Las situaciones de Gibraltar y los municipios de la comarca campogibraltareña siguen sin ser equiparables. Unos están en Estado de alarma mientras el Gobierno de Gibraltar continúa con algunas recomendaciones y restricciones, ya que Fabian Raymond Picardo, primer ministro de Gibraltar, sigue las medidas de Boris Johnson, el cual ha tomado su propio camino en cuanto a las medidas a tomar frente al coronavirus.
Mientras el resto de gobernantes cierran fronteras y evitan la circulación de las personas para que el virus no se propague, el primer ministro británico ha elegido priorizar economía y la normalidad del país y no tomar medidas para evitar que se continúen multiplicando los contagios.
«Cuantas más personas se contaminen ahora, un mayor porcentaje del país desarrollará inmunidad para una potencial segunda oleada de la epidemia en el otoño o invierno próximos», según la teoría de Johnson.
Mientras el resto de gobernantes cierran fronteras y evitan la circulación de las personas para que el virus no se propague, el primer ministro británico ha elegido priorizar economía y la normalidad del país y no tomar medidas para evitar que se continúen multiplicando los contagios.
«Cuantas más personas se contaminen ahora, un mayor porcentaje del país desarrollará inmunidad para una potencial segunda oleada de la epidemia en el otoño o invierno próximos», según la teoría de Johnson.
Por ello, Gibraltar hoy por hoy es una bomba de relojería para la Comarca y su ciudadanía, al seguir la dinámica impuesta desde Reino Unido de dar mayor importancia a la libra esterlina y la economía que a la salud pública y el Campo de Gibraltar va a sufrir las consecuencias.
Es ridículo tener una cuarentena y unos protocolos en España y a varios metros, cruzando la frontera entre La Línea y el Peñón, estar en un supermercado donde no permiten utilizar mascarillas a los trabajadores u otros equipos de protección individual, con el riesgo del infectado entre familias enteras haciendo la compra y los trabajadores del supermercado, con los niños a cuestas incluidos, charlando en corrillos y echando el día como si nada estuviese sucediendo en el mundo derivado del susodicho virus.
Picardo es muy diplomático con el gobierno de Sánchez en España y Moreno en Andalucía y Gibraltar ha impuesto restricciones al movimiento de las personas mayores de 70 años y ha suspendido actividades públicas y cerrado los bares y restaurantes, excepto para la entrega a domicilio, aunque las escuelas siguen abiertas.
Desde CGT denunciamos la falta de implicación de las Administraciones Públicas andaluzas y españolas y del Gobierno de la Nación para garantizar la salud y minimizar las posibilidades de contagios de las personas que cada día entran en Gibraltar para ganarse la vida con su trabajo, dejando a las y los trabajadores transfronterizos a merced de la pandemia y de su expansión en todo el Campo de Gibraltar por falta de medidas protectoras.
A título de ejemplo, la cadena de supermercados Morrisons, ubicada en el Peñon, da consejos de risa: «no se meta la tarjeta de crédito en la boca antes de pagar». Los trabajadores/as de esta empresa siguen comiendo juntos en la cantina, carecen de material de prevención básico como guantes, una bata o un delantal para cada uno, los cuales se comparten. Les prohíben usar elementos de protección de seguridad laboral como mascarillas. Tampoco han dado protocolo a los trabajadores de actuación, ni medidas de seguridad laboral y salud.
CGT insta de modo inmediato al Gobierno de la Junta de Andalucía y al Gobierno de España a adoptar las medidas diplomáticas que correspondan para garantizar la seguridad y salud de los/as trabajadores/as transfronterizos en Gibraltar y con ello evitar la propagación de la pandemia tanto en el Peñón como en todo el Campo de Gibraltar, derivado de políticas totalmente capitalistas en las que prima lo económico sobre lo humano.
CGT-Andalucía, Ceuta y Melilla
Fuente: CGT-Andalucía, Ceuta y Melilla