los últimos días se han registrado fallos notificables, lo que «es un fallo importante de la cultura de la seguridad».

Bravo destacó que «Garoña viola la autorización de vertido de aguas y supone un problema de contaminación térmica importante». De ahí que Greenpeace inste a la sociedad a que se sume a la petición del cese de la central, al considerar que se trata de una planta «peligrosa». La organización ecologista considera que en el caso de pérdida del suministro eléctrico, la central burgalesa no podría asegurar la refrigeración del núcleo, situación que, a juicio de Bravo, podría desencadenar en un desastre como el de Japón.

En cuanto a los vertidos al río Ebro, Bravo declaró que la planta burgalesa «tiene problemas de refrigeración en circunstancias normales», por lo que los ecologistas sostienen que el margen de refrigeración es «muy escaso» debido al sobrecalentamiento de la planta atómica. «Si hubiese una situación de emergencia en el que hubiese que refrigerar el núcleo, esta central nos llevaría a un desastre», apostilló.

Sobre los controles que la Confederación Hidrográfica del Ebro mantiene en la central, Bravo estimó que no son los mejores, motivo que ha llevado a Greenpeace y a Ecologistas en Acción a plantearse la posibilidad de emprender acciones legales contra el organismo de cuenca «para que tome cartas en el asunto y paralice la autorización del vertido».

Recuerdo a Chernóbil
La manifestación de Burgos contó con la presencia de ecologistas de toda la región que se sumaron a un encuentro en el que se recordaron los 25 años del accidente nuclear de Chernóbil (Ucrania). El 26 de abril se cumplen 25 años del accidente nuclear de Chernóbil, el más grave de la historia de la industria nuclear, que fue calificado como nivel siete en la escala INES de sucesos nucleares. Ecologistas en Acción cree que el accidente de Fukushima-Daiichi merece ya una calificación de nivel seis, a la espera de los acontecimientos que llegarán los próximos días, puesto que el accidente continua en estos momentos evolucionando sin control, pese a todos los esfuerzos para paliar la catástrofe.

Por ello, el movimiento internacional antinuclear conmemora esta fecha en recuerdo de las víctimas no reconocidas de la contaminación radiactiva, con el objetivo de denunciar a los que niegan los riesgos nucleares y la falta de transparencia e información que envuelve siempre todo lo relacionado a la industria nuclear.

Con la campaña ’25 años de Chernóbil, 25 días de acción’, Ecologistas en Acción celebra junto a organizaciones ecologistas de todo el mundo acciones de diversa índole hasta el 26 de abril, con el objetivo de informar sobre esta «peligrosa» fuente de energía y conseguir el cierre escalonado de las centrales nucleares.