CGT ANTE LA REFORMA LABORAL 2006
Desde 1997, fecha de la última Reforma Laboral pactada entre los mismos actores, en el cual se crea el contrato de fomento de empleo con una disminución de derechos en origen (33 días en caso de despido) y una subvención al empresario durante dos años, ligada a la reducción de cuotas a la seguridad social, hasta esta nueva reforma pactada en el 2006, donde el mercado de trabajo se ha mostrado como una herramienta de flexibilización y desregulación de derechos laborales.
CGT ANTE LA REFORMA LABORAL 2006

Desde 1997, fecha de la última Reforma Laboral pactada entre los mismos actores, en el cual se crea el contrato de fomento de empleo con una disminución de derechos en origen (33 días en caso de despido) y una subvención al empresario durante dos años, ligada a la reducción de cuotas a la seguridad social, hasta esta nueva reforma pactada en el 2006, donde el mercado de trabajo se ha mostrado como una herramienta de flexibilización y desregulación de derechos laborales.


La reforma del 94 impone las condiciones a los trabajadores de la disponibilidad por parte de empresarios sobre sus condiciones de trabajo relativas a la jornada, a la movilidad funcional y geográfica y sistemas de remuneración. La aparición ese mismo año de las ETT, conlleva la implantación de un modelo de relaciones laborales basado en la inseguridad jurídica del contrato para millones de trabajadores y trabajadoras y el blindaje de los derechos del capital.

En 1997, con un mercado de trabajo caracterizado por una alta temporalidad y rotatividad en los empleos, Gobierno, Empresarios, CC.OO y UGT, pactan el nuevo contrato estable (el de fomento de empleo de los 33 días), como la solución al empleo precario. El Tribunal Supremo a raíz de esta Reforma pactada, cambia su criterio jurisprudencial y legaliza el contrato “basura” de obra o servicio.

A partir de esos momentos y hasta la actualidad, millones de personas se ven atrapadas en el macabro sistema de relaciones laborales : la empresas externalizan sus actividades, se desprenden de trabajadores/as directos por mecanismos como despidos individuales, EREs y prejubilaciones y esos mismos trabajadores o su relevo por millones de jóvenes, vuelven e ingresan al mercado de trabajo, con contratos de obra o servicio y jurídicamente dependiendo de contratas y/o subcontratas.

La nueva Reforma pactada en el 2006, no da ninguna respuesta a los contratos de obra y servicio y mantiene el “ilegalismo” institucional y empresarial. Los empresarios, podrán realizar cuantos contratos deseen por medio de contratas y subcontratas -como hasta ahora-, recurrirán a la “cuasi universalización” del contrato de fomento de empleo (el de 33 días), porque se les subvenciona durante 4 años y luego, a la calle y, encima se reducen sus cuotas al Desempleo y al FOGASA.

La medida de convertir en fijos cuando se llevan más de dos contratos temporales en un mismo puesto de trabajo durante 24 meses en un período de 30, no supone ningún coste adicional al empresario, pues éste dispondrá de todos los mecanismos para despedir a estos trabajadores de forma libre y a un precio ridículo.

Se avanza en el modelo de subvencionar la contratación a los empresarios, tanto en las cotizaciones al desempleo (0,25 ahora y hasta 0,50 para el 2008) y en las cotizaciones al FOGASA (0,2).

Se establece un período de subvenciones a la conversión de contratos temporales en indefinidos de fomento del empleo para aquellas conversiones hasta el 31 de diciembre de 2006, sin que la presunta afirmación de que no habrá otro período subvencionado no pueda cambiar en futuras reformas laborales. Además, se permitirá dicha conversión hasta el año 2008, convirtiéndolos en indefinidos de fomento del empleo, parece que sin subvención, aunque con la posibilidad de acudir a la indemnización de 33 días.

Se amplían algunas prestaciones por desempleo y se mejoran algunas cuantías del FOGASA como mínima contraprestación que permita defender esta reforma a los sindicatos que han renunciado a la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras y a una lucha real contra la subcontratación y la temporalidad en el empleo.

Quedamos a la espera del texto definitivo del pacto, que parece que se firmará el día 9 de Mayo de 2006, para posteriormente ser aprobado por el Gobierno mediante la figura del decreto-ley. Ante esta situación, desde CGT hacemos un llamamiento a continuar en la firmeza de la movilización, la lucha contra la precariedad y un rotundo No a la Reforma Laboral, que se materializará, entre otras acciones, en la Manifestación que convoca CGT el 10 de junio en Madrid.


MANIFESTACIÓN CONTRA
LA REFORMA LABORAL, LA DIRECTIVA BOLKESTEIN,
POR EL REPARTO DE LA RIQUEZA Y LOS DERECHOS SOCIALES.

10 DE JUNIO DE 2006, MADRID


Madrid, a 5 de mayo de 2006.


Fuente: Gabinete de Prensa Confederal de CGT