El acuerdo para la negociación colectiva sellado ayer por patronales y sindicatos, que se firma públicamente el viernes y que podría cubrir dos años, consagra la teoría de que la competitividad no debe sustentarse en los bajos costes, plantea batallar contra el absentismo laboral "injustificado" y empuja a las empresas a fomentar su responsabilidad social y medioambiental.

Esa es para CGT la engañosa envoltura del pacto, porque lo que de verdad se firma es la congelación de los salarios por otros dos años más. La negociación de convenios seguirá guiándose en 2005 por las subidas salariales moderadas, según la inflación prevista (2%), con cláusulas de revisión. Este pacto podría prorrogarse también durante 2006. Perder poder adquisitivo es que se haya previsto para este año un tope máximo (el 3%) que ni siquiera cubre el incremento de los precios en 2004.


El acuerdo para la negociación colectiva sellado ayer por patronales y sindicatos, que se firma públicamente el viernes y que podría cubrir dos años, consagra la teoría de que la competitividad no debe sustentarse en los bajos costes, plantea batallar contra el absentismo laboral «injustificado» y empuja a las empresas a fomentar su responsabilidad social y medioambiental.

Esa es para CGT la engañosa envoltura del pacto, porque lo que de verdad se firma es la congelación de los salarios por otros dos años más. La negociación de convenios seguirá guiándose en 2005 por las subidas salariales moderadas, según la inflación prevista (2%), con cláusulas de revisión. Este pacto podría prorrogarse también durante 2006. Perder poder adquisitivo es que se haya previsto para este año un tope máximo (el 3%) que ni siquiera cubre el incremento de los precios en 2004.



La fórmula elegida, que recomienda incrementos de salarios que consideren la inflación prevista, con cláusulas de revisión, más la productividad, ha favorecido que las subidas se hayan situado en los últimos años entre un 2% y un 3%. Esta fórmula es «un modelo apropiado para evitar espirales inflacionistas nada deseables», reza el texto, aunque se olvida que la mayoría de los trabajadores hemos perdido poder adquisitivo ; bien por no tener revisión salarial pactada o porque los convenios se han quedado por debajo del incremento real del IPC.

Pero con ser grave la congelación salarial que, en la práctica, representa este nuevo pacto de los sindicatos mayoritarios, lo más alarmante es que cada vez se está aceptando que se disminuya la cuantía fija de los salarios y se vinculen más retribuciones a la productividad y otros conceptos variables. Con ello se avanza hacia los destajos, el trabajo ligado a primas de rendimiento y otras medidas que deterioran la calidad del empleo y ponen en grave peligro la salud y hasta la vida de los trabajadores.

Desde CGT denunciamos que se firme un nuevo pacto contra los intereses de los trabajadores, limitando al 3% el crecimiento de unos salarios que son de los más bajos de la Unión Europea, cuando se acaban de conocer los resultados de las principales empresas del país (CAM, SCH, Telefónica, Iberia, Corte Ingles, Mercadona, etc.) que no tienen rubor en reconocer un crecimiento de sus beneficios de entre el 30 y el 40%.

Es lógico que con tal modelo de sindicalismo los empresarios estén entusiasmados y se propongan como meta impedir el crecimiento de cualquier otra organización sindical (como la propia CGT) que defienda mejoras salariales y sociales mucho más en consonancia con lo que son los derechos y reivindicaciones de los trabajadores de este país.

Antonio Pérez Collado

Secretaría de Comunicación de CGT-PV