El pasado miércoles la Diputación Provincial convocó a los diferentes
sindicatos que se encontraban negociando el Convenio Colectivo de
Personal Laboral y el Acuerdo de Funcionarios desde hace meses. Ambos
se encuentran prorrogados, desde finales de 2003 el convenio de
laborales y desde finales de 2004 el acuerdo de funcionarios,
pendientes de llegar al necesario acuerdo para su renovación.
El motivo de dicha reunión era aplicar la reforma de la Ley de
Representación del Personal de las Administraciones Públicas. Para
ello se procedió a disolver las mesas negociadoras constituidas y
crear una mesa única en la que solo tienen cabida los sindicatos con
mas del 10% de representatividad tanto en el Comité de Empresa como en
la Junta de Funcionarios. Con esta medida se excluye de la mesa de
negociación a la CGT cuya representación, superior al 10%, se
encuentra entre el personal con contrato laboral.
Esta reforma de la Ley fue aprobada en junio de este año por el
Gobierno de Zapatero con el beneplácito de CCOO, UGT y CSIF. El objeto
de esta excluyente reforma es el de limitar el derecho de
representación del resto de sindicatos presentes en las
administraciones públicas.
Ante esta situación, y al objeto de no excluir a un importante
colectivo de trabajadores de los posibles acuerdos de esta mesa única,
CGT requirió a los que continúan negociando en nombre de todos, que la
representación de CGT pudiera participar en la misma, al menos con
voz. La representación de la Diputación no mostró ninguna objeción, al
igual que CSIF y UGT. Desgraciadamente los «compañeros» de CCOO y USO
fueron los que vetaron la presencia de CGT en la mesa. Los
representantes de estos sindicatos han excluido a un amplio colectivo
de trabajadores y trabajadoras que, por mucho que les pese, no se
sienten representados por ellos y sus turbias prácticas.
Es muy triste que sean los representantes de sindicatos que dicen
defender a los trabajadores los que nieguen la participación sindical
y silencien a otros simplemente por la obediencia debida a consignas
de sus sindicatos. Con ello dan claras muestras de lo que la unidad
sindical significa para sus organizaciones. Tarde o temprano tendrán
que explicar a que obedece su estrategia de anular la representación
de otros colectivos de trabajadores a los que ellos no representan, y
más cuando no hay ningún obstáculo por parte de la empresa ni otros
sindicatos para ello. Con esta maniobra se pierde en la mesa de
negociación un punto de vista alternativo y la posibilidad de alcanzar
mejores acuerdos.
No obstante, la CGT, fiel a sus principios de defensa a ultranza de
los derechos de los trabajadores y trabajadoras seguirá atentamente el
proceso de negociación informando sobre el desarrollo del mismo y
denunciando las maniobras de estos sindicatos amarillos.
Fuente: CGT Burgos