Concentraciones y campaña informativa a los usuarios para denunciar la política represiva de la empresa de autobuses, subvencionada por la Junta de Andalucía a través del Consorcio de Transportes

Sevilla. “No quieren trabajadores/as. Quieren esclavos/as”. Así de rotunda se muestra Loli Martín Tenorio, 42 años y una de las primeras mujeres conductoras de autobuses de Andalucía. Tras 10 años en Damas y cuatro sanciones, todas ellas revocadas a su favor en los Juzgados de Sevilla, ha sido despedida el pasado mes de abril por causas objetivas, aprovechando una reestructuración de las líneas del Consorcio de Transportes de Sevilla, al que pertenece Damas.

Sevilla. “No quieren trabajadores/as. Quieren esclavos/as”. Así de rotunda se muestra Loli Martín Tenorio, 42 años y una de las primeras mujeres conductoras de autobuses de Andalucía. Tras 10 años en Damas y cuatro sanciones, todas ellas revocadas a su favor en los Juzgados de Sevilla, ha sido despedida el pasado mes de abril por causas objetivas, aprovechando una reestructuración de las líneas del Consorcio de Transportes de Sevilla, al que pertenece Damas. Las mismas causas que aduce la empresa para despedir a José Castellanos, también conductor, con la misma antigüedad (10 años), casi la misma edad (43) y casi las mismas sanciones, hasta tres, también en este caso con todas las reclamaciones ganadas en magistratura. Inmediatamente después de ambos despidos, Damas contrataba a 15 nuevos conductores, que siguen en plantilla hasta la fecha.

José Mateos Cardellat, de 50 años, fue despedido en febrero de 2012 tras 12 años de conductor en Damas, por su imputación en causa penal por supuestos daños contra la empresa. Antes fue sancionado en tres ocasiones y al igual que sus compañeros es afiliado a CGT. Los tres conductores sitúan sus despidos dentro de la persecución sindical a la que la empresa somete a sus trabajadores/as. Y es que desde que se creara la sección sindical de CGT en Damas, en 2002 y se consiguiera un delegado en el comité de empresa, Damas no ha dudado en colgar la etiqueta de ‘sospechoso/a’ a todo aquel que se afiliara al sindicato. La política del miedo ha calado tanto, según los conductores, que muchos compañeros no quieren que se les vea ni tan siquiera hablando con ellos.

Esta política represiva se lleva a cabo sin tapujos y a veces cuenta con colaboraciones de otros sindicatos (UGT y CCOO). Por ejemplo, Loli cuenta con una sentencia firme de la que se desprende que la empresa emplea a mandos intermedios como testigos falsos en contra de trabajadores/as que entiende les son molestos. Sobre todo afiliados a CGT. El despido ha sido el último ‘castigo’ para aquellos que ha osado reclamar sus derechos y los de los usuarios de Damas: denuncias en la Inspección de Trabajo por exceso de jornada, descansos, turnos, posibles riesgos en la seguridad vial.

Estos riesgos, junto a la represión que sufren los trabajadores, protagonizan la campaña informativa que CGT está llevando a cabo en las estaciones de autobuses de Sevilla y Huelva. Durante toda la temporada de verano, se repartirán folletos dirigidos a los usuarios, para su concienciación, además de concentraciones periódicas y otras acciones, para exigir la readmisión de los compañeros despedidos y que se cumpla la ley en materia de seguridad vial en el transporte público. Damas, que opera en Sevilla, Huelva y Badajoz, recibe en la actualidad subvenciones por parte de la Junta de Andalucía al formar parte del Consorcio de Transportes. 

CAJA DE RESISTENCIA PARA LOS/AS COMPAÑEROS/AS DESPEDIDOS/AS en TRIODOS BANK: 1491 0001 25 2071084624

Juana Vázquez

 


Fuente: CGT Sevilla