El edificio está construido en madera y alberga a 70 enfermos mentales cuando el aforo máximo es de 15 usuarios. La Inspección, realizó un informe en el año 2004 en el que aconsejaba el cierre cautelar del centro, sin embargo la Conselleria de Bienestar Social desoyó las recomendaciones.
El Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS) de Orihuela, dependiente de la Conselleria de Bienestar Social, construido en madera y con un aforo de 70 pacientes, funciona irregularmente desde el año 2001. Sin licencia de funcionamiento, sin plan de evacuación contra incendios pero con una subvención pública.
Tal y como denuncia la Sección Sindical de CGT en la Generalitat Valenciana, hace dos años la inspección realizada en el centro desvelaba, entre otras irregularidades, que el centro carecía de sistemas de detección y alarma contra incendios y que no disponía de la preceptiva autorización administrativa (esto vulnera la Ley 5/1997), lo que “constituye una infracción”. A pesar de las advertencias y de la propuesta por parte de la Inspección de “cierre cautelar del recinto” y “cese de la actividad” hasta la obtención de la licencia, la Conselleria siguió adelante, no sólo tolerando la actividad del Centro, sino subvencionándola.
A la Confederació General del Treball del País Valencià le consta que esta situación no es una excepción sino que constituye en la práctica la línea de actuación de una consellera más preocupada por su imagen y mantenerse en el cargo que por desarrollar políticas justas y eficaces para con los colectivos que debe proteger.
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Gabinete de Prensa CGT-PV
Valencia, 7 abril de 2006
Fuente: Gabinete de Prensa CGT-PV
