Desde la Confederación General del Trabajo nos sumamos a la denuncia que se está realizando a través de las plataformas civiles de apoyo al pueblo hondureño de la vulneración de derechos humanos por parte del Estado, las mafias y también del propio presidente de los Estados Unidos.

Honduras forma parte de los países secuestrados por una élite política y económica que, en su caso a través del régimen dictatorial de Juan Orlando Hernández, ha instituido la corrupción, la impunidad, el narcotráfico y la violación sistemática de los Derechos Humanos.

Honduras forma parte de los países secuestrados por una élite política y económica que, en su caso a través del régimen dictatorial de Juan Orlando Hernández, ha instituido la corrupción, la impunidad, el narcotráfico y la violación sistemática de los Derechos Humanos. La clase dominante hondureña intenta mantener una hegemonía que está agotando su viabilidad política, dadas las reacciones cada vez más abiertas y beligerantes del pueblo hondureño que pasa por una crisis de pauperización intensa, donde la simple supervivencia se torna extremadamente difícil y compleja.

La impunidad en Honduras llega al 90% de los casos que ni siquiera llegan a ser investigados, tal como ocurre con el asesinato de Berta Cáceres, que a dos años y medio de su asesinato aún no ha tenido un juicio justo, imparcial, informado y transparente.

Nos sumamos por lo tanto a la denuncia de:

  • La violencia del Estado, a través de la represión de las fuerzas armadas a los movimientos sociales, a la juventud, a los dirigentes sociales, a los defensores de Derechos Humanos y del Medioambiente.
  • La violencia social de las maras o pandillas.
  • La violencia económica estructural, que obliga a muchas familias a subsistir de la economía sumergida.
  • La violencia ejercida por el crimen organizado del narcotráfico.

A ello hay que agregar además la violencia extrema que es ejercida por el sistema extractivista, mediante el saqueo y la explotación que está llevando al país a la pérdida de la soberanía, sumado al despojo de sus territorios y los bienes comunes de los pueblos originarios, y que por hacer uso de sus derechos en defenderlos están siendo amenazados, reprimidos y asesinados por la fuerza pública y los paramilitares contratados por las empresas extractivistas.

Otro factor muy importante que llevan al pueblo de Honduras a la Crisis Humanitaria es el desempleo, los salarios de hambre y la falta de oportunidades.

La represión esta fundamentalmente enfocada en contra de la juventud y la niñez, debido a la vulnerabilidad social y la falta de oportunidades, siendo así un sector propicio para la violencia de las pandillas (Maras) que los extorsionan y ejercen una violencia que se torna con facilidad en insoportable para estas poblaciones. El Observatorio de la Violencia de la Universidad Autónoma de Honduras (UNAH) confirma que alrededor de 21.000 estudiantes han sido asesinados entre 2010 y 2016.

Como consecuencia de esta situación, desde el mes de abril de este año, unas 800 personas se encaminaron en una marcha migratoria hacia Estados Unidos que denuncia tanto las condiciones de vida en Honduras, como las fronteras y políticas migratorias. Ahora ya en México, reciben diariamente las amenazas de muerte del Presidente de los Estados Unidos que ha movilizado al ejército con la orden de disparar sobre la población desarmada que pretenda cruzar su frontera.

Desde la CGT seguiremos defendiendo el derecho de las personas a la vida, a la autorganización, a la libre circulación, a su dignidad y a la libertad de decidir.

Es por ello, que seguiremos difundiendo las convocatorias de movilizaciones civiles por la Justicia hacia Berta Cáceres, contra la impunidad y la corrupción, por la Marcha hondureña hacia Estados Unidos y la dignidad y libertad del pueblo hondureño.

Secretariado Permanente Comité Confederal de la CGT

 


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT