Al mismo tiempo que ustedes están negociando el Convenio Colectivo del Campo, tenemos a los inmigrantes, incluso a nacionales, que vienen a la campaña de la aceituna tirados en las calles, en las estaciones de autobuses y durmiendo en los portales y cajeros automáticos.

Al mismo tiempo que ustedes están negociando el Convenio Colectivo del Campo, tenemos a los inmigrantes, incluso a nacionales, que vienen a la campaña de la aceituna tirados en las calles, en las estaciones de autobuses y durmiendo en los portales y cajeros automáticos.

Seguro que un año más no se recogerá en el Convenio la obligación de que los empresarios agrícolas den un alojamiento digno a los trabajadores y trabajadoras temporeros.

Desde CGT denunciamos la hipocresía de los Sindicatos que negocian el convenio, de la Delegación de Empleo y de las Organizaciones Agrarias.

Primero acuerdan y firman un convenio en el cual no se recoge el alojamiento para temporeros inmigrantes. Después los sindicatos sacan una nota de prensa denunciando las condiciones de estos trabajadores y asi se lavan la cara.

La administración corre a montar su dispositivo como todos los años un día o dos antes de empezar la campaña de aceituna para que los empresarios vayan a contratar personal.
Los dispositivos de atención a los inmigrantes denunciamos un año más que no se abren para atender a los inmigrantes se abren para beneficio del empresariado agrícola. Los empresarios Agrícolas, “los señoritos”, han pasado de ir “a la plaza del pueblo, a decidir quien trabajaba ese día, a pasarse por los albergues “. Ha cambiado la forma pero el fondo sigue siendo el mismo, incluso peor.
Las instituciones y las ONGs no deben realizar la tarea que corresponde al empresario, el dinero público no puede destinarse a sufragar gastos que deberían pagar los empresarios agrícolas. Las instituciones deben atender sólo a aquellos que no encuentren trabajo.

CGT propone que los Empresarios Agrícolas costeen un alojamiento digno y en todo caso que sean ellos quienes corran con los gastos de los albergues, ya que son ellos quienes obtienen los beneficios.
Las subvenciones que se reciben de la Comunidad Europea no están sirviendo para mejorar las condiciones de trabajo de los temporeros del campo, sólo sirven para enriquecer más a quienes ya eran ricos.

Las campañas de publicidad pregonando que con la “crisis” no harían falta inmigrantes, ya que las tareas de recolección las haría el personal autóctono, como era de preveer no han dado resultado. Los inmigrantes son el personal más precario, por tanto se desplazan a aquellos lugares donde creen que pueden encontrar trabajo independientemente de lo que digan los medios de comunicación.

Ahora es el momento de poner encima de la mesa de negociación el Compromiso Social y acabar con prácticas de contratación propias del Siglo XIX.


Fuente: José Antonio Ojeda García
Secretario Provincial de CGT