La tala de árboles ha llegado en esta ocasión hasta el cementerio viejo. El Ayuntamiento ha eliminado esta semana del paisaje de este recinto funerario « siete cipreses centenarios », según la denuncia pública formulada por el sindicato CGT. La central califica esta actuación de otra « demostración de la falta de sensibilidad municipal con el medio ambiente », en palabras del sindicalista Emeterio Espinosa.
Y es que esta tala se suma a los sesenta árboles que a finales del pasado mes de septiembre se cortaron en la carretera de Logroño. Espinosa aclaraba ayer que con esta denuncia se pretende « evitar que las autoridades municipales continúen con esta dinámica de tirar de motosierra ».
Además, no está de acuerdo con la justificación que ha dado el Ayuntamiento sobre los árboles del cementerio de que obstaculizaban los panteones de ese recinto. En su opinión, la opción de talar debería ser la última. « Nos preocupa porque Miranda no se caracteriza por tener un patrimonio arbóreo importante de árboles antiguos y con cierto porte. Hay mucha hierba, pero poco arbolado con respecto a otras localidades como Logroño, Vitoria o Burgos », añadía.
En esta ocasión, este sindicalista y jardinero destaca que se trataba de ejemplares antiguos que « tendrían más de cien años ». « Unos ’cupressus semper vivem’ », llegó a precisar.
Única solución
Por su parte, desde el Ayuntamiento se argumenta que ha sido consecuencia de los problemas que estaban dando en el camposanto. « No ha habido otra solución que cortarlos », respondía ayer el responsable de Obras y Servicios, el concejal José María Santamarta. Añadió que así lo habían solicitado familiares de los que allí reposan. Según el edil, eran « varios cipreses cuyas raíces estaban levantando varias tumbas », algunas de ellas situadas en la calle central de ese recinto.
En su opinión, en este caso no se puede hablar de ’arbocidio’ porque se tratan de « árboles ornamentales. Otro caso distinto sería si fueran singulares o se encontrasen en un bosque o que se fuera a dejar a la zona como un erial », apostillaba.
Considera además que en este tipo de lugares debería tenderse a colocar ejemplares de otras clases, distintos a los cipreses y situarlos más en la periferia, no entre las tumbas. « Deberían ser especies más adecuadas para el ornamento, que tengan un menor crecimiento para evitar que provoquen esos problemas graves ».
Fuente: El correo Digital. E. VADILLO/MIRANDA DE EBRO
